✨CAPÍTULO 15✨

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•Molly•

24 de febrero del 2021

Me remuevo en una cama más dura que el piso, froto mis ojos cuando la luz del sol me da en la cara. Me siento en la... ¿Camilla, donde carajos estoy?, recorro con mi mirada la habitación.

Al parecer es un hospital porque estoy conectada a un montón de cosas, tomo una almohada de la camilla y se la arrojo a Erick, él se despierta nada más con el impacto de la almohada, palmea el hombro de un chico al que no conozco y este hace lo mismo con el resto.

—¿Cómo te sientes pequeño saltamontes?.—Bosteza.

—Me duele respirar. ¿Ramiro, que haces en Italia, idiota?, se supone que tienes que estar de intercambio en Londres.—Lo regañó, todos se miran entre sí.—¿Qué?.—Frunzo el ceño.

—Amiga, eso pasó hace varios años.—Me cruzo de brazos molesta.

—Déjate de estupideces, Alexander no se pondrá feliz si te ve aquí...—Me quedo pensativa.—¿Qué hago aquí?.—Pregunto confundida.—¡Respóndeme!.—En eso entra un hombre con una bata que supongo es el doctor... espera, a él como que lo conozco.

—¿Don barriga que le paso?.—Al escuchar mi apodo él frunce el ceño analizándome.—Me acabo de sentir ofendida, ¿no me recuerda?.—Con lo último por fin esboza una sonrisa dirigiendo su vista al expediente.—Ve que yo tenía razón que en unos años por viejito se le iban a olvidar las cosas, págueme mis veinte euros.—Lo señalo y extiendo mi mano haciendo un ademán para que lo cumpla.

—No seas grosera. —Me empuja Derek, iba a seguir regañándome hasta que una fuerte carcajada se escucha.

—No lo puedo creer, pero si es mi pequeña mariposa, ya te dije que no soy viejo.—Enarco una ceja y él entrecierra sus ojos.—Además no te reconocería por varias cosas, cuando te conocí eras bonita.

Con eso lo miro ofendida, él sonríe malévolamente.—Segundo, porque no me sabía tu nombre completo, si te recuerdas la que te atendió hace siete años fue mi mujer.

—¿Siete años?, pero si solo han pasado tres años desde que vi a margarita.—Ladeo mi cabeza.

—No, ya pasaron siete años desde la última vez que te vimos, ¿qué es lo último que recuerdas?.—Se acerca a mí, mientras todos los que están en la habitación están pendientes de lo que decimos. Alumbra mi rostro con una lucecita extraña y me pide que la siga.

—¿Lo último, último?.—Pregunto.—Que estaba viendo una serie de doctores.—sonrió como niña pequeña, mientras él analiza mi rostro.

—¿Alguien sabe si vio televisión antes de salir de casa?.—Ellos niegan.—Bien, te llevaremos a hacer unos estudios ahora.—Le hace una seña con la cabeza a un enfermero que conozco muy bien.—Entre ellos pruebas de sangre, llévenla por favor.

—No creo que sea necesario.—Lo interrumpo.

—Tranquila, no va a dolerte, serán solo cuatro frascos de sangre.—Sonríe.

—¡NO, NO, NO!.—Me levanto de la cama y suelto un gemido del dolor, pero aun así corro a esconderme detrás de Emma y a la par del chico que no conozco.—Ay carajo, eso me dolió, no te me acerques leoncito porque te doy una patada ahí abajo como la última vez.

Él suelta una carcajada fuerte, mis familiares miran todo el show con el ceño fruncido.

—Ven acá enferma, ahora andas herida, tu patada no me haría nada.—Se burla.—Está bien, si nos acompañas te doy una paleta de caramelo. —Dice hablándome como una bebe.

—Mira León, podre estar herida, pero cuando me recomponga te dejo tieso.—Lo apunto con el dedo acercándome.

Cuando lo conocí estaba iniciando sus prácticas de enfermería, los días que estuve compartiendo con él fue lo mejor. Lo pellizqué una vez porque se había comido mi gelatina de uva, dejándome la de naranja, no me gustaba.

Un corazón sin vida (Editando).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora