ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝕍𝕀𝕀𝕀

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𝔈𝔫 𝔢𝔩 𝔮𝔲𝔢 𝔩𝔬𝔰 𝔡𝔯𝔞𝔤𝔬𝔫𝔢𝔰 𝔡𝔦𝔣𝔦𝔢𝔯𝔢𝔫 𝔠𝔬𝔫 𝔩𝔞𝔰 ó𝔯𝔡𝔢𝔫𝔢𝔰 𝔡𝔢 𝔰𝔲𝔰 𝔧𝔦𝔫𝔢𝔱𝔢𝔰 [𝔰𝔢𝔤𝔲𝔫𝔡𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔱𝔢].

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Snotlout quiso escupir al suelo en cuanto vio a esos cuatro estirados de pomposas vestimentas acercándose, siguiendo el rumbo que Hylla marcaba, pero el codazo de Hunter y la severa mirada de Hylla le dijeron alto y claro que no podía hacer esa tontería. Los monarcas se sienten sumamente ofendidos al esperar y tan solo recibir un saludo digno, se trata de un hombre robusto de estatura media y cabello rubio que inclina levemente la cabeza, casi como un leve asentimiento, y les desea unos buenos días al verlos llegar, pero nada más. Ezra incluso mira fijamente a su esposa para dejarle en claro que el resto de los vikingos deberían de saludar, pero ella se limita avanzar hasta las puertas del enorme establo improvisado que confeccionaron para los dragones.

–Comenzaremos con los dragones más amigables y fáciles de domar –comienza a explicar, Fishlegs rápidamente sigue a su jefa hacia la puerta de los establos. Cuando Hylla se voltea, Ezra se limita a cruzar los brazos tras la espalda y a esperar pacientemente–. El Gronckle, puede parecer duro e intimidante en un inicio, pero estos dragones se encariñan con facilidad y se mantienen leales hasta el último día de sus vidas. Los recomendamos especialmente para dragones de familia.

–¿Dragones de familia? –repite Ezra mientras Hylla comienza a abrir los portones de baja estatura.

Fishlegs es quien responde. –Dragones que son más bien tratados como mascotas, suelen ser usados para viajes cortos y cuidan de los niños debido a que los padres suelen tener muchas responsabilidades que atender. Suelen llegar a una familia en edad infantil o adolescente y crean sus vínculos más fuerte con los niños en lugar de los padres. La dragona con la que vais a tratar ahora es Meatlug, mi dragona, no os preocupéis majestad, mi chica es un encanto, seguramente no tendréis problema alguno.

Y mientras decía eso, las puertas del establo se abrieron y con algo de lentitud de allí salió la robusta dragona de Fishlegs, la Gronckle se mostró sonriente ante todos los humanos presentes, avanzó hasta donde su compañero de vuelo le señaló y esperó como una niña buena a ver qué era lo que ocurría. Hylla le dio una seña a Ezra y este dio unos leves pasos hacia la dragona.

–Tengo que admitirlo –empieza a decir mientras avanza–, es realmente un encanto.

Catriel alzó una ceja. –Me encantaría escuchar vuestra definición de "encanto" su majestad, porque hasta ahora usted no ha parado de señalar cosas desagradables como un "encanto".

–Voy a hacer como que no has dicho eso –Hylla gruñe un poco al decir eso, decide ignorar la mirada enojada de la reina, sobre todo porque susodicha mirada desaparece en cuanto Ezra hace el amago de fijarse en la reina de las Islas del Sur, y se acerca a la dragona y a su marido–. De acuerdo, primero que nada, tienes que extender tu brazo y esperar a que ella... ¿qué diantres?

Hylla se interrumpe a sí misma al ver la sonrisa bobalicona que tiene Meatlug en cuanto la mano del rey hace el amago de acercarse levemente. La dragona se emociona y se acerca mucho más de lo que debería de hacer en un contexto normal, antes de que nadie pudiese entender qué estaba ocurriendo, Meatlug alzó sus patas delanteras hacia los hombros del rey, tumbándolo de inmediato al suelo, colocándose arriba de él para comenzar a darle lametones en la cara.

–¡Su majestad! –suelta alarmado Raphael intentando acercarse, deteniéndose por la ofensa que sintió al ver a los vikingos conteniendo o soltando deliberadamente algunas risas.

𝕰𝖑 𝕵𝖚𝖊𝖌𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝕽𝖊𝖞. [HiccElsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora