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Paz y tranquilidad.

En busca de ser una pareja adolescente sana y funcional, Sihyeon y Jisung habían tomado la costumbre de sentarse a estudiar juntos. A veces solo hacían tarea en silencio, con algo de música de fondo, y el ambiente se tornaba tan pacífico que en realidad agradaba. Lo hacían en el departamento de la abuela o, ahora que no tenían nada que ocultar, en casa de Jisung –Jisung todavía no revelaba a sus padres que, de hecho, sí eran pareja, mas ellos estaban felices solo de verlos juntos.

Era bueno porque entre tanto habían ligeramente descuidado sus estudios, sobre todo el chico, pues de todas formas Sihyeon apenas y soportaba entrar a clases. No estaba en ese aspecto haciendo nada muy diferente a años anteriores, la verdad. Aunque, en cambio al lado de Jisung y bajo sus indicaciones para que "fuera una chica buena", ella había reducido la cantidad de veces en las que escapaba. Era... Casi una alumna responsable, y eso era una locura.

Además, si aceptaba sus "citas de estudio" podía ver bastante seguido a Jisung usar lentes, lo cual juraba era su momento más ardiente del mundo. Incluso superaba al Jisung-molesto-de-ceño-fruncido y al adorable-Jisung-cachorro-samoyedo, y eso era decir mucho.

Hoy estaban precisamente en el departamento que pronto se les volvería a arrebatar. Tenían efectivamente el teléfono de Sihyeon encargado de la música, y Jisung revisaba un trabajo de Biología mientras medio obligaba a Sihyeon a estudiar para su importante examen de Física, que poco le importaba.

En serio necesitaban de estos momentos de paz y tranquilidad, para recordarse por qué aquello valía la pena. Hyunjin... Hyunjin simplemente estaba cada vez más lejos. No como cuando quiso desvincularse de Felix, no los veía feo ni nada... Únicamente les daba incómodas sonrisas evidentemente forzadas, respondía solo si le hablaban directamente, y, sobre todo, fingía que las cosas estaban bien.

Se sorprendieron de que no buscara matar a medio pueblo, pero tampoco podían exactamente celebrar por su verdadera reacción. Era obvio que se estaba guardando su real opinión, y eso si era posible los ponía más tensos. El colegio seguía siendo útil porque entre ellos dos se veían bastante, mas tenía ahora el detalle de haber vuelto a tornar las cosas extrañas con el pelirosa en lugar de sencillamente tenerlo que evitar como antes.

Ciertamente era eso, extraño. No parecía estar en contra de la pareja, mas no precisamente se veía muy entusiasmado. No sabían si estaba internalizando la información y solo debían esperar a que la asumiera completamente, o si más bien planeaba cómo explotar la casa de Jisung cuando estuviera seguro de que se encontraba solo en ella.

Llevaba una semana y media que no visitaba a Sihyeon... Hasta su madre preguntó por él. Y ella no supo qué decirle. Todavía no sabía cómo estaban las cosas por esa área en su casa; si esperaban que ella se mantuviera alejada de todos hasta que conociera a su futuro esposo o entendían que seguía siendo una adolescente a pesar de lo de San. Igual, Jisung le decía que quería presentarse seriamente con su familia, y Sihyeon se negaba a contarles de él por lo menos hasta que aquello lo tuvieran verdaderamente planeado.

Así que el hecho de que su relación se mantuviera en el punto donde podían solo estar juntos sin verse forzados a, realmente, interactuar, era reconfortante. Solían bastante sentirse así con el otro, como con cierta calma que se sentía malditamente buena. Ya las cosas habían tenido la suficiente adrenalina en sus comienzos, era bueno recompensarlo con tranquilidad de vez en cuando.

Es solo que... Jisung tenía sus preciosos lentes redondos. Esos que Sihyeon le dijo eran sus favoritos y debía usar siempre. Y... No es que por esa paz y tranquilidad hayan dejado de aprovechar cualquier oportunidad para tener sexo sucio y divino, eso no ha parado.

Taste | Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora