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Desayuno ajetreado.

Despertó junto a ella por segunda vez, ésta sobrepasando en calidad a la primera por mucho. En algún punto de la noche Sihyeon se había movido y había terminado por completo encima de Jisung, recostada sobre su abdomen con las extremidades cual estrella de mar, y él se regocijó de despertar primero para poder conseguirla así. Rió por lo bajo al ver su maquillaje corrido –aunque tomó nota mental para ayudarla con eso en una próxima oportunidad antes de dormir–, haciéndola lucir como un rabioso aunque adorable mapache acompañado con ese mohín en su boquita, que de vez en cuando se movía ligeramente.

No supo exactamente cuánto tiempo había pasado tan solo viéndola hacer nada en especial, pero finalmente la pudo sentir removerse, soltando quejidos perezosos y entonces llevó sus manos a refregarse los ojos incluso sin haberlos abierto. Tampoco sabía qué hora era, mas desearía tener mucho tiempo más para quedarse de esa manera.

—Jisung~ —fue lo primero que dijo, en un pequeño susurro distorsionado a la par que restregaba la mejilla sobre su pecho y se acomodaba mejor sobre él.

—¿Sí, ternura? —sonrió, ignorando el peso en su cuerpo y concentrándose en lo bien que se sentía pensar que estuviera tan cómoda junto a él. De todas formas, no es que Sihyeon pesara mucho, y aún si así fuera sería feliz de ser quien tuviera la oportunidad de estar ahí.

Bostezó, encogiéndose en su lugar, y le dio una mordida leve a su pecho— Tengo hambre~.

—Oh, sí... Deberíamos bajar, quizá Hyunjin– ¡Oh, Dios, Hyunjin!

—¿Qué pasa con Jinnie? —gruñó entre curiosa por lo repentino y mosqueada porque hubiera subido su tono de voz estando tan cerca, además justo después de despertar.

Suspiró— Ayer... Uhm, ayer cuando busqué la toalla para, uh, limpiarnos... Él me vio —hizo una mueca, llevando sus manos a la espalda de la chica en busca de tranquilizarse a sí mismo, paseando perezosamente sus dedos para distraerse del recuerdo de lo que consideraba la única mancha en la noche anterior.

—¿Te vio? —cuestionó interesada Sihyeon, colocando la barbilla en su pecho para verlo a la cara. Se fijó primeramente en lo lindo que se veía con el cabello revuelto, luego terminó de caer en cuenta de que ambos seguían desnudos y sonrió a sus adentros al ver esos hombros tonificados.

—Sí, en el baño —asintió, cerrando los ojos y tomando una bocanada de aire. Señaló la puerta a su derecha con el pulgar.

—¿En el– oh...

—Sabe que estuve con alguien, vio los chupones y eso, pero está bien, no... No sospechó que fueras tú, ni nada. Solo me puse nervioso y–

—Jisung, si Hyunjin te vio en ese baño tarde o temprano estaremos jodidos —dijo seria, levantándose finalmente y sentándose en el borde de la cama por unos segundos con la vista fija en el suelo.

La luz entraba por las varias ventanas que, aunque cubiertas con ligeras cortinas, le hacía brillar la piel de su tersa espalda y causaba que fuera imposible quitarle la mirada de encima. Ella pasó sus ojos por la habitación hasta conseguir su vestido, que de alguna forma había terminado en una esquina como a seis metros de la cama. No tardó en caminar hacia él, deslizarse dentro de la tela con facilidad después de palmearlo para quitarle cualquier resto de suciedad y acomodarlo con prisa. Igualmente buscaría algo de ropa de Hyunjin más tarde.

—No, no... —negó rápidamente, reincorporándose sobre el colchón hasta sentarse contra la cabecera de la cama, las sábanas reposando sobre sus piernas— Ayer hablamos, en serio cree que estuve aquí con alguien más... Incluso le dije que tú te quedaste con Chan —aseguró queriendo calmarla, exprimiendo su agotado cerebro para intentar recordar con exactitud la escena de hace unas horas en busca de alguna señal de que no le hubiera creído o algo así. Según él, todo había quedado perfecto.

Taste | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora