Capítulo 7: De regreso a... ¿casa?

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Vio como el cuerpo del demonio comenzaba a desaparecer en cenizas, vio su rostro de arrepentimiento, vio sus lágrimas

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Vio como el cuerpo del demonio comenzaba a desaparecer en cenizas, vio su rostro de arrepentimiento, vio sus lágrimas.

Pero no eran relevantes para él.

No le importaba.

Gyutaro guardó su katana y le dio la espalda, dispuesto a irse y con el pensamiento de qué, ahora Senjuro era libre y podía descansar en paz, como le escucho decir una vez a Shinjuro.

"Espero... espero descanses en paz" fue lo único que pudo pensar.

—Hermanito... hermanito, tengo miedo.

Se dió la vuelta apenas escucho la palabra "hermanito", costumbre quizás, y encontró a la cabeza del demonio junto a otras partes de su cuerpo todavía en el suelo.

El demonio no parecía estar en si, es como si viera a otra persona en vez de a él. Con un poco de inseguridad, se acercó, manteniendo su katana lista para ser empuñada por si acaso. Uno de los tantos brazos del demonio todavía seguía presente, al ver la mano abierta sintió la necesidad de agarrarla, se tomó unos segundos y lo hizo.

—Hermanito... vamos a casa.

Eso fue lo último que dijo antes de que todo su cuerpo desapareciera.

—No tenemos la culpa de haber nacido en un mundo tan horrible... ¿Verdad? —soltó un suspiro. Recordó lo dicho una vez por el Señor Shinjuro, —Cuando te conviertes en demonio solo piensas en comer... pierdes tu juicio, tu razón... —se rascó la cabeza. —¿Somos diferentes? Ambos pensamos en sobrevivir...

Oh, habia una diferencia.

Su hermana, Gyutaro solo podía perdonar y entender a su hermana.

Los demás demonios no son su problema.

Frunció el ceño y se dió la vuelta, la Selección no ha culminado aún y todavía habían demonios por ahí.

Los siguientes días se encargó de buscar información en los demonios que le ayudarán en su propósito, intentaba conseguir una respuesta antes de cortarles la cabeza. Fue en vano, ningún demonio tenía la intención de ayudarlo, ni siquiera lo escuchaban, solo se lanzaban directamente.

Así llegó al final de la prueba. En el séptimo día estaba afuera del bosque de glicinas con los demás finalistas, sucio, con hambre y una que otra herida. Ah, y no hace falta decir lo cansado que se encontraba, Gyutaro estaba usando la katana para afirmar su cuerpo acabado, quería descansar.

—Felicidades, han pasado la Prueba Final para convertirse en Cazadores de Demonios, agradecemos que sean parte oficialmente de esta cofradía. —se inclinaron a manera de agradecimiento, eran seis chicos en total, seis nuevos cazadores que se integraban a la Cofradía de Demonios.

—¿Ahora qué? ¡He sobrevivido, quiero mi katana! —gritó un chico a sus espaldas, no volteó para verlo, no le interesaba, pero sus gritos si lo molestaron.

Siempre Juntos | AU Kimetsu No Yaiba | RoleSwapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora