Cada día de batalla había algo nuevo a lo que enfrentarse, nuevos monstruos que emergían de los mares, la tierra o el mismo aire, en el este había combates rápidos entre todos los bandos, seguía habiendo caos en todo Falmart, pero había ocurrido un acuerdo, llevaron el control centralizado a una locación secreta, desde donde estarían a salvo de influencias oscuras o de control mental.
La guerra en Falmart se recrudeció en cada frente de batalla, cada día nuevos documentos de bajas fueron mandados a los cuarteles para informar acerca del curso de acción, las nuevas armas les dieron la oportunidad de pelear, pero seguía sin ser suficiente, su poder de fuego no era todavia suficiente para eliminar a enemigos que eran tan duros como Duracero y con poderes tan devastadores.
Draken estaba en su oficina, leyendo informes y enviando respuestas a sus generales y oficiales, ni un paso atrás, esa fue su directiva por varias semanas, de no ser porque se lo recuerdan, seguramente habría perdido la cuenta, cada día eran reportes de fuertes perdidos, de tierras conquistadas o de mas masacres.
Ese día en especial se estaba quedando dormido, quizás un viaje astral para ver el frente de batalla podría ser posible, pero se sentía inquieto, pensando en que quizás algún monstruo podría atacarlo, y sus recuerdos de su viaje al borde del sistema solar le helaba la sangre.
Pero sabia que quizás era buena opción, llamo a Valiant para que vigilara, se aseguro de tener puesto su anillo y comenzó el proceso para separar el cuerpo y espíritu, mientras Valiant permanecía en su lugar, era de los pocos que podria confiar en que podria cuidarlo de cualquier amenaza.
Pero Draken no era el único que estaba teniendo una situación difícil, Damber estaba en su laboratorio con otros compañeros y subordinados, últimamente se había llevado la propuesta de investigar la magia de ese mundo, pero por ahora era mejor mantener la magia separada de la tecnología.
Estaba trabajando muy duro para mandar nuevos robots y maquinas de guerra alrededor del planeta para contrarrestar los incalculables números de enemigos, y no era broma, lucharon en batallas con miles de tropas en ambos lados, pero lo que encontraban aquí eran situaciones extraordinarias que hacían que la guerra sea muy complicada.
Recientemente hablaron de los Daevas y los Sarkistas, no le importaba esa patraña de la magia y hechicera, para él, la magia no era mas que una manifestación de tecnología que la mente ignorante elevaba demasiado al no poder entenderla, el no se jactaba de entender la magia, pero tampoco estaba dispuesto a morir de miedo mientras hechiceros y brujas mataban a los soldados.
Mientras trabajaba estaba esforzándose por conseguir mejores armas, queria mejorar su artillería, pero el problema era que si aumentaba demasiado las cargas eléctricas y el flujo de plasma causaría un desgaste extra en los cañones, una baja en la capacidad de disparo y podría no ser suficiente para ser considerado armas eficientes.
Estaba construyendo todo cuando el cansancio se apodero de él, su cuerpo no respondía, se quedo en su lugar, sujetándose a una mesa de metal, miro a su alrededor y las runas estaban activas, estaban tratando de atacarlo, corrió a una mesa y tomo un casco, queriendo ponerlo para tratar de salvaguardar su mente, pero colapso en el piso agotado.
En su mente, se abrieron un par de puertas metálicas, estaba en una inmensa fabrica como solamente había visto en su planeta natal, camino por los pasillos, consiente de que era una mera ilusión, sus pasos resonaron entre los muros, acompañados del incesante ruido mecánico del trabajo industrial.
Su camino siguió hasta llegar al corazón de la fabrica, un lugar donde pudo reconocer la antigua silla de su padre, un hombre formidable que durante años logro hacer que su sistema solar y los dominios de su familia florecieran aun con pocos recursos, pero el recuerdo del imperio y los rebeldes siempre molestaba a Damber.
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Gate: Paladines Estelares
FanfictionPara muchos, el mundo de Falmart era un lugar lleno de los problemas de la antigüedad, era cierto, la gente padecía hambrunas, enfermedades e inseguridad, pero nada que la Tierra no hubiera sufrido antes. La ignorancia era la mejor armadura contra...