✨CAPÍTULO 14✨

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Adrenalina

•Molly•

Une nuestros labios en un beso tierno y lento, sube una mano que estaba en mi cadera a mi mejilla, trazando círculos con su pulgar. Aunque mi aporte en el beso es casi nulo. Dejo de escuchar los sonidos de mi alrededor concentrándome en mis pensamientos.

«Tienes que reaccionar»

No puedo... —Ambos suspiramos en medio del beso antes de que sea roto por él. No pude corresponderle como me hubiera gustado y todo por...

—Lo siento.—Se aparta dejando un espacio cómodo entre ambos, desvió mi mirada de su rostro.—No quería incomodarte, solo pensé...—Intenta buscar las palabras adecuadas. Sonrió a medias.

—Está bien, creo que desvelarnos nos está afectando, vamos a dormir.—Salgo apresurada de la cocina buscando la habitación, no me fijo si viene detrás de mí. Mi objetivo es llegar a la habitación y encerrarme en el baño.

«Lo traicionaste»

No lo hice.

«Lo estás olvidando»

Eso no es cierto.

«¿Tan poco amaste a Alex, tan poco respetas su memoria?»

Mi respiración está acelerada, mi vista se empaña, busco mi celular recordando que lo dejé aquí.

Llamo a la única persona que me entenderá.

Cole

—No vas a creer lo que me pasó hoy.—Vaya forma de saludar.

—Cole.—Susurró presa
del pánico.

—¿Qué tienes?

—Soy mala.

—Depende de lo que estemos
hablando, si es en dibujar,
tienes toda la razón.

—Bese a Mason, bueno
él me besó, nos
besamos.—Me tropiezo
con las palabras.

—Ya era hora.—Se escucha su risa.—¿No te gusto?

—Ni siquiera pude reaccionar, Cole. Es reciente la muerte de Alex y ya me estoy besando con alguien más.—Sollozo.

—Linda, Alex ya no está, y tú tienes que continuar con tu vida, puedes interesarte en alguien más aunque solo hayan pasado meses.

—No puedo.

—Si puedes, y ese pobre chico no tiene la culpa. Molly, si te interesa, no lo apartes, no te aísles.

—¿Y si aún no estoy lista?

—Entonces no corras, pero no te quedes estancada. Ninguno de nosotros quiere eso, Alex no querría eso.—Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que ambos bostezamos.

—Gracias.

—Recuerda, "el que no arriesga, no gana".—Me anima antes de colgar.

Veo mi reflejo en el espejo, debatiéndome en que hacer. Las luces de la habitación están apagadas, al salir del baño no lo veo por ninguna parte, solo noto el vacío del lado de su cama.

Armándome de valor bajo a buscarlo, la lluvia continúa y la chimenea sigue prendida, recorro con la mirada y lo encuentro acomodándose en el sofá.

—¿Qué estás haciendo?.—Me cruzo de brazos caminando hacia él.—¿Vas a dormir aquí?.—Señaló las almohadas.

Un corazón sin vida (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora