CAPITULO 43

354 42 14
                                    

Nota: Hoy tocó doble actualización, ya que el martes no tuve la oportunidad.

CAPÍTULO 43
———————𑁍

La risa de Karen nunca se había escuchado tan fuerte hasta ese momento, en el cual Terry y Allen se encontraban en una situación algo embarazosa para ambos. La mano de Allen estaba sobre la cintura de Terence, y con la otra lo tomaba de la mano. Había costado muchas plegarias para convencer a Terence de practicar el baile con Allen en vez de Karen, ya que el rubio tenía la mala costumbre de pisar.

—Cuidado donde pones tu mano... —advirtió el castaño al sentir que Ally estaba agarrando confianza de más.

—Jamás había visto algo tan hermoso —mofó Karen, riendo a toda voz—. Me arrepiento de no haber traído mi cámara.

—Ríete todo lo que quieras, pero te recuerdo que esta serías tú si yo no yo jugara al sacrificado —expuso Terry, no pasándola bien. Los pisotones de Allen y su falta de ritmo no se los deseaba ni a su peor enemigo.

Ally le dió una vuelta a Terry, dirigiéndolo de regreso a sus brazos para luego sostener su peso a la hora de dejarlo caer.

—¡Mi espalda no se dobla así! —vociferó Terry, apretando los dientes ante el dolor. Seguido eso, cayó estrepitosamente en el suelo, pues Allen lo soltó sin querer—. ¡Ouch!

—Lo siento, Terry. —A pesar de disculparse, Allen se rió de buena gana. Terry se estaba sobando el trasero—. ¿No te lo estropeé?

—Cállate y ponte en posición de nuevo. No nos vamos hasta que sepas los pasos a la perfección.

—Llevamos horas aquí... —Allen hizo su cara de fastidio, cansado de lo perfeccionista que Terry podía ser—. Deberías relajarte de vez en cuando.

—Me relajaré cuando terminemos.

—No te salvas, Ally —rió Karen, estando muy entretenida con el espectáculo que sus amigos le montaban.

Al final del baile, Allen y Terry ya estaban agitados. Sus cuerpos estaban demasiado cerca, sintiendo la respiración del otro, pero llevaban tanto tiempo bailando que no se percataron de ello.

—¡Falta el beso! —recordó Karen con un alarido, rodeando su boca con sus manos.
La reacción inmediata de los muchachos fue separarse como si el otro fuera una plaga. Ambos pusieron cara de repulsión e hicieron varios sonidos de asco, causando en Karen otra carcajada. Ellos la siguieron, disfrutando de hacerla reír.

Practicaron los pasos hasta que Terry se sintió convencido de que Allen era digno de bailar con Karen sin lastimarla, y antes de darse cuenta, se hizo de noche.

—Maldición... —Terry dijo bajo su aliento, mirando el reloj que Susie le había regalado—. Ya se me hizo tarde.

—¿Para qué? —preguntaron Ally y Karen.
—Iba a cenar en casa de Susanna hoy. —Pasó su mano por su cabello, respirando profundo. Había fallado en ir varias veces.

—Hace días no vas —señaló Karen, recordando que todas esas noches la había pasado con él durante entrevistas, ensayos, y bromas.

—Será mejor que te apresures. No debe estar muy contenta —recomendó Allen, bajando la mirada.

—Supongo que tienes razón. ¡Deséenme suerte! —Saltó del escenario para correr por el umbral, olvidando por completo su gorra irlandesa, regalo de parte de Karen, colgando en una de las butacas.

Terence Granchester La Historia DefinitivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora