Kota y Eri caminaron hacia las escaleras del exterior de la residencia mientras él sostenía una maleta en la mano derecha.
—Ko-chan—lo llamó Eri—. Es una pena que tengas que irte.
—A mí tampoco me gustaría irme, Eri—confesó Kota—. Pero debo hacerlo.
Ambos escucharon unos gritos más allá; Bakugo volvía a gritarle a Todoroki por alguna razón estúpida que ambos niños desconocían.
—¿Crees que algún día se lleven tan bien como en el libro?—cuestionó Eri—.
—Nunca se sabe—suspiró Kota—.
Eri se enjugó una lágrima mientras miraba a Kota.
—La próxima vez, me toca ir contigo donde las Pussycats, ¿de acuerdo?—Eri sonrió mientras abrazaba a Kota—. Buen viaje.
—Gracias, Eri-chan—el niño sonrió, enternecido—. Ya verás como Tamaki se pondrá bien.
Kota bajó las escaleras mientras Eri agitaba su mano para despedirse. Sólo se había alejado unos pasos, cuando oyó un grito de la peliazul. Kota se dio la vuelta, para ver con horror cómo su amiga caía por las escaleras y un rastro de sangre se formaba alrededor de su cabeza. No lo podía creer:su pesadilla se estaba haciendo realidad.
—¡Eri-chan!—Kota corrió hacia ella, dejando atrás su maleta—.
Se arrodilló a su lado, y la giró lentamente, sólo para ver la brecha que se había formado en su cabeza al caerse por las escaleras. Negó con la cabeza varias veces. El cielo se puso oscuro, y un trueno sonó, como en su sueño.
—Eri, despierta—suplicó Kota—.
Una pista de hielo se formó al lado del cuerpo inconsciente de Eri.
—¿Qué ha ocurrido?—dijo Todoroki mientras lo miraba—.
—No lo sé. Me he despedido de ella, pero ha gritado y se ha caído por las escaleras—Kota sollozó, con el corazón encogido del miedo—.
Bakugo se arrodilló a su otro lado.
—Debemos llevarla donde Recovery Girl—dijo el cenizo—.
Otro trueno resonó en el cielo, y una nube oscura tomó forma de una mano con garras afiladas, y avanzó con rapidez hacia ellos.
—¡Cuidado!—Todoroki se interpuso entre los niños y Bakugo, creó un escudo de hielo y paró la mano—.
Una risa malévola se escuchó por todo el cielo y una figura masculina se mostró como el dueño de la garra.
Bakugo se interpuso entre Todoroki y los niños, haciendo de escudo humano. El escudo de Todoroki comenzó a ceder, por lo que el bicolor optó por hacer una cúpula de hielo, envolviéndolos a los cuatro.
—No sé cuánto tiempo podré aguantar—dijo el menor de los Todoroki—. Bakugo, prepárate para proteger a los niños.
El cenizo asintió mientras comenzaba a crear pequeñas explosiones en sus manos, con cuidado de no lastimar a los niños.
Kota cerró los ojos, presa del pánico, mientras abrazaba a Eri.
—Despierta, por favor—suplicó de nuevo—.
Todoroki gimió mientras caía al suelo de rodillas, agotado y con las mejillas recubiertas de escarcha.
—¡Icyhot!—gritó Bakugo—.
La cúpula comenzó a resquebrajarse mientras las garras comenzaban a clavarse en ella.
Kota apretó contra su pecho a Eri, dispuesto a protegerla de las garras malignas. El niño fijó su vista en el cuerno de la niña, el cual comenzó a emanar luz blanca.
—*Praesidium*—murmuró Eri, aún inconsciente—.
Kota miró a Eri, y en ese instante, supo a lo que se refería el dibujo y las iniciales de su medallón.
La cúpula terminó de resquebrajarse, los pedazos cayeron a los lados de los cuatro y...
¿Continuará?
*Protección*
¡Y este ha sido el final de "El bárbaro y el príncipe durmiente"!
Espero os haya gustado mi historia y muchas gracias a todos los lectores y lectoras que se han molestado en pasar por este libro 🥰
Eso es todo, ¡y hasta la tercera parte(porque esto va a ser una trilogía)!
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El bárbaro y el príncipe durmiente
फैनफिक्शनSegunda parte de "El domador de dragones y el príncipe demonio" Dedicado a @Im_Vale_ Después de que Kota y Eri fueran absorbidos por el libro, se encuentran en el reino de Yuei. Allí, Katsuki les explica que Shoto lleva una 3 días dormido en el cuen...