Extra: Unidos

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Habían pasado cerca de 6 meses desde que Yamikumo fue arrestado, y durante todo este tiempo la relación de Katsuki e Izuku fue bastante complicada. Y no, no es que el amor y cariño que ambos se tenían simplemente hubieran desaparecido, por su puesto que no, ya habían pasado por muchos como para querer separarse nuevamente, es sólo que toda la situación que implicó el proceso legal del pelinegro, repercutió fuertemente en ellos.

A decir verdad, enfrentar a la familia Midoriya y peor aun hacer frente a Yamikumo durante las declaraciones en su juicio, fueron vivencias bastante amargas.

Izuku tuvo que declarar frente a el juez, los abogados, el jurado y todos los relacionados en el proceso, como fue engañado y manipulado por su hermano, como pasó años de su vida encarcelado injustamente, y cómo aún después de salir este se empeñó en arrebatarle absolutamente todo lo que amaba.

Ver la sonrisa altanera del pelinegro mientras su propia voz quebrada relataba su experiencia, y su madre desde el público lloraba ante las horribles acciones de uno de sus hijos, solo hacía que la ira se apoderara de Izuku, pero, definitivamente lo que lo hizo estallar de rencor y provocó que los oficiales tuvieran que sacarlo del lugar para evitar que se abalanzara a golpear a Yamikumo, fue oír las palabras de su hermano luego de las declaraciones de Kacchan.

El rubio debió relatar frente a todos, al igual que Izuku, como fue que el pelinegro trató de manipularlo, además de las artimañas que había hecho y las amenazas que habían recibido él y sus cachorros.
Pero lo que realmente sorprendió a Izuku y a muchos de los presentes (a excepción de Shoto, quien ya tenía conocimiento de aquello) fue oír como es que Yamikumo se encargó de drogar a Katsuki para que su Celo se extendiera mucho más de lo normal, como es que en ese estado en el cual prácticamente no tenía control de su cuerpo o pensamientos, el Alfa de cabello negro poseyó al rubio Omega incontables veces.

Y es que, en esa sociedad marcada por el menosprecio a los Omegas y la superioridad de los Alfas, nadie hubiera tenido mayor interés en que un Alfa fuera "incitado" a poseer a un Omega sólo porque el Celo de este último se presentó, eso era prácticamente "normal", pero es que oír como el pelinegro encontró la forma de tener bajo su disposición al rubio por casi dos semanas, sin brindarle alimentos y penetrándolo aún cuando este estaba inconsciente debido al agotamiento, dejó bastante perplejos a muchos, y más aún cuando el mismo acusado se había encargado de relatar con lujos y detalles cada una de la acciones que hizo con Katsuki durante todo ese tiempo, acciones que el mismísimo Omega desconocía.

Encadenado de manos y pies, y custodiado por un par de oficiales, Yamikumo subió al estrado, con una sonrisa altanera dibujada en su rostro, relatando cada mínimo detalle de lo que ocurrió en su departamento.
"Él dijo que me necesitaba, que quería mi dura polla en su interior"
Relamía sus labios cada vez que expresaba como el Omega gemía y gritaba bajo su cuerpo, como se encargó de llenarlo una y otra vez.
"No tenía previsto utilizar los potenciadores hormonales, pero al ver como se veía tan delicioso en ese estado, no podía desperdiciar la oportunidad de extender ese paraíso"

Once días, ese fue el tiempo que el pelinegro se había encargado de penetrar y envestir al rubio sin descanso una y otra vez.
"Solo me detenía para darle algo de agua para que no se deshidratara, no importaba las veces que se desmayara o como entre sus sollozos y gemidos gritaba ese estupido apodo que le dió a mi querido hermano, no planeaba dejarlo ir"

Ante la atenta mirada de todos los presentes, Izuku se abalanzó sobre el pelinegro, deseaba partirle el rostro, pero fue rápidamente detenido por los oficiales y fue obligado a abandonar el lugar.

Luego de eso, llegar a un veredicto para el pelinegro no les tomó mucho tiempo a los jueces, evidentemente era culpable, y no sólo de abusar y drogar al Omega, si no también de la extorsión y manipulación hacia Izuku y la falsificación de documentos.

Yokubō 欲望Donde viven las historias. Descúbrelo ahora