VII

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Pocos días después de mi primera aparición en público comenzaron a llegarme invitaciones a eventos y fiestas privadas. Nuestro plan parecía comenzar a dar sus frutos, y a pesar de que era consciente de que lograr ir a las fiestas era la parte más sencilla de nuestra enrevesada misión, no podía evitar sentir cierto orgullo por el rápido logro.

James y yo habíamos acordado ir al mayor número de ellos siempre y cuando los dos fuéramos invitados. Yo había intentado convencerle de que no hacía falta que fuera mi niñera, pero él me aseguraba que si no era estrictamente necesario prefería que hiciéramos el trabajo en equipo. Probablemente James sabía que aquello no me valía como excusa, pero éramos un equipo y él era el experto, por lo que decidí dejar que por el momento mandara él.

Aquella noche iba a acudir a la tercera gran fiesta, sin contar con la inauguración del club de juego. La adrenalina y la euforia de la primera fiesta ya había pasado, y ahora sabía exactamente a lo que me atendría al cruzar las puertas de la mansión. La primera fiesta a la que asistí me dejó sin aliento. No es que yo fuera una salvaje, pero para alguien que jamás había participado de una fiesta aquella era bastante abrumadora. Después de la segunda velada decidí comenzar a llevar conmigo el anillo que James me había entregado y no precisamente porque me gustara la joya. El anillo era mi herramienta de defensa, Lluch me había dicho que en caso de verme muy arrinconada por un hombre y para no llamar la atención dándole una paliza, debía usar el anillo, cuya piedra podía desplazarse y dar paso a una ajuga impregnada con una droga muy fuerte y efectiva.

En la segunda velada ya había tenido que ingeniármelas para lograr, con mucha elegancia, ejercer la presión adecuada en el lugar preciso para lograr hacer que un hombre, que se llamaba caballero a sí mismo, se desmallara en medio de un salón repleto de gente. En aquella ocasión había logrado salir bien parada, puesto que llamé a un par de sirvientes y les dije que el caballero estaba demasiado borracho, pero sabía que no siempre podría echar mano de mis habilidades. Por esa razón, y después de haber practicado a llevar el anillo, ya que no deseaba pincharme a mí misma o a alguien por error, me había engalanado aquella noche con la joya. Al verme con el anillo James no había hecho ninguna pregunta, pero pude leer en su rostro que esperaba una explicación. La cual sea dicho, no le di.

La velada de aquella noche era algo diferente, las personas se mostraban mucho más desinhibidas. Por no decir lascivas. Al parecer en aquel tipo de lugares nadie tenía pudor o decencia. Los hombres toqueteaban a las mujeres en presencia de los demás y al parecer a nadie parecía importarle. James me había advertido de aquello, pero verlo había sido otra cosa. Por no mencionar que mi propio compañero se encontraba besuqueándose con una hermosa mujer. Conociéndolo como lo conocía, seguro lo hacía por la misión, James no era el tipo de hombre que hacía esas cosas.

-Disculpe ... ¿Qué decía? -Me encontraba coqueteando con un ministro, pero al ver aparecer al vizconde de Lighton, uno de los posibles sospechosos, mi atención se había trasladado de un hombre a otro.

-Es usted exquisita...- El ministro se inclinó y comenzó a depositar besos por mi hombro desnudo. -Yo me sentía muy incómoda, pero no podía detenerlo. Se supone que era una libertina y hasta el momento mi reputación era equiparable a la de una monja de clausura.

-Eres un zalamero... -Dije mordiéndome el labio inferior deliberadamente. Él me miró y pude leer el deseo en sus ojos. Se acercó a mí con poca delicadeza y estaba a punto de besarme cuando alguien chocó contra nosotros.

-Discúlpenme, pegdon...- Una hermosa y joven mujer, con un encantador acento francés me había salvado y no pensaba desaprovechar la oportunidad.

-Oh querida... -Dije separándome más del ministro y tomando a la sorprendida mujer del brazo. -Te he estado buscando por todas partes. Sígame el juego... -Añadí en un susurro.

LA VIDA TRAS LA MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora