12.Algo incontrolable

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Madison salió corriendo de la cafetería, esperando dar a la salida con Brandon, desafortunadamente, no había rastro de él por los alrededores, por lo que se dispuso a correr sin rumbo. Le dolía cada músculo de su diminuto y esbelto cuerpo, los pies le ardían bajo aquellas bailarinas de unos cuántos números menos del que actualmente le correspondía. Sentía cómo le empezaba a faltar el aire, por lo que dejó de correr tontamente y se decantó por preguntar a alguien que pasase por allí el camino hasta el hospital. A pesar de llevar algo más de mes y medio en Roslyn, aún no lo había pisado puesto que no necesitó hacerlo antes. Joseph acababa de llegar al hospital, había cogido el metro por lo que apenas tardó unos 15 minutos en llegar, éste corría hasta recepción, dónde lo atendió una mujer fondona, de apróximadamente unos 50 años, con el rostro moteado aquí y allá de arrugas que se solapaban unas a otras, parecía feliz a pesar de tener un trabajo tan aburrido como ése, tenía el pelo corto, liso y de color castaño, unos ojos ambarinos destacaban sobre su rostro redondeado. 

—Buenas tardes, mi familia está ingresada, quisiera saber en qué habitación se encuentran —dijo Joseph un tanto sofocado tras haber corrido desesperadamente hasta allí. La mujer ahora estaba seria y miraba al muchacho, luego se dispuso a hablar.

—Necesito que me diga el apellido de su familia, su nombre y parentesco, de lo contrario me temo que no podrá entrar.

—La familia Lawler, mi nombre es Joseph, Joseph Ryan Lawler, soy el hijo mayor del matrimonio, y mi hermano pequeño está ahí, tiene que dejarme entrar... —la mujer miró el registro de los pacientes del hospital en el ordenador, comprobó que efectivamente estaban ingresados, ésta le pidió al joven el DNI, una vez se había asegurado que realmente era un familiar, volvió a hablar—. 

—Bien, están en la planta de cuidados intensivos, aún no tienen habitación asignada, están en observación, puede esperar hasta que salga el doctor, avisaré de que ya llegó un familiar para que le llamen cuando tengan noticias.

—Está bien, muchas gracias —tras aquello, caminó con paso ligero hasta donde la enfermera le había dicho. Se sentó en uno de los acolchados asientos verdes de la sala de cuidados intensivos, respiraba agitadamente, con la preocupación latente en todo su ser, resoplaba y miraba de un lado a otro cada vez que había movimiento allí—.

Por su parte, Brandon ya se encontraba muy cerca del hospital, había ido corriendo a toda prisa durante todo el camino. Una vez halló el lugar y ya se encontraba fuera de éste, paró a tomar aire y calmar su respiración. Un rato después se había serenado, por lo que se adentró. Al igual que su primo, fue hasta recepción.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle, joven?  —dijo amablemente la recepcionista—.

—Buenas, mis tíos y mi primo están ingresados en la planta de cuidados intensivos. ¿Podría decirme la habitación en la que se encuentran? —la amable señora, algo más mayor que la que había atendido a Joseph, le dedicó una leve sonrisa, luego, al igual que la anterior, le exigió que dijera el apellido de la familia y su nombre completo. Una vez lo dejaron pasar, corrió hasta dar con el lugar exacto, allí vio a Joseph sentado con la mirada clavada en el suelo. Caminó hasta él y le tocó el hombro, éste alzó la mirada.

—Brandon, ¿qué haces aquí? No tenías por qué venir, yo me quedaré durante todo el día, puedes volver a casa —preguntó a la vez que farfullaba—.

—No me digas que me vaya porque no lo haré, también son mi familia, tú eres mi familia, ¿acaso se te olvida?  —repuso éste, cruzándose de brazos—. Déjate ayudar por una vez en la vida, quítate esa coraza, sé que estás destrozado ahora mismo, ¿y sabes?, eso no sirve de nada. El orgullo no siempre es bueno, recuérdalo. A veces también se necesita a la gente que te quiere, y sin duda, éste es uno de esos casos —tras eso, se sentó a su lado, dándole una palmada en la espalda. Joseph no pronunció nada al respecto, sino que se limitó a permanecer en silencio. Brandon se dispuso a hablar nuevamente—. ¿Se sabe algo más? Me dijeron que no tenían aún habitación..

Mi destino eras tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora