Gate: Paladines Estelares

Las Estrellas Caídas

Death Stars es un grupo de mercenarios muy conocidos en toda la galaxia por siempre cumplir su misión y hacer sangrar a sus enemigos hasta que se rindieran, eran mayormente humanos ya que muchas razas los veían como un grupo despreciable ya que había rumores acerca de que durante sus múltiples trabajos ellos asesinaban a todo oponente sin misericordia, destruían ciudades enteras y las hacían desaparecer para siempre.

Nadie negó nunca ese rumor pero la razón podría ser tal vez que el terror que generaba, hacían que pensar en que si se resistían serían destruidos hacía que muchos grupos rebeldes se rindieran o escaparan antes que pelear contra el ejército Mercenario.

Lucharon para los rebeldes contra el imperio, lucharon contra el imperio en favor de los rebeldes, era una cuestión de quien pagaba mejor y primero, en realidad a los Mercenarios eran indiferentes de esa gente, sus políticas les eran indiferentes, solamente les interesaba ganar mas dinero y fortalecerse.

Quizás su mayor problema era que a veces sus contratistas se resistían a pagar, cosa que al líder de los Death Stars nunca le hizo gracia, aunque les ofrecían puestos permanentes en los gobiernos golpistas, nunca aceptaron, para ellos la vida era moverse de un lado a otro y evitar asentarse en un solo lugar.

Hasta el momento pocos sobrevivieron a un encuentro contra los Death Stars, en un punto llegaron a encontrarse de frente contra Darth Vader, sobrevivieron al encuentro y la mano derecha del emperador ofrecía grandes cantidades por sus cabezas, incluso el emperador era consiente de que un ejercito dirigido por Jedi era peligroso y varias veces mando a flotas tras ellos, teniendo resultados desastrosos. 

Ellos eran una fuerza bien organizada con estrategias para todo tipo de situación, una de sus estrategias era bloquear el comercio por completo, destruir a los cargueros que abastecen a los planetas, bloquear el acceso a los refuerzos y destruir flotas enteras antes de que pudieran llegar a socorrer a sus aliados.

En tierra usaban todo tipo de armamento, desde los convencionales rifle Blaster, cañones de propulsión de masas hasta armas no tan convencionales como lanza llamas para destruir obstáculos como bosques y atacar líneas re abastecimiento, inclusive usaban los trajes de los Stormtrooper de la era clon, pero con una distintiva estrella roja con un cráneo en el centro como el logo principal del ejército.

El número de soldados y vehículos con los que contaban era muy grande tomando cuenta que no trabajaban para ningún gobierno, tenían 9,800 soldados de infantería, más 20 pilotos de una versión modificada del caza estelar TIE que servía como defensa o ataque, 70 vehículos de ataque terrestre pesados y varios vehículos de transporte ligero para los soldados, su preparación era muy exigente al punto de tener bases prefabricadas en sus almacenes, además de algunas naves de transporte aéreo.

Quizás lo más impresionante era su nave insignia a la que se le nombró el Devastador, una nave tan grande como los destructores estelares del Imperio pero con muchas diferencias que lo hacían mucho más competente a su contraparte Imperial, en el pasado fue una de las naves de la Republica, pero cuando se desvaneció, entre el caos el líder de los Death Stars se encargo de obtener una ganancia, además de modificarlo con diferentes contratistas y bajo diferentes condiciones, tenia que crear una fortaleza que los protegiera del Imperio y los Rebeldes que nacieran con el tiempo.

Reforzada desde el exterior en un astillero que mas tarde construiría los cruceros estelares, fue diseñada para la guerra de alta intensidad, soportaría un castigo inmenso antes de tener que entrar a la atmosfera de algún planeta para repararse, además de que su fiabilidad era inmensa.

Ya en el pasado lucharon contra las flotas del Imperio y lograron vencer a enemigos que los superaban 3 a 1, los rebeldes era todavía mejor, ya que en una ocasión destruyeron el equivalente a 3 flotas, destrozaron las naves insignia y tomaron un gran botín, pero eso era historia para otro día.