CAPÍTULO 13

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Eran casi media noche y lo único que se podía escuchar era el sonido de unas pisadas recorrer solitario estacionamiento de la empresa, no había ni una sola persona en el lugar que hiciera compañía al pálido, solo había uno que otro automóvil que aún permanecían ahí como símbolo de que aún habían empleados laborando hasta altas horas de la noche.

Cosa que al alfa no le preocupaba, puesto que ya estaba acostumbrado a salir tarde de su trabajo o a dormir en la oficina si tenía mucho trabajo acumulado. Porque se supone que Corea del Sur era uno de los países más seguros, según las autoridades y medios de comunicación.

Siguió caminado unos cuantos metros más hasta que por fin pudo visualizar su vehículo que recientemente había comprado, después de haber ahorrado por algunos años y por la insistencia de Namjoon y de su hermano, que prácticamente lo obligaron a comprar el auto con la simple excusa de que su antiguo carro estaba muy viejo y que parecía de anciana de 80 años.

Aunque el pálido hubiera preferido ahorrar ese dinero o gastarlo en otra cosa que realmente valiera la pena, pero siempre le recalcaban que un ejecutivo como él debería llevar algo a su altura y no esa vieja chatarra que conducía.

Pero también lo había comprado por recomendaciones de su madre que le insistió en que se consintiera un poco y que se diera un pequeño lujo, es por esa razón que terminó aceptando y comprando ese auto que según él había sido un gasto inmisario.

Cuando por fin estuvo al frente de su vehículo, sacó las llaves y las introdujo en el auto con intención de entrar en él, hasta que algo en el reflejo del vidrio captó su atención y en un movimiento rápido giro para buscar en la mirada lo que parecía la sombra de una persona escondida entre los carros.

Pero no había absolutamente nada, el pálido suspiro cansado y sacudió ligeramente su cabeza. Al parecer el cansancio había comenzado a hacer estrago y lo estaba haciendo imaginado cosas, pero había algo que no encajaba en toda esta situación y no iba a permanecer más tiempo en ese lugar para comprobar si sus teorías eran ciertas.

Entro en su vehículo lo más rápido que pudo y comenzó a manejar de forma tranquila y despreocupada para no levantar sospecha, él alfa no era tonto y sabia como actuar ante estas situaciones, además tenía muy presente que algo no estaba bien y se sentía en el ambiente.

Inclusive días atrás se había sentido vigilado y un día esos cuando entró a su oficina se encontró con la sorpresa de que todas sus cosas se encontraban en el suelo y desordenadas, como si alguien hubiera estado buscando algo y no lo encontró.

Aunque al principio pensó que algunos de sus empleados habían hecho eso como venganza, ya que no era sorpresa que algunos de ellos lo odiaran por ser un poco quisquilloso en el trabajo, pero al final del día lo dejo pasar y lo tomo como una broma de mal gusto que tal vez sus compañeros de trabajo le habían hecho.

Al cabo de cinco minutos se sintió un poco relajado y decidió poner un poco de música para aligerar un poco el ambiente y sentirse menos estresado. Dirigió su dedo a la pantalla táctil de radio, pero se detuvo a medio camino cuando alzo su mira y vio por el retrovisor como dos autos de color negro con vidrios polarizados sospechosos.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando vio que aquellos autos lo venían siguiendo de cerca y no tenía idea de cuánto tiempo habían estado siguiéndolo o que intentaban hacerle. Si tan solo no hubiera estado tan concentrado en sus pensamientos hubiera al menos notado la presencia de esos dos carros misteriosos.

Rápidamente se enderezó y tomó con ambas manos el volante para comenzar a acelerar el auto, acción que fue notada fácilmente por sus persecutores que se percataron del cambio brusco de velocidad del automóvil.

𝙼𝙸 𝙾𝙼𝙴𝙶𝙰 𝙴𝙻 𝙼𝙰𝙵𝙸𝙾𝚂𝙾 - 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽 (𝙾𝙼𝙴𝙶𝙰𝚅𝙴𝚁𝚂𝙴)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora