VIII

276 50 2
                                    

-Por lo tanto... no tenéis nada... -Concluyó Marcus después de contarle todo lo que sabíamos sobre la misión.

-Yo no diría que nada, pero sí es cierto que estamos algo atascados. -Dije a la defensiva. -Y la verdad, aunque desearía que el asesino no volviera matar, si no vuelve a cometer un crimen dudo que logremos dar con él. Trabaja con una maestría...

-¿Acaso oigo admiración por su parte? -Marcus preguntó con algo de repulsión.

-No admiro los actos que realiza, pero la precisión con la que los hace es inquietante. Ni siquiera fuimos capaces de relacionar los casos hasta hace bien poco, no hay nada que relacione a las víctimas, los escenarios estaban muy bien cuidados y él siempre aparece y desaparece como un fantasma. Tiene que haber algo que se nos escapa... -Dije volviendo a tomar uno de los reportes que había hecho la policía y que yo me sabía de memoria.

-A ti no se te escapa nada. -Dijo James sin dar importancia a sus palabras.

-Debe haberlo, algo hemos pasado por alto, algo no tenemos en consideración. Si no fuera así ahora mismo tendríamos alguna pista más. -Los dos nos enzarzamos en una dialéctica en la que exponíamos diferentes teorías que pronto descartábamos.

-Pues yo opino que os estáis exigiendo demasiado... -La intervención de Marcuss interrumpió el discurso de James. -Estáis cubriendo una ratio demasiado amplia... pero tengo la solución. – James y yo lo miramos con curiosidad. -Deberíais tomaros un descanso... relajar vuestra mente, de esa forma seguro todo funciona mucho mejor.

-Su solución para todo es siempre la misma. -Me dijo James fingiendo que su hermano no estaba.

-Hay gente que sólo sirve para llevar su vida por el mal camino, pero en este caso tu hermano nos viene de perlas... Señor Luch. -Dije en dirección a Marcus. -¿Qué le parece si usted se va de fiesta, incrementa el historial de libertinaje que a su hermano tanto le cuesta mantener, pero seguro usted disfruta, y deja que las personas con un intelecto algo más ... selectivo sigamos trabajando.

-Pues me parece una idea estupenda... aunque no crea ni por un segundo que no me he sentido insultado. Yo tengo un intelecto muy selectivo y se claramente cuándo y dónde voy a utilizarlo esta noche. -Dijo poniéndose en pie. -Hermano, abandonaré la ciudad de madrugada y por supuesto antes te haré llegar un informe con el itinerario que he llevado para que sepas lo que HAS hecho esta noche. -Su comentario fue acompañado por un movimiento de dejas que dejaba más que claro que es lo que iba a hacer esa noche. -Bueno amor.... -Dijo cuando estaba a punto de salir por la puerta. - Hazme llamar si necesitas otra clase de seducción, estaré encantadísimo de ser tu ferviente colaborador. -Y dicho esto desapareció.

-No se cómo has podido convivir con él tanto tiempo. -Dije intentando no insultar en demasía al hermano de James.

-Y yo no se cómo has podido besarlo. -El rostro de James no revelaba ninguna emoción.

-No me lo recuerdes... -Dije de mala gana cuando sentí cómo el mal humor volvía a mí.

-¿Ha servido para algo? – Me sorprendió tanto lo ansioso que lucía por mi respuesta que no pude evitar fastidiarle un poco.

-Bueno... creo que debería besar a otra persona con la misma pasión para poder compararlo...-Me acerqué lentamente a él y pasé mis brazos por su cuello. - ¿No crees...? -Por unos segundos la duda se plasmó en sus ojos, pero duró tan poco que por unos segundos pensé que lo habría soñado.

-No seas tan graciosa. -Dijo deshaciéndose de mis brazos como si le molestaran. – Creo que es importante para la misión que sepas interpretar tú papel, pero tampoco es necesario que te tires en los brazos de todos los hombres...

-¿Eso es un insulto? -Dije algo indignada. -Porque creo que hasta el momento he interpretado muy bien mi papel, incluso me atrevería a decir que el hecho de haber sido casi una monja me ha dado fama de ser exigente y selectiva con los hombres.

-Lo siento, no quería... -James siempre se comportaba como todo un caballero, por lo que, aquel comentario no había sido propio de él.

-Tenemos que hacer algo con lo de mi ... mi... bueno con las indiscreciones que voy a tener que cometer. Yo he tenido una idea al respecto y creo que puede funcionar.

-Soy todo oídos. -Respondió sentándose en uno de los sillones.

-Bien, pero prométeme que me dejarás explicarme antes de poner objeciones. -Él asintió y yo proseguí. -Creo que he de pasar ya al siguiente nivel con alguno de los caballeros. Supongo que con un par será suficiente si los elegimos bien.

-¡Ni hablar! -Respondió tajantemente.

-James, me estás interrumpiendo. -Dije utilizando el tono que emplearía una institutriz. – Quizás debería haber comenzado diciendo que no pienso mantener relaciones con ningún caballero, pero ellos sí lo creerán. -Ante mis palabras James pareció muy intrigado. – En un principio pensé en drogarlos y despertar a la mañana siguiente junto a ellos en la cama, alagarlos un poco y ya, pero supongo que si ellos no lo recuerdan tampoco van a presumir o quizás sí... bueno, la cuestión es que he ideado un plan mejor. ¿Qué piensas de contratar una prostituta? Yo estoy totalmente en contra de pagar a alguien para lograr placer y creo que mi plan es algo inmoral, pero es por un bien mayor. -Me apresuré a decir al ver su cara. – La cuestión sería la siguiente. Yo tonteo con ellos, compartimos algunos besos y los hago desearme. Después cuando me ofrezcan compartir con ellos ... bueno eso, entonces yo pongo mis reglas.

-¿Y estas son? – Pregunto James.

-Uno, sólo puede llevarse a término en mi casa; Dos, tiene que ser a oscuras; Tres, no podemos hablar mientras estemos compartiendo... intimidad; Y cuatro, al terminar deben abandonar mi casa. Es brillante ¿no crees? Incluso me atrevería a decir que me volverá más deseable el hecho de tener algunas manías en la cama.

-No se si tanto como brillante. -Respondió él pensativo. – Intercambiarte por una prostituta me parece buena idea y no digo que tu plan y tus requisitos no estén bien, porque estoy seguro de que si los planteas adecuadamente pueden convertirse en las exigencias de una mujer experimentada, pero y si no funciona. Podríamos poner en riesgo toda la misión.

-Lo he pensado, pero necesitamos introducirnos en el mundo del ... bueno de los perdidos. Y creo que puede funcionar. -James no parecía muy convencido. – Te propongo algo, iremos en busca de una mujer de vida alegre que se parezca a mí, después pondremos a prueba nuestro experimento en un ambiente que no pueda alterar la misión y si vemos que funciona ... James tengo que tener una reputación, y si no lo hago de esta forma tendré que acostarme con los hombres de verdad y tampoco es que me apetezca mucho, más bien nada, por no mencionar que primero tendría que practicar con alguien y... -Mi chachará fue demasiado para James, el cual no tardó en interrumpirme.

-Está bien, lo intentaremos.

LA VIDA TRAS LA MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora