Capítulo VIII

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Finalmente el titán de Eren se levantó y esta vez parecía que era él mismo quien lo controlaba con su voluntad. Y esto causó un sentimiento de alivio en los soldados veteranos al ver que Eren efectivamente podía ser esa arma humana que le diera la vuelta a la situación en la que estaba la humanidad.

Aunque antes de ver aquello el escuadrón de Rico se encontraba en una situación desesperada, y de esto se dio cuenta la joven Schmidt cuando volvió de matar un titán de ocho metros que se estaba acercando. Lo que no imaginaba era que del escuadrón de Rico Brzenska solo quedaran la líder y otra soldado, esto hizo que Emma de cierto modo se sintiera culpable pero no lo dijo en voz alta, simplemente aprovechó que no había sido vista por el titán y se acercó a este por detrás clavando los ganchos del equipo de maniobras en la parte superior de la espalda para acercarse usando el gas y cortar la nuca del titán.
—Eres ágil y te adaptas bien a la situación, Schmidt. Gracias...—dijo Rico cuando vio quien fue la persona que mató al titán.
—Solo hago lo que puedo...—respondió Emma dándose la vuelta.

La preocupación de los soldados pronto acabó cuando vieron que el titán de Eren estaba caminando con la roca gigante en su espalda, era como si fuese ver al titán Atlas cargando la tierra sobre sus hombros como castigo...excepto que en esta ocasión Eren no lo hacía por castigo, él lo hacía para salvar a la humanidad y recuperar Trost. Esto causó que Ian determinará otra misión para el equipo elite que estaba allí.
—¡Defiéndanlo a muerte! ¡Protejan a Eren hasta la puerta aunque les cueste la vida! ¡No dejen que se le acerque ni un titán!—exclamó Dietrich recibiendo respuesta afirmativa de todos los del equipo elite.
—Ustedes vayan con él. Es una orden, ¿entendido?—ordeno Ian a Mikasa, Armin y Emma.
—¡Recibido!—exclamaron los tres al tiempo.

En eso vieron como Mitabi y su escuadrón estaba corriendo por el suelo intentando llamar la atención de los titanes, pero esto no se lograba a menos de que estuvieran muy cerca de ellos.
—No puede ser...Bajar al suelo es un suicidio. Sin caballos ni edificios, no podrán pelear.—mencionó Armin al ver la situación.
—No, ahora es lo único que podemos hacer. ¡Sigan a Mitabi!—mencionó Ian antes de lanzarse hacia los titanes.
—Vamos...Armin, Emma.—dijo Mikasa también lista para salir haci donde estaba Jaeger.

Los escuadrones de Ian, Mitabi y Rico estaban logrando el objetivo de despejar el camino para el titán de Eren y este lograba avanzar con mayor facilidad hacia la puerta de Trost para ponerle fin a esta misión y recuperar el distrito.
—¡Queda un titán!—exclamó Armin al ver que había un titán justo en el hueco que Eren debía tapar con la roca.
—Yo me encargo.—respondió Mikasa yendo hacia el titán.
—¡Apártate!—le gritó Rico al gigante llegando desde uno de los lados y cortándole el ojo izquierdo con las cuchillas.

El movimiento de Rico le hizo más fácil a Mikasa el trabajo de acabar con el titán pues estaba en el suelo y fue más fácil llegar a su punto débil para luego dejarlo en el suelo y observar cómo Eren seguía su camino y lograba bloquear con éxito el agujero que había hecho el titán colosal en la entrada de Trost. Este hecho logró conmover a los veteranos pues por primera vez en mucho tiempo la humanidad había logrado ganarle a los titanes y habían recuperado parte del territorio que se creía perdido. Y pronto se vio una señal de humo amarilla indicando el éxito de la misión, y que ya no había manera de que entraran más titanes al distrito Trost.
—¡Vienen el resto de titanes! ¡Subamos a la muralla!—exclamó Rico al ver a dos titanes acercándose.
—Nos iremos tras recuperar a Eren.—respondió Mikasa.

Fue tan rápida la llegada de los titanes que apenas pudieron sacar a Eren del titán, por este motivo el cuerpo de Emma se movió por si solo hacía uno de los titanes y logró cortarle la nuca haciendo que cayera al suelo, pero algo sorprendente es que el otro titán también también cayó y sobre el cadaver de este se vio a un hombre con una capa de la legión de reconocimiento, para ser más precisos...era el que anteriormente Emma había conocido como el capitán Levi.
—Mocosos, ¿que rayos pasó aquí?—preguntó el recién llegado, pero rápidamente volvió a hablar.
—Hmp...No importa eso por ahora, cualquiera que tenga tiempo que me acompañe.—mencionó Levi.
—Mikasa, Armin...cuiden de Eren, iré con el capitán Levi.—dijo Emma antes de seguir al azabache.
—Debemos eliminar a los titanes que quedan dentro de la muralla y parece que tú aún tienes energía para eso. Da tu mejor en esta nueva misión que te estoy asignando...—le dijo el capitán a Schmidt.
—¡Entendido!—respondió Emma para seguir al mayor y usar sus habilidades para matar algunos titanes.

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