Segunda parte de "El domador de dragones y el príncipe demonio"
Dedicado a @Im_Vale_
Después de que Kota y Eri fueran absorbidos por el libro, se encuentran en el reino de Yuei. Allí, Katsuki les explica que Shoto lleva una 3 días dormido en el cuen...
Eri siguió el rastro de luz que emanaba el broche y llegó a un claro de hierba seca y árboles quemados por los rayos.
—¡Deku!—la niña chilló—.
El peliverde escupió sangre mientras sostenía su espada en su mano derecha. El lado izquierdo de su cara estaba lleno de sangre debido a una herida en su cabeza. Su ropa estaba rota, su piel rasguñada y se notaba que le faltaban fuerzas para continuar luchando.
Ante él, se cernía un demonio como los que atacaron a Midnight. Éste demonio tenía la boca llena de la sangre de Izuku y sonreía al ver el sufrimiento de éste. El demonio levantó el brazo para atacar al peliverde.
—¡Aléjate de él!—la brujita cogió su báculo y se interpuso entre el demonio y su amado—.
—¡Ochako-chan!—Kota trato de impedir que fuera en su estado, pero fue imposible—.
La castaña recibió un puñetazo en el abdomen. Cayó unos metros más atrás, farfullando mientras trataba de levantarse del suelo o al menos, ponerse de rodillas.
—¡Uraraka-san!—gritó Izuku, desesperado—.
Mientras Bakugo y Kirishima detenían al demonio para que no se acercase y el resto lo detenían con sus quirks, Izuku y Kota se aproximaron a Ochako, quien tenía una expresión de dolor en su rostro.
Lo primero que hizo el peliverde fue abrazar a la castaña y la estrechó contra su pecho, mas al oír un quejido de ella se apartó un poco.
—Deku-kun...—la castaña crispó su rostro en un gesto de dolor—. El bebé...
—¿Qué bebé?—preguntó el peliverde confundido—.
Kota miró las medias de la bruja. Para su horror, estaban manchadas de algo parecido al agua.
—¡No jodas!—gritó el azabache—. ¡Pero si ni han pasado nueve meses!
—Las personas de mi especie, como hechiceros y magos, no necesitan gestar un bebé los nueve meses. Es el propio bebé el que decide cuándo salir—Ochako dejó escapar un pequeño quejido de dolor—.
—¿Qué está pasando?—Izuku estaba confundido, ya que Ochako nunca le dijo que estaba embarazada—.
—¡Que vas a ser padre, Izuku-chan!—gritó Kota, exasperado—.
Deku se quedó atónito, pero reaccionó enseguida.
—¿Ahora?—Ochako asintió—. Oh, Dios mío.
—¡Jiro!—gritó Kota—. ¡Necesitamos tu ayuda!
La pelimorada se acercó a ellos, y tras explicarle rápidamente la situación, accedió a ayudarles. Movieron a Ochako tras unos árboles para no captar la atención del demonio y se pusieron manos a la obra.
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