Capítulo 10:Sueños

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Aquella noche, Katsuki despertó en un prado florido, con una pequeña flor posada en su nariz.

Kats...—lo llamó una voz dulce—.

Katsuki se incorporó al escuchar aquella voz, y al darse la vuelta hacia la izquierda, vio a Shoto, quien le sonreía amablemente. El cenizo abrazó al bicolor mientras empapaba el cuello de éste con sus saladas lágrimas.

—Esto debe ser un sueño—murmuró Katsuki—. Porque tú estás dormido, en tu lecho—Katsuki tomó de los hombros al bicolor y lo miró a los ojos—.

—Es y no es, Kats—le dijo Shoto—. Me estoy comunicando contigo a través de tu sueño. Lo que te estoy diciendo no te lo estás imaginando, te los estoy diciendo por mi propia cuenta.

Katsuki volvió a abrazar a Shoto, y dejó que sus lágrimas volvieran a salir de sus ojos. Shoto lo abrazó de vuelta y le acarició sus cabellos color ceniza.

—Desearía que estuvieses de verdad aquí a mi lado, Icyhot—murmuró Katsuki—.

Kats—el bicolor tomó las manos de Katsuki y reposó su dedo índice debajo del mentón del cenizo para que alzara la cabeza—. Dentro de un par de minutos despertarás, así que necesito que me escuches. Tu barco se dirige a la isla en la que se encuentra la hechicera Midnight. Pero para llegar a las montañas del sueño, hay que superar una prueba, pero sólo uno de ellos la realizará—la imagen de Shoto comenzó a parpadear, y su voz se distorsionó—.

Las flores del campo comenzaron a desaparecer, y con ellas, el escenario en el que Shoto y Katsuki se encontraban.

—Maldición, estás despertando—Shoto se quitó una cadena del cuello, y la puso alrededor del cuello del cenizo—. Katsuki—Shoto tomó las mejillas del cenizo para que lo mirara a los ojos—. Diles al resto de la tripulación que la prueba que uno de ellos va a tener que pasar se realizará a través de sus sueños. Si no la pasa, es probable que nunca más despierte. Cuando luches y no te queden más fuerzas, aprieta el anillo con fuerza, y él te salvará.

Shoto besó con dulzura los labios de Katsuki.

—Shoto—murmuró Katsuki—.

—Adiós, Kats—Shoto sonrió—Te amo

Y esas fueron las últimas palabras que oyó Katsuki antes de despertar.

Katsuki se dirigió al comedor del barco, donde el resto de sus compañeros se encontraban desayunando

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Katsuki se dirigió al comedor del barco, donde el resto de sus compañeros se encontraban desayunando. Kirishima miraba a Denki, y le tendía una manzana intentando que comiera algo, ya que el rubio se negaba a probar bocado.

Katsuki se sentó al lado de Kyoka, y mientras sostenía un mango en su mano derecha, dijo:

—Escuchad, bastardos y bastarditos—miró a todos, incluyendo a Kota y Eri—. Shoto y yo hemos hablado.

—¿¡Ha despertado!?—le preguntó Eri—.

—No—Eri frunció el ceño—. Se ha comunicado conmigo a través de un sueño. Cuando vayamos a la montaña del sueño, uni de nosotros deberá pasar una prueba si queremos ver a Midnight—Katsuki peló el mango y se llevó un trozo de la fruta a su boca—.

—¿Qué tipo de prueba?—preguntó Mirio—.

—No lo sé exactamente, Shoto sólo me dijo que será a través de nuestros sueños. Si no la supera, quedará sumido en un sueño profundo para siempre. Sin embargo, no me ha dicho quién debe realizar la prueba—en la sala se hizo un silencio algo incómodo—.

Cuando terminaron de desayunar, subieron a cubierta, y vieron que ante ellos se alzaba una isla. Las montañas y colinas se alineaban de forma que la isla tuviera la forma de una mujer durmiendo.

—Hemos llegado—anunció Hawks desde el puesto de vigía—.

Desembarcaron en el puerto de la isla, y se dispusieron en dos grupos:Ochako, Mina, Sero, Mirio, Kyoka, Momo, Iida, Toga y Mei se quedarían en el barco para cuidarlo, y les avisarían con la mahia de Mei por si hubiera algún percance.  Monoma, Bakugo, Eri, Kota, Toya, Kiri, Denki, Tamaki y Hawks bajarían a buscar a Midnight y se enfrentarían a la prueba.

Al principio, Katsuki se negó a la idea de que Kota y Eri les acompañaran, pero Kota le recalcó que ellos deberían participar la máximo, ya que era su principal misión el despertar a Shoto y participar en la aventura, a lo que el cenizo no pudo negarse.

El grupo subió por un sendero que conducía a una cueva oscura. Al llegar a ella, había una mesa, con nueve vasos de un líquido de color morado en él. Un trozo de papel reposaban junto a ellos.

"Si a la hechicera Midnight deseáis ver, de estos vasos el contenido habréis de beber"—leyó Tamaki—.

—No me fío de esto, chicos—dijo Toya—. ¿Y si es una trampa?

—Sólo hay una manera de comprobarlo—Monoma se acercó a los vasos, tomó uno y lo llevó a sus labios, bebiendo todo el líquido sin derramar una sola gota—.

Sus compañeros lo obsevaron, esperando que se pusiera a convulsionar o que muriera entre terribles sufrimientos, pero no ocurrió nada.

—Es una especie de somnífero—declaró Monoma mientras pasaba uno de sus puños por su ojo derecho—. Ahora mismo, me están entrando ganas de echarme una siesta—el rubio se estiró, perezoso—.

—Eso quiere decir que debemos beber esto si queremos pasar la prueba—Kota tomó uno de los vasos, y olió el líquido morado—. Huele a uva

Todos tomaron uno de los vasos, y bebieron el líquido mientras se recargaban contra una de las paredes de la cueva, esperando a que el líquido hiciera su efecto.

A los pocos segundos, Monoma se apoyaba en el mango de su espada, Toya y Hawks dormían espalda con espalda, Bakugo se había quedado dormido de pie, Denki dormía tumbado en el regazo de Kirishima, Kota y Eri dormían abrazados y Tamaki dormía con la cara apoyada en sus rodillas.

Todos dormidos comenzaron a soñar, teniendo sueños raros, encantadores o precognitivos.

Continuará...

El bárbaro y el príncipe durmienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora