Mierda. Siento como si alguien hubiera metido un batidor en mi cerebro. Por más masajes que doy no para el dolor. Me vendría bien esas píldoras mágicas para aliviar esta tortura. Me va a estallar. No hay rastro de enfermeras, qué curioso. ¿No me estaré quejando lo suficiente?De acuerdo, aquí vamos. 1...2...3
Tambaleo un poco, pero estoy de pie. Woah todo gira y gira y gira. Puede que sea mejor idea volver a la cama. Así ha de sentirse dar los primeros pasos. Espera... Miro mis pies.¿ Dónde esta la cosa blanca? No tengo ningún yeso cubriendo mi brazo tampoco.
Hay flores marchitas en las mesas auxiliares, globos desinflados de la ultima vez. ¿Cuánto tiempo habrá pasado? ¿Dias?¿Semanas? No tengo ni puñetera idea.
Ay mi trasero!!
Dar un paso nunca había sido tan complicado como en estos momentos. Si antes no había, ahora menos. Apoyada en el tubo de medicamentos, comienzo a andar poco a poco hacia una silla de ruedas. El posible causante de mi dolor de cabeza está retumbando ahora mismo. Estoy famélica, desconozco cuánto llevo comiendo de una bolsa. Necesito algo sólido pronto. Si tiene queso aún mejor.
Es estorboso ir con esto.
Desconéctate.
Me va a doler *cara triste mental*
No seas una nena y hazlo!
La verdad no estuvo tan mal. Vago por los pasillos de lo que parece indicar es la quinta planta del hospital. Las enfermeras ignoran mi presencia y las demás familias están en lo suyo.
Este lugar debería mejorar su personal. Tantas enfermeras y pasantes que se han cruzado y ninguno ha parado a preguntar qué hago por aquí.
Busco donde puedo obtener comida o algo para morder en lo que vuelve mi familia. Los letreros me llevan al segundo piso, según esto cruzando al ala este encontrare una cafetería.
Esta lleno de gente. Largas e interminables filas. Mi estomago no para de rugir, siento que en cualquier momento me devorara desde dentro.Tanta gente me molesta. Los sonidos me distraen y empeoran mi jaqueca. Avanzo entre la multitud y me adelanto hasta la caja, nadie dice nada, supongo que es el poder de una bata de paciente y una silla de ruedas.
— Disculpa, ¿qué tienen de comer?
Sonríe — ¿Que ha dicho tu doctor querida?— ¿el doctor?...Mis gestos deben reflejar claramente mi duda. — Tu doctor es el que dictará tu dieta y las enfermeras llevarán la comida que te corresponda al cuarto. No estamos autorizadas a darle comida directamente a los pacientes. — maldición. Comienzo a odiar el poder de la bata y silla de ruedas, ¿de qué sirve que me dejen adelantar si no puedo obtener mi comida de todas maneras? Muy amable la señora, eso si.
— No lo he visto desde que desperté. Tengo mucha hambre. ¿Sería tan amable de hacer una pequeña excepción ?— Ojos grandes y suplicantes , ese truco no falla.
— Lo siento querida, no podemos. — se retira y atiende a quien sea esté detrás de mí.
Genial, ignóreme sí le place. Ruedo los ojos y me voy. Ha de estar tan acostumbrada a los pacientes tratando de convencerla que se ha hecho inmune a cualquier ruego.No queda más que volver al cuarto y esperar a mi maravilloso doctor. Dudo que se dieran cuenta que se les salió un paciente, nadie ha activado alguna alerta como en las series que veo. Curioso, puede que esa cosa no sea real.
Fiesta de luces y una mujer chillando "código azul" son mi bofetada corregidora.
Hola habitación #24 nos volvemos a ver. Cinco pares de ojos me reciben, solo están ahí parados, no hablan y tampoco creo que respiren. El enfermero se retira después de dejarme en medio de la habitación. Hombre, no pudiste dejarme en alguna esquina...
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Dolor y sacrificio
Fantastik*Coff coff* Cuando dos mundos diferentes se ponen uno frente al otro, no se puede esperar otra cosa que no sea miedo a... - Lo desconocido intento hacerme picadillo! PICADILLO!! Claro que me da miedo ese desquiciado masacra- humanos. Lo desconocido...