Capítulo 18

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El rostro endurecido de Dahyun le era clara muestra del enojo que procuraba retener, su prometida estuvo tensa todo el viaje y el percibir a la prensa junto con varias personas a la salida del aeropuerto, no ayudaba.

Quiso tomar su mano, pero esta vez no estaban solas, los ojos curiosos estaban atentos a sus movimientos y lo que menos quería era que su mujer lidie con el acecho de la prensa por estar involucrada con ella.

- Yo me encargo - Sutilmente pronunció ganándose una mirada severa de Dahyun - Oye... tranquila - Le sonrió buscando calmarla.

La verdad es que estaba tan nerviosa como Dahyun, si en Europa fue casi acosada cuando salió del closet, sabía que en Corea sería más despiadado, y no era justo que en momentos como esos ella le agregara más preocupaciones a su pareja.

- ¡Sana! - Ignoró el llamado de la coreana y decidió moverse a hacer algo, Dahyun necesitaba llegar con su familia - Mi amiga - Su estómago se revolvió pesadamente al tener que ocultar su relación - Necesita ir rápido a la clínica central pero los medios le estorban, ayúdala a salir - Prácticamente ordenó al muchacho de seguridad que les acompañó en el vuelo.

Su amigo dueño de aerolíneas de primera clase, le asignó a un miembro de su equipo de seguridad por posibles filtraciones de información sobre su llegada, no se había equivocado.

Pese a que viajaron con pocas personas, era obvio que más de uno alertara por redes sociales sus movimientos.

- No puedo dejarla a usted sola - tontamente respondió sonrojado.

Nunca en sus 29 años de vida había visto a una mujer tan bella, además de un cuerpo perfecto, sin darse cuenta había escaneado una vez más a la mujer frente a él de pies a cabeza, claro que no duró mucho tiempo por el carraspeo de la otra guapa mujer que lo miraba mortalmente - Yo...

- ¡No te dejaré sola! - Advirtió Dahyun al haber escuchado a su prometida, la prensa, el idiota mirando a su mujer y el reencuentro con su familia la tenían alterada - Busquemos otra salida.

- Te seguirán y será peor - Resopló agotada - Hablaré con la seguridad del aeropuerto, me pueden facilitar a un par de personas...

- Eso es mejor - Intervino en la conversación el guardaespaldas - Esperen aquí - Se apresuró a no perder más tiempo.

Dahyun sobó el puente de su nariz, respiró profundo y confrontó la mirada sobre ella - No quiero que nos ocultemos, te quiero conmigo, me importa una mierda la prensa - Ese era un gran peso sobre su pecho, ya no era una cría, sabía a lo que se exponía si andaba con alguien del medio.

Sana le sonrió tiernamente - Pero esto no necesita tu familia por ahora - Le recordó amarga, ella era partidaria de gritar a los cuatro vientos que estaba enamorada, que amaba a una maravillosa mujer y que se sentía como la persona más dichosa del universo por tenerla - Te propongo no esconderlo de tu familia - Afanosa dijo al ver el rostro desencajado de su novia - ...luego de que tu madre esté mejor, no importará el resto - Concluyó obteniendo por fin una sonrisa genuina de la pálida.

El muchacho de seguridad hizo como la modelo le pidió, ayudó a salir a la mujer de fuerte temperamento, y personal de seguridad resguardó la salida de la más joven.

Se le hacía algo extraña la amistad entre estas dos mujeres, se veían de una forma un tanto confusa a su apreciación personal.

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Dahyun sentía sus manos heladas, el corazón a mil latidos por minutos y su cabeza estaba llena de diversos pensamientos.

En ese instante odiaba a la prensa por no darle un respiro a Sana, la quería ahí con ella siendo su soporte como muchas veces lo han sido la una para la otra.

Optó por escapar de sus pensamientos, llevó sus lagunas oscuras a observar lo igual que seguía la gran ciudad, nada había cambiado en esos años superficialmente, nada había cambiado tanto como ella.

El taxista se detuvo frente al gran hospital, con las manos algo temblorosas buscó el dinero para pagarle y sus piernas lo estaban aún más cuando tuvo que salir del carro.

Las respiraciones profundas hicieron acto de presencia, parte de ella le gritaban que no tenía por qué entrar, que esa gente que le dio la espalda, hace mucho tiempo dejó de ser su familia, pero la otra añoraba volver a verlos, hacer las paces con su pasado para poder continuar en paz con su presente.

A pasos lentos avanzó hacia el ala privada del hospital que Mina le indicó.

Su cabeza parecía un reproductor de video mostrándole desde momentos felices de su infancia, hasta cuando la echaron y la dejaron en la calle.

La opresión en su pecho aumentó, y sus pasos disminuyeron, la vista comenzó a nublarse por las lágrimas que se agolpaban en sus ojos, como pudo se arrimó a una de las paredes a respirar profundamente.

Necesitaba calmarse.

- Ya pasó - En susurros se repitió, tontamente pensó que ya había sanado ciertas heridas, pero la verdad era que solo estaban disimuladas en su corazón.

Esperó por varios minutos y maldecía en silencio que Sana no estuviera con ella.

Su puerto seguro, su hombro, su mujer era a quién necesitaba en ese instante.

- ¡Está sonando su teléfono! - La sorprendió una enfermera que pasó por su lado con agria actitud.

Con manos temblorosas sacó el móvil de su cartera, no dudo en deslizar su dedo por la pantalla para contestar.

- Estoy contigo - Fue lo primero que escuchó al abrir la llamada, su salvaje corazón encontró el bálsamo que exigía - Dahyun, tan pronto pueda iré contigo, mi amor, esta vez me tienes a mí - Sin articular una sola palabra, su mujer conocía lo que estaba atravesando, los miedos, las dudas y la angustia, definitivamente su Sana y ella estaban conectadas de una forma tan íntima y especial - Ahora ve... Te amo.

- Te amo - Fueron las dos únicas palabras que logró responder, con renovadas fuerzas, guardó su celular, enderezó su postura y retomó sus pasos.

La hora de enfrentar su pasado, llegó.

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Tiffany se mostraba distante para con la gente a su alrededor.

La decepción que cada persona representaba en esa sala de espera impedían que muestre el mínimo afecto hacia ellos.

De reojos observaba por un lado a Christopher junto a Miyeon y el pequeño Charlie, y por otro, las traidoras junto con sus hijos.

Al estar Taeyeon mejor, se les había permitido visitarla todos juntos en "familia" para subirle el ánimo.

Su esposa estaba bastante decaída por el tema de The Kim's y por el engaño de Momo a su hija, y eso, la punta del iceberg, haberle dado la espalda a Dahyun.

- ¿Abuelita, me puedo sentir aquí? - Yeri fue tan ágil que ni siquiera la vio acercarse a su sitio.

- Sí - Fue la escueta respuesta que pronunció.

Se sentía confundida respecto a la menor, ella no era culpable de nada, pero sí era fruto de la traición.

Tolerarlos a su alrededor, lo hacía por su esposa.

Taeyeon, al estar cerca de la muerte había perdonado rápidamente a la pareja, a Christopher y le pidió que extienda su misericordia a ellos.

Su esposa quería a toda la familia junta para volver a reconstruirla, sin embargo, ella en el fondo sabía que era para mitigar la culpa por lo de Dahyun.

Si la situación hubiese sido diferente, y Taeyeon no hubiera estado a punto de morir, sabía que destruiría a la familia de Momo y ni qué decir de su hijo, era seguro el destierro, pero como dicen... al borde de la muerte, las personas pueden cambiar, se vuelven más blandas y sensibles.

- ¡Mamá! - El chillido sorpresivo de la niña ojos chocolates sacó a todos de sus cavilaciones.

La vieron pararse y correr hacia la entrada de la sala de espera, con la mirada la siguieron sin ninguno imaginar remotamente que Kim Dahyun estaba de vuelta.

Continuará...

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