—Hermanito, hermanito.
—¿Qué pasa, Ume? —preguntó mientras abría la puerta corrediza de su pequeña casa. Sacando su cabeza y mirando hacia ambos lados. Una leve brisa movió sus cabellos negros, hacía frío y estaba seguro que más noche nevaria.
—¡Pero mírame! —se quejó la chica, su hermano suspiró molesto y le dio toda su atención. —¡Mira lo que le quite a la señora! —le mostró feliz unos billetes, como unos cincuenta yenes. Gyutaro se sorprendió. —¡Lo hice cuando fue a atender a un cliente, y nadie me vio! —sonrió, extendiendo su mano hacia su hermano. —Hermanito, ¿podemos comer algo para la cena?
Gyutaro agarró el dinero y se quedó callado un rato, pensando.
—¿Umh..? ¿Hermanito?
—¡Esa es mi hermana! —le dio unas leves palmadas en la cabeza a la chica, sonriendo, orgulloso de su robo. —Yo sabía que tenías cerebro ahí adentro. —su hermana hizo un puchero ante el insulto. Pero se le fue enseguida, feliz de que su hermano la elogiara a su manera.
—Entonces, ¿podremos comer algo para la cena? ¡Por favor, hermanito!
—Intentaré conseguir una buena cena, buscaré en las tiendas y te prometo que en la noche comeremos algo. —guardó el dinero en su bolsillo, asegurándose de no perderlo. Agarró su hoz y se hizo a un lado en la puerta. —Vamos, la señora te está esperando y yo tengo que ir a cobrarle a unos idiotas.
La chica asintió feliz, y salió de su casa lista con su kimono blanco, anteriormente le pertenecía a su madre fallecida, cuando lo encontró su hermano lo lavó y como este estaba un poco roto, ella lo cosió para probarselo. Espero afuera a qué su hermano saliera y así ambos fueran a La Casa dónde trabajaban.
Los hermanos salieron de casa, y emprendieron camino a su trabajo, todos los días, Gyutaro llevaba a su hermana con la señora y de ahí se iba a hacer su trabajo cobrando deudas. Ya entre la tarde y la noche regresaba por su hermana y se iban juntos a casa. Y así sucedía todos los días, una rutina muy sencilla.
Al caminar por aquellas sucias calles, recibían miradas de todo tipo, algunas apreciando la belleza de Ume, unas de mujeres envidiosas intentando criticar cualquier defecto, y como no, hombres elogiandola. Pero al ver a Gyutaro, todas esas miradas pasaban a hacer de miedo y asco, repulsión y horror, como si estuviesen viendo a un monstruo repugnante, uno que podría matarlos sin problema. Ellos eran unos hermanos muy conocidos, Gyutaro se encargó de espantar a todos esos hombres que intentaba aprovecharse de su hermana, ya que todavía no ejercía ese trabajo que hacían todas las mujeres, y aunque así fuera tampoco les dejaría acercarse fácilmente.
Si por él fuera, Ume no se acostaría con ningún hombre por alguna razón económica. Pero bueno, es "el llamativo Distrito Rojo", no había otra manera de salir adelante.
Gyutaro miro a hacía el frente, más específicamente, a todas esas personas que miraban a su hermana. Estás dejaron de hacer eso y bajaron la mirada asustados, ese chico era capaz de clavarles su hoz en la frente sin remordimiento.
ESTÁS LEYENDO
Siempre Juntos | AU Kimetsu No Yaiba | RoleSwap
Fanfiction¿Y si Gyutaro y Ume hubieran sido los protagonistas? Vivir en los barrios más bajos del Distrito Rojo ya determina tu futuro. Las mujeres más bellas a lo mejor y asciendan a buenas casas, pero incluso así su destino sigue siendo cruel. Su madre nunc...