¿Y si Gyutaro y Ume hubieran sido los protagonistas?
Vivir en los barrios más bajos del Distrito Rojo ya determina tu futuro. Las mujeres más bellas a lo mejor y asciendan a buenas casas, pero incluso así su destino sigue siendo cruel.
Su madre nunc...
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Gyutaro se esforzó por recuperar el aliento mientras se levantaba entre las piedras dispersas. La visión levemente nublada se aclaraba poco a poco, revelando la figura del líder demonio que se acercaba hacia él con pasos pesados.
—Deberías haber aceptado tu destino desde el principio, cazador. —gruñó el líder, su voz resonando con un tono imponente y amenazador. Sus ojos centelleaban con una intensidad feroz, como si llevara consigo la furia de todo su grupo.
El de manchas se puso en guardia, quería anticipar algún golpe al menos, su katana temblaba ligeramente en sus manos, pero su mirada estaba fija.
—No me digas que hacer. —declaró Gyutaro, ajustando su posición y preparándose para otro golpe.
El demonio alzó una de sus enormes manos, las garras afiladas brillando con una peligrosa intención. Se lanzó corriendo hacia quien en esos momentos consideraba su presa.
Por accidente, en un intento de levantarse del suelo, la demonio pisó algunas ramas que distrajeron al líder. Gyutaro aprovechó la distracción momentánea del demonio para lanzar un rápido ataque, dirigiendo su katana con precisión hacia el costado de la criatura. Sin embargo, la fuerza y resistencia del demonio demostraron ser abrumadoras. El líder bloqueó el ataque con su brazo, apenas mostrando signos de flaqueza.
—No deberías meterte con el líder de una manada. —gruñó, contrarrestando el ataque de Gyutaro con un golpe rápido de su garra. La katana del cazador se deslizó hacia un lado, dejándolo vulnerable por solo unos segundos ante el próximo movimiento del líder demonio. Gyutaro se lanzó hacia atrás, un movimiento improvisado que logró cortar algunos dedos de la mano izquierda del demonio.
"No tengo mucha experiencia peleando así." el de manchas empezó a cuestionarse si podía hacer mucho contra un oponente que peleaba cuerpo a cuerpo. "No, no muestres desconfianza." Gyutaro reprimió sus dudas mientras se concentraba en el combate que tenía delante. Sabía que mostrar debilidad ante un oponente tan poderoso solo empeoraría las cosas. Se obligó a mantener la calma y a buscar cualquier oportunidad para ganar ventaja. El demonio lanzó otro feroz ataque, esta vez con un golpe lateral que Gyutaro apenas logró esquivar, sintiendo el viento del golpe rozar su mejilla. Sin perder tiempo, contraatacó con un rápido corte dirigido hacia el cuello del demonio, pero este se apartó ágilmente y respondió con una embestida brutal.
El cazador se movió con destreza para evitar el ataque directo, pero el impacto fue suficiente para enviarlo tambaleándose hacia atrás. Apenas tuvo tiempo de recuperarse antes de que el demonio se abalanzara sobre él nuevamente, con garras extendidas y un rugido de furia.
—No está mal para un cazador de bajo rango —gruñó, con una sonrisa salvaje bajo su máscara de jabalí— pero no será suficiente.
