Capítulo 23: Final...¿feliz?

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La lluvia golpeaba en las ventanas mientras Izuku se paseaba por aquel departamento, meciendo suavemente a la pequeña de rubios cabellos que comenzaba a dormirse en sus brazos. Solo esperaba que lo hiciera pronto, y que el pequeño que descansaba en su cuna no despertara. Pues tener que calmar a dos cachorros él solo, no sería tarea fácil.

Kacchan había tenido que salir, según le indicó necesitaba realizar algunos trámites universitarios, además era probable que sus amigos quisieran pasar la tarde con él, llevaba demasiado tiempo sin siquiera darles señales de vida, de seguro prácticamente lo interrogarían cuando lo vieran.

Izuku no tuvo problemas en eso, de hecho él mismo le propuso al Omega que se quedaría cuidando a ambos cachorros mientras él salía con sus amigos, la verdad el peliverde creyó poder sobrellevarlo fácilmente, pues de seguro Shoto podría ayudarlo, pero no contó con que este le mencionara que tenía planes y estaría ocupado durante ese día.

Así que ahí se encontraba, tratando de hacer dormir a uno de sus cachorros mientras esperaba que llegara la persona que Kacchan había insistido en contratar para que lo ayudara ese día, es curioso, al parecer el rubio sabía que el Alfa bicolor no podría acompañarlo, aún incluso cuando no se lo había mencionado.

Cuando la pequeña estaba a punto de cerrar sus verdes ojos, el ruido de la puerta siendo golpeada con desespero hizo que esta despertara y comenzara a quejarse. El Alfa gruñó para sí mismo mientras mecía al cachorro y se dirigía a abrir la puerta.

-...esta te va a costar cara, Kats. No puedes simplemente desaparecer por meses y después llamarme cuando nece...¿Izuku?-

La voz de una chica refunfuñando fue lo primero que pudo oír al abrir la puerta, seguido de la expresión de sorpresa que esta tenía en su rostro. Tal vez pasaron varios años, pero Izuku podía identificar fácilmente ese cabello rosa tan alborotado como el suyo.
-¿Mina? ¿Qué haces aquí?-

-¡No! ¿Qué haces tú aquí? Te habías ido hace años a quien sabe donde- Cuestionó con molestia
-¿Cuando volviste? ¿Por qué estás en el departamento que me indicó Kats? Y ¿Por qué tienes en tus brazos a un .... ¡¡Ahh!!-
Las preguntas y reproches de la pelirrosa desaparecieron en el preciso instante que vio a la pequeña entre los brazos del pecoso, sin más ingresó al departamento, tomando al cachorro entre sus brazos y jugueteando alegremente con él.

Izuku observó bastante descolocado a la chica por su repentino cambio de actitud, quiso hacerle mil preguntas, pero un llanto, proveniente de la habitación hizo que se encaminara hacia allá.

-No puedo creer que Kats me haya ocultado la existencia de esta cosita tan preciosa- Habló Mina meciéndola suavemente y ganándose un par de sonrisas por parte del cachorro.

El peliverde regresó, esta vez con el pequeño de cabello oscuro en sus brazos.

-¿Qué? ¿Cuántos son?- Cuestionó Mina con sorpresa.

-Solo son dos- Explicó con voz calmada.

-Kats me tendrá que dar muchas explicaciones y tu también ¿En qué momento tuvieron cachorros?- Habló con voz dura, muy contraria a los gestos y jugueteos que le expresaba a los cachorros.
-Aww, son tan lindos. Son idénticos a ti, en especial este pequeño de ojos rojos-

-¿Tú crees?- Cuestionó el Alfa, totalmente enternecido por los gestos de los pequeños ante la pelirrosa.

-Por supuesto, tiene las mismas pecas que tú y esos cabellos verdes y rizados. Y este pequeño de acá también, solo que es rubio- Sonrió con ternura.
-Dámelo, quiero cargar a ambos cachorros- Solicitó alegremente mientras extendía su mano libre al Alfa.

Con un poco de duda, Izuku le entregó al otro pequeño. Mina sonrío con ambos cachorros en sus brazos. De pronto, la mirada de la pelirrosa se posicionó con rudeza sobre el más alto, seguido de una fuerte patada en uno de sus tobillos.

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