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El fruto de un malentendido.

—Llévame a casa —musitó.

El aire se sentía al extremo frío, como había estado los últimos días; picaba sobre sus pieles descubiertas. Se habían movido a un sitio un tanto alejado de la casa de Hyunjin al salir, juntos aunque con una tensión indescriptible.

Jisung sentía la adrenalina todavía corriendo por sus venas, se sentía orgulloso de sí mismo por muchas razones, mas sobre todo estaba verdaderamente confundido.

Sihyeon no lo veía, ni lo había hecho desde que escaparon de la casa. Mantenía sus brazos cruzados junto a una expresión brutalmente seria, y ahora hasta le había pedido –exigido– que la llevara a casa de esa manera tan ajena a ella.

Estaba confundido.

—¿Estás segura? —consultó con cautela, apenas pudiendo regular su respiración después del tremendo alboroto que se había formado. Recordaba muchas cosas, pero su corazón golpeando con insistencia contra sus costillas no lo dejaba pensar claramente—. No sé, podríamos ir a–

—Que me lleves a casa —lo interrumpió Sihyeon, hablando entre dientes con un aparente enfado hacia él que lo confundió aún más.

Él no había hecho nada malo.

—Está bien —asintió aunque ella tuviera su mirada clavada en el fondo de la calle, y entonces se acercó para intentar tomar su mano. Sihyeon lo apartó bruscamente y se adelantó, abrazando su propio cuerpo para tratar de traerse algo de calor sola. Su ropa no era para soportar estas temperaturas, realmente, e incluso estaba tiritando. Jisung suspiró y pasó una mano por su cara antes de seguirla—. Sihyeon —la llamó.

—¿Hm?

—¿Puedes, por favor, decirme qué pasa? Ya todo está solucionado, ya puedes estar tranquila... Nadie va a recordar a ese tipo el lunes, está solucionado —continuó hablando suavemente, y al fin la alcanzó. La veía con preocupación mientras ella hacía el esfuerzo por mantenerse totalmente firme, caminando sin titubear en dirección al carro de Jisung.

Chasqueó la lengua con ironía— Claro, "solucionado". Te encargaste perfectamente de "solucionarlo" todo —refunfuñó, sin regalarle ni un solo vistazo mientras sus zapatos repicaban contra el asfalto para llenar el silencio. Ya no se oía la música en casa de Hyunjin, todo había acabado completamente después de echar a San con una ronda de abucheos, y ahora la oscuridad de la noche parecía un escenario muerto.

—¿Acaso no lo hice? —replicó algo mosqueado, frunciendo su ceño con los ojos clavados todavía en el impasible perfil de la chica—. Sihyeon, le di su merecido cuando te estaba jodidamente humillando y nadie hacía nada. No sé, realmente, qué más me tocaba para "solucionarlo".

Aunque Jisung siguiera relativamente tranquilo –tomando en cuenta la situación–, su tono como él entero comenzaba a alterarse por los resultados. Se sentía medio irritado y aún no entendía por qué Sihyeon lo trataba así.

Jadeó, indignada— ¿Eso es lo que piensas?

—Por supuesto.

—No puedo creerlo... —negó— ¡De verdad no pareces lamentar ni un poco el haberte, solo... Lanzado a golpearlo!

—¿Debería...?

—¡Pues sí!

—¿Qué se supone que significa que "yo sí"?

Movió su boca, fruncida, de lado a lado, mientras realmente sopesaba sus siguientes palabras. Tomó aire— ¿Sabes por qué pude enamorarme de ti, grandísimo imbécil?

Taste | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora