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Tenemos un borrador muuuy cuestionable, pero de un one shot, la pregunta es, ¿deberíamos publicarlo? Toca temas sensibles y que no a todos les gusta. 

[...]

— Sean bienvenidos, donde el paraíso y el infierno se unen. — Wakasa suspiro, algo ansioso decidió concederle un pequeño masaje en los hombros a su hijo que emocionado veía todo. En una mirada entendió el objetivo del recorrido, sería una prueba de valor, estaban en una zona abierta, con suficiente espacio para caminar y aventurarse a los que aquellos chiquillos prepararan. — Primero decidan como entraran, no importa si es de manera individual, en parejas o grupo, al final enfrentaran solos su destino. — Wakasa sintió escalofríos ante las palabras del adolescente. — Empezaremos en quince minutos.

— ¡Papá debo presentarte a los chicos! — Wakasa ignoro su anterior malestar y sonrió conmovido por la energía que en ese momento su hijo presentaba. Le presento a los amigos que por años rogo conocer y a los nuevos que logro hacer, Shinichiro los seguía cómo una sombra y unido a él estaba su hermano, Mikey. Wakasa se alegró, parecía que la sangre era tan espesa que de alguna manera llamaba. — Y ellos son los Shiba.

— ¿Estas bien? — Pregunto el mayor al ver a la fémina algo mareada.

— Lo siento, mi hermana es algo sensible a los olores, su olfato está muy desarrollado. — Esas palabras de Hakkai borraron el buen humor del adulto, que retrocedió aferrándose a su hijo.

— ¿Wakasa?

— ¿Papá? — Su impulsiva acción llamo la atención, Yuzuha le miraba, la vio con horror inhalar y su expresión confundida le alertaba.

— Disculpen.

— Veo que te sientes mejor, así que deberían juntarse con quienes van a realizar el recorrido. Shinichiro, ¿nosotros qué haremos?

— Entonces los vemos después, nosotros buscaremos a Taka-chan. — Emocionado respondió, pero Yuzuha seguía observándolos, Wakasa lo sabía. — ¿Hermana?

— Vamos.

— A dónde Takemichi vaya, yo iré.

— Mikey. — El menor se veía conmovido y ese simple acto hizo suspirar aliviado a Wakasa, ver la adorable relación que mantenían ellos como familia le reconfortaba y lograba calmar su agitado corazón.

— No Mikey, en esta ocasión solamente seremos Wakasa, Takemichi y yo, tu puedes ir con tus amigos. — La elección del pelinegro sorprendió a los tres.

— ¡Shinichiro! — Exclamo con molestia Mikey.

— ¿Podríamos ser nosotros tres y ya? — Takemichi jadeo al ver al adulto pedirle su aprobación. — Por favor Takemichi. — El nombrado sintió algo agradable alojarse en su pecho, pero trago saliva al ver la lamentable expresión de Mikey. Wakasa pensó que lo mejor era dejar a su hijo divertirse con sus amigos, por eso no entendía porque sus labios decían lo contrario a sus pensamientos.

— Sería un grupo interesante, ¿no te molesta hacer esto con dos personas mayores a ti? — La mente de Wakasa gritaba: "PADRES", deseaba poder decir eso, pero aun no podía.

— Lo siento Mikey, solo por esta ocasión. — Mikey abrió la boca sorprendido, Takemichi ya le había demostrado que en algunas ocasiones no lo escogería a él como primera opción, pero seguía siendo impactante y molesto, hasta doloroso.

— Está bien, pero te buscare al final del recorrido.

— Sí. — Mikey relamió sus labios y algo lento empezó alejarse, presenciando el buen ambiente que se creaba entre los adultos y Takemichi. Termino con su grupo de siempre, pero manteniendo cierta distancia, repentinamente no deseaba socializar y así se hubiera mantenido, pero la presencia de una castaña capturo su atención.

Consanguineidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora