Golpe bajo—Escuchamos que algo se rompió, ¿te encuentras bien? —Mi madre intenta ayudarme al levantarme, pero no sostengo su mano por la cantidad de cristales en la mía.
—En perfectas condiciones.—Siento un ardor recorrer mi mano derecha, sin entender que está pasando bajo la mirada y hay un poco de sangre en la palma de mi mano.—Ups.—Finjo una sonrisa para calmarla.—No es nada.
—¿Puedes traer el botiquín del baño?.—Lo pide mi madre a Logan, ignorándome completamente.
La mirada de todos está fija en mí y la fotografía que sigue en el suelo. Cuando mi hermano regresa a la habitación le quito el botiquín de las manos con cuidado. Quiero que me dejen sola. Tal vez ese es el error que cometo, siempre huyo cuando necesito consuelo.
—Gracias, puedo hacerlo sola. —Señaló el baño. Con una invitación silencio a que salgan de mi habitación. Solo mis padres cumplen mi petición, dejando un beso en mi frente antes de marcharse.
—Vamos, chicos.—Pide mi padre. Tomando la mano de mi madre en el pasillo.
—Sí no quieres que lo haga mamá, lo haré yo.—Refuta Jeremiah, cuando mis padres ya se han alejado de mi habitación.
—¿Sabes cuantas veces me he curado una herida? —Niega. —Más de lo que puedes imaginar, así que cálmate.—Tratando de esquivarlo para entrar al baño, tomó mi muñeca deteniéndome a su lado.
—No puedes hacerlo. Dame el botiquín.—Tensa la mandíbula.
—He dicho que no, no necesito tu ayuda.—Murmuró entre dientes apartando su mano bruscamente.
Su rostro refleja la sorpresa ante mi tono mordaz igual que el de Logan. Al entrar al baño, algo detiene la puerta impidiéndome cerrarla.—¿Y tú qué quieres?.—Mason intercambia una mirada con mis hermanos antes de entrar y cerrar la puerta.—Sal de aquí.
—¿Se puede saber que te ocurre?.—Se acerca a mi.—¿Por qué tratas a todos así?. Lo único que quieren es ayudarte. —Murmura molesto.
—Y lo que yo quiero, es estar sola.—Señaló la puerta.
—No hasta que me asegure que tu mano este bien.—Me toma del brazo y abre la llave del lavamanos.
—Es una herida superficial.—Siseo cuando cae el agua fría en mi herida.
—No me importa.—Comienza a destapar una botella de agua oxigenada.
—Ni se te ocurra.—Retrocedo cubriendo la palma de mi mano en mi pecho.—Con el agua es suficiente.
—Tengo que desinfectar la herida.—Extiende su mano.
—No quiero.
"No seas llorona y menos enfrente de él"
Arde
"No me digas"
—No te estoy preguntando.—Me ofrece una sonrisa falsa para luego tomarme de las caderas y sentarme en la encimera al lado del lavamanos.
Mason
Cuando sostengo la mano herida me da una palmada con la mano que está sana para alejarme.
—Ya no eres una niña pequeña.—Murmuró fastidiado.
—Arde menos cuando me curo sola.
—Eres una pulga mentirosa.
—No soy ninguna pulga.—Rueda los ojos.
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Un corazón sin vida (Editando).
Novela JuvenilHice la promesa de seguir adelante con mi vida después de perder a alguien importante para mi. ¿Cuándo dejará de doler? ¿Cómo seguiré adelante? ¿Cuánto tiempo tendré que fingir que estoy bien? Como si la vida me odiara, pone pruebas en mi camino, y...