Capitulo 18

60 10 5
                                    

Capitulo 18

Narra Matt.

Cuando entramos di un portazo de golpe y tiré su bolso al suelo cuando vi que se me echaba encima. De un salto puso sus piernas alrededor de mi cintura mientras hundía sus manos en mi pelo besandome apasionadamente. Yo empecé a quitarle la ropa lentamente.

-Vamos mejor al dormitorio -me susurra al oído.

Cuando llegamos allí me tumbo encima suya y empiezo a quitarle la ropa. Cuando la esta en ropa interior me susurra al oído.

-Voy a por una cosa -me susurra seductoramente.

Apuesto a que serían condones.

Aprovechando que se había ido, me quito la ropa hasta quedarme en bóxer.

Cuando veo que la puerta se abre aparece con el pelo cepillado, sin maquillaje, y con una camiseta mía que se suele poner de pijama.

-Pero.. Pero.. Pero..

-Pero qué?
-Yo.. Tu.. Nosotros.. Osea.. Los condones..

-Que condones? Mira Matt. Si te crees que soy una de esas chicas con las que en una noche les dabas un beso y acababais en la cama estáis muy equivocados. Conmigo te lo tienes que currar un poco mas -y antes de que pudiera responder me da un beso rápido y se tumba dándome la espalda.

-Buenas noches, te quiero. -me dice.

-buenas noches -digo haciendo un puchero.

Me tumbo a su lado y le paso el brazo alrededor de la cintura atrayéndola mas a mi hasta dejar su espalda pegada a mi pecho.

-Yo también te quiero.

Narra Val.

A la mañana siguiente, cuando me levanto, veo una nota. Ay.. Después de lo que pasó con la última no se si mirarla. Me decido por mirarla.
"...Cariño preparate para nuestra cita, paso a recogerte a las once. Te quiero..."

Anhstcf una cita?!?!

Me visto y me plancho el pelo que me llega por la espalda y me pinto una rallita negra finita debajo de los ojos.

A las once en punto llaman a mi puerta. Cojo el bolso con las llaves, el móvil, monedero, etc. Y bajo a abrir la puerta. Dios..

Que guapo estaba..

Era perfecto. Como de costumbre.

-Hola -dije ofreciéndole una de mis mejores sonrisas.

-Hola -dijo entrelazando nuestro dedos mientras recorríamos el jardín hasta su coche donde, como no, me abrió él la puerta. Se lo agradecí con una de mis sonrisas.

El viaje en coche fue de lo que mas odiaba, guerra de preguntas con respuestas cortas.

-A donde vamos?

-A un lugar

-Cuál?

-Uno

-Donde esta?

-En el mundo.

-En que parte?

-En una.

-No me lo vas a decir?

-No.

-Seguro?

-No.

-Por?

-Es sorpresa.

-Que clase de sorpresa?

-Una.

-Dios! Eres increíble!

-Gracias

-No era un cumplido!

-Lo se.

Cuando llegamos, estaba en shock. Era mi restaurante favorito. Comimos tranquilamente, todo fue perfecto. Menos cuando le pedí a Matt que por favor no me hiciera reír mientras bebía. Obviamente, no me hizo caso y casi me atraganto.

Cuando salimos de allí, me llevó al parque a comernos un helado.

El mio no era de solo una bola. Era de fresa, nube, chocolate, vainilla, limón, coca cola, strachatela, oreo. Si. Ocho bolas. El de Matt era de nueve.
Él como siempre tenía que superarme.

Allí no me pude reír mas.

Fue a ver a un pato al lago y cuando se acercó lentamente a acariciarle el pato se volvió loco y lo tiró al lago. Yo ahí solo estaba preocupada por el pobre helado. Pero para rematar. Cuando me estaba riendo me acerqué a coger a uno de sus hijos para acariciarlo y a quien le saltó encima fue a mi.

Como no, haciéndome caer al lago con Matt.

Al terminar, me llevó a su casa. Ahora mismo estábamos en su salón.

-Ve subiendo tu a mi cuarto si quieres, yo voy dejando unas cosas en la cocina y voy ya bebé. -me dijo guiñandome el ojo.

Yo asentí y subí las escaleras hasta su cuarto. Cuando llegué allí, estaba todo oscuro y un caminito de pétalos de rosa hasta la cama alrededor de velas. Cuando entré, me giré al oír la puerta cerrándose. Cuando me di la vuelta vi a Matt apoyado en esta.

-Que haces -le pregunto.

-Que? Emm.. Yo.. Pues... Emm... Como eras virgen y yo me lo tenía que currar y yo emm.. Pensé que tal vez hoy.. Tu y yo... Emmm.. -me dijo mientras se sonrojaba.
Yo en modo de respuesta ne lancé hacia él besándolo y haciendo que caiga en la cama. Y si señores, esa noche perdí mi virginidad.

Diario de Val.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora