Consanguineidad.

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¡SIGO VIVA!

Por si alguien aun le interesa, sigo viva, pero apenas empiezo a salir del bloqueo, no había podido escribir, ni leer y apenas estoy regresando.

La autora en una relación es peligrosa u.ur

Ojalá les guste, perdón, soy más sueño que persona en este momento. 

(...)

El humo de la leña le hacía arder un poco la garganta, pero no quería alejarse de ese calor, aunque fuera algo asfixiante, observo la lista que había hecho con tanto esfuerzo y luego observo a sus amigos que hacían lo posible por entretener a Mikey, sus dedos hormigueaban, la tentación de agarrar una pluma que tenía en su pequeña mochila era grande, relamió sus labios y un suspiro escapo.

Tener su primera vez no estaba planeado, admite que esa curiosidad morbosa por rozar sus cuerpos era adictiva, y es que Mikey era adictivo por sí mismo, pero había algo que no lo terminaba de satisfacer.

Descartaba embarazo, porque, oye, era menor de edad y tuvo relaciones, también era un omega, un hombre que podía tener un hijo, igual que su padre, pero eso no fue una excusa para que Mikey no se protegiera.

Su primera vez fue con un chico ardiente, atento, gentil y cuidadoso, que no olvido tener la decencia de usar condón, pero aun así había algo que no lo terminaba de satisfacer.

— ¿Por qué hablar de sexo no es tan fácil cómo lo hacen ver en las series? — Murmuro. Pensó que para su fortuna nadie lo había escuchado, pero erro.

Y es que no era sencillo, quería decirles a sus amigos que lo había hecho y ellos posiblemente sospechaban, pero cuando estaba enfrente del precipicio se volvía incómodo y aterrador, se dio cuenta que no era tan abierto a hablar de su intimidad.

Además, no estaba satisfecho por varias cosas, una de ellas es que después de su encuentro sexual no sintió algún cambio, siempre pensó que después de haberlo hecho habría algo diferente, pero no fue así.

— El sexo no es malo, pero, aunque todos se hagan los de mente abierta y creamos que estamos en tiempos "dónde el sexo es lo más fácil", sigue siendo una cosa tan jodida para sacar a la mesa, digo, no lo puedes sacar a menos que sea para decir lo genial que es o las cosas vulgares que desearías hacer. Pensándolo bien, es estúpido. — Takemichi se congelo y con lentitud observo al chico que se había sentado a su lado, un escalofrió nada agradable recorrió su cuerpo al ver a Ryusei sentado a lado suyo.

— ¿Qué?

— Ah, hola, disculpa, Baji y Kazutora secuestraron a Chifuyu y mientras él logra salir de esas garras yo quise descansar, estar con esos tres pueden ser agotador.

— Ya veo. — Takemichi sonrió cohibido, aunque sabía mucho de Ryusei Satou (por Chifuyu), casi nunca había podido interactuar con él, y es que, de qué podrías hablar con alguien que sabes hasta su signo chino y tipo de sangre.

— Sonara tonto, pero llegue a pensar que después de tener sexo, no sé, sería más maduro, me vería diferente, similar a cuando superas un nivel en algún juego, pero no fue así, la vida siguió siendo la misma. — Takemichi abrió y cerró la boca, provocando una sonrisa en el contrario, y es que Takemichi se moría por decirle que él también llego a pensar eso y que esa era una de las razones por las que no estaba del todo satisfecho. — Quien sabe, tal vez pude haber obtenido más edad y seguiría pensando en eso.

— ¿Tu ya lo hiciste? — Takemichi se quería golpear ante sus palabras, si Ryusei se acercaba a él y hablaba de esto era porque había vivido la experiencia. — Fue una pregunta tonta, ignora eso.