CAPITULO 34 "Audiencia a puertas cerradas."

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(agosto 1, 2005, Los Ángeles, California, USA)

(Jefferson Davis/abogado.)



Esta mañana acudí ante el juzgado a fin de hablar con el Juez Freeman del caso McNamara; es increíble que otro asistente del Fiscal Federal armara un caso en contra de una niña de nueve años y cuatro amigas por homicidio múltiple; para colmo todo es circunstancial y lo enredo todo de tal manera que culpo a la pequeña Serena de las acciones de un narcotraficante.


Ya en la oficina del Juez espero poder convencer al juez de que no hay tal caso de homicidio y si un acoso injustificado contra la pequeña, pero para esto, necesito saber en qué basa su acusación, sé que no mostrara pruebas, pero al menos me daré una idea. -

-Señor Juez, no podemos dejar a esos asesinos libres, son psicópatas. - dijo Flanery

-Señor Juez, el abogado Flanery no hace más que conjeturas y calificaciones sin pruebas, ¿Por qué las llama Psicópatas, si ni siquiera las ha visto un psicólogo? ¿no es eso ofensivo y acusar sin fundamento? - le digo al juez

-Tiene razón abogado Davis, abogado Flanery, ¿qué pruebas tiene de que son psicópatas? – pregunto el juez

-Señoría, solo mostrare tres imágenes que hablan más que lo que yo pueda decir. - dijo Flanery, sacando de una carpeta tres fotografías, las cuales mostro al juez, yo solo levanto la ceja con curiosidad.

- ¿Esto es correcto? – pregunto el juez a Flanery

-Fueron tomadas por la policía y el laboratorio de investigación criminal al recoger los cuerpos y más evidencias. - dijo el abogado del estado.

-Davis ¿Qué dices a esto? – me pregunto el juez, pasándome las fotografías.


Cielos, las imágenes son perturbadoras, una muestra a un hombre atravesado por tres estacas clavadas o atadas, no lo sé a una rama de árbol; otra imagen es la de un hombre atrapado hasta la cadera por una especie de trampa de cazadores con estacas, que le atravesaron las piernas. Por ultimo otra imagen muestra a un hombre con tres flechas clavadas en el pecho, puedo ver a su lado una ametralladora pequeña.


Vuelvo a revisar las imágenes y noto más armas en las otras fotografías, por lo que digo

-Señoría, si se fija bien, este hombre tiene en la mano sujeta una ametralladora y en un costado lleva un arma ¿es acaso un hombre inocente, cuando persigue a cinco niñas pequeñas? Le recuerdo que Serena Maxwell McNamara solo tiene nueve años de edad y las otras cuatro no pasan de los doce años la mayor. - le digo haciendo notar las armas del alfiletero humano, pasando la foto una vez más al juez.

-Señoría ¿acaso eso justifica el sadismo con el que fueron atacados? - dijo Flanery

- ¿sadismo? Abogado Flanery, no sé con quién está comparando a esas niñas, pero yo lo que veo es que usaron trampas de cazador hechizas para defenderse de hombres armados que las perseguían, solo Dios sabe con qué intenciones. - le digo mirándolo y volteando hacia el juez para ver su reacción.

- ¿Qué las perseguían o que las buscaban para capturarlas por criminales? – dijo el asistente del fiscal

- ¿Buscarlas porque crímenes Señor Fiscal? Aun no dice usted el crimen que cometieron esas niñas para que fueran perseguidas con intenciones de capturarlas por veinte hombres armados con ametralladoras; así que díganos ¿qué crímenes cometieron esas niñas para ser criminales con orden de captura? Yo se lo diré abogado, esas niñas no cometieron ningún crimen, solo ser amigas y que una de ellas sea la hija de Selena McNamara. Señor asistente del Fiscal Sean Flanery, le recuerdo que el jefe de esos hombres era Marcos Cortez, un hombre que estaba bajo arresto domiciliario y era juzgado por narcotráfico, así como por varios homicidios y violaciones de menores, un caso en la corte que llevaba la abogada McNamara, la madre de Serena Maxwell quien por cierto fue asesinada esa misma tarde. - le reclamo y veo al juez, pues él tenía en su sala de la corte hasta lo sucedido, el deber de juzgar al narcotraficante.

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