𝕹𝖔𝖛𝖊𝖓𝖆 𝖒𝖆𝖗𝖎𝖕𝖔𝖘𝖆

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—¡Nana, no me deje! 

—¡JOVEN AMO!

Jungkook se liberó del fuerte agarre de sus hombros y corrió desesperadamente por el largo camino hacia la entrada principal de la mansión. Tropezó, las lágrimas nublaron su visión, pero aun así no se detuvo, no cuando la única persona que estuvo a su lado lo estaba abandonando.

—¡Nana! —gimoteó.

Al oírlo, la mujer detuvo su andar, dejando caer sus maletas lentamente sobre el suelo—Kook… —murmuró con lamento.

El infante sonrió victorioso al lograr su objetivo y abrazó su cintura para evitar que se vaya. —Nana, regresa.

La pelirroja mordió su labio inferior y cerró sus ojos negando con pena —No puedo, cariño, Nana ya no puede volver.

Jungkook sintió como el aire que escapaba de sus pulmones y apretó aún más fuerte su agarre en el vestido de su Nana haciendo un berrinche —¿E-es por qué fui un niño malo? —sollozó —Prometo que estudiaré y no evitaré ninguna clase, también ayudaré a Nana con el cuidado de nuestro jardín secreto, pero Nana, no me deje solo.

El corazón de la mujer se oprimió, lentamente bajó hasta quedar a la altura del menor y así poder abrazar el cuerpo de su pequeño amo.

Si fuera por ella no se iría, amaba con todo su corazón a ese niño berrinchudo y travieso, pero la Duquesa estaba furiosa con el hecho de que su hijo la prefiriera a ella en vez de a su madre biológica.

La única culpable de esto era la propia Duquesa Jeon, que ignoró a su pobre hijo, siendo su Nana la única persona en la que Jungkook se refugió desde que tiene conciencia.

—Kook, cariño, prométeme algo ¿Sí?

El azabache se separó y con ojos acuosos observó la rota sonrisa que le dedicaba su amada madre —Kook hará lo que sea.

—Prométeme que serás un niño bueno y bondadoso, que no se mete en problemas —El menor asintió entre hipidos y ella solo sonrió —y también que nunca cambiarás esa hermosa personalidad que tienes solo por encajar en esta enferma sociedad, por favor, no seas como los aristócratas que solo piensan es sus propios placeres.

—Lo prometo, Nana.

—Por último, encuentra a alguien que te ame de verdad, no busques amor donde no hay, no tengas un corazón codicioso.

El infante se separó de su cuerpo y arqueo una ceja confundido —¿Cómo sé cuál es la persona correcta, Nana?

—Mariposas —respondió acariciando su azabache cabello — Cuando sientas mariposas aquí significa que es la o él indicado.

La mujer se reincorporó, dejo un beso en la sien del menor y tomo sus maletas retomando su camino.

—¡Cuando lo encuentres, cuiden de nuestro jardín juntos, Kook!

—¡Lo prometo!

“Mariposas… ansió conocerlas”.

“Mariposas… ansió conocerlas”

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© MARIPOSAS ; kooktae                                [𝐄𝐌𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora