(diciembre 20, 2013, Mendocino, California, USA)
(Serena Maxwell McNamara)
Hace un par de días que regresamos de Denaly, Alaska y estoy feliz, pues por primera vez en ocho años tendré un festejo de navidad como en los viejos tiempos, cuando mi madre estaba con nosotros.
La casa del rancho está decorada y lista para recibirlos a todos, pues vendrán mis amigas y sus padres, así como papá; pasaremos aquí las fiestas, solo espero no les importen los cambios.
El rancho esta como siempre, lleno de vida y movimiento a pesar de haber perdido a muchos en el incidente, todo aquel que llega pidiendo trabajo es aceptado, aquí no hay problema con tener ex militares, la única regla es el respeto y la disciplina.
En Mendocino, saben que estoy aquí y las damas de la ciudad vendrán para hablar conmigo, no sé qué quieren de mí, pero nada pierdo con escucharlas.
Debido al incidente anterior, Nathan ordeno que todos estuvieran armados por lo que cada mes llegan algunas armas y municiones al rancho, se hizo construir un deposito bajo tierra para almacenarlas por si teníamos problemas, sé que eso llamara la atención de alguien en algún momento, pues un rancho con setenta ex militares que almacene armas y municiones no es común, pero no importa he hecho los arreglos e informes necesarios con el viejo Sheriff Rogerson que esta por retirarse, más se resiste a dejarlo, un hombre como él no es fácil de dejarlo ir; también está su hijo que es alguacil, Mendocino no podría estar más seguro en otras manos.
Son las tres de la tarde y desde hace un momento estoy en la entrada esperando a las Damas de Mendocino, otro de los cambios es que, desde el incidente, hay dos guardias armados en la entrada y la puerta está cerrada, hay una garita en la que los guardias se refugian y los turnos son de ocho horas, así que nadie pasa sin dar aviso a la Casa Grande.
Si bien Tobías es el capataz, es Nathan el encargado, así que ambos son avisados si alguien llega a las puertas. Veo a lo lejos los autos acercándose, viene una patrulla seguro es el Sheriff trayendo a su esposa, me pregunto cuál es la urgencia en hablarme, Tobías dijo que habían venido a buscarme, pero yo estaba en Denaly, Alaska.
Se detienen frente a la casa y veo descender de los autos a diez señoras y de la patrulla al Sheriff y a su hijo. Vaya ¿Qué pasara?
-Bienvenidas al Rancho McNamara. - les digo
- ¿Acaso le cambiaste el nombre Pequeña Serena? – pregunto el Sheriff
-Claro que no Sheriff Rogerson, hola Steve ¿Cómo estás? – respondo sonriendo.
-Cada vez más viejo pequeña y tu cada vez más bella como tu madre que en gloria este. - responde el aludido.
-Pasen por favor, díganme ¿Cuál es el problema Sheriff? – le pregunto
- ¿Por qué crees que hay problemas pequeña? – me pregunta a su vez el Sheriff
-Porque de lo contrario me habría mandado llamar, pero vino acompañado de Steve; pero vayamos al salón, ahí nos servirán café y pastas. La receta de la abuela.
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Los Lios de Serena
RomansaLa bella hija independiente, de un millonario sobreprotector. Cuyos secretos pocos conocen. Un contrato del Gobierno de alto Secreto, que trae consigo peligros y amenazas. Un Guardaespaldas solitario, muy consiente de su trabajo. Que cree que su pr...