¿Y si Gyutaro y Ume hubieran sido los protagonistas?
Vivir en los barrios más bajos del Distrito Rojo ya determina tu futuro. Las mujeres más bellas a lo mejor y asciendan a buenas casas, pero incluso así su destino sigue siendo cruel.
Su madre nunc...
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Gyutaro aprovecho la pequeña brecha que se abrió, corrió y se impulsó pisando la pared que estaba a su derecha, con la katana en alto y decidido a acabar con esto hoy y ahora.
"Respiración de la Flama... Tercera postura: ¡Espíritus Ardientes!"
Un corte en diagonal, simulando un arco y balanceando la katana en dirección al cuello del demonio.
El demonio no pudo tocar su tambor, sintió un calor rozar su cuello, como si sus células fueran quemadas lentamente al paso de la katana. Al mismo tiempo, Gyutaro se apoyó en el suelo y con rapidez se llevó una mano a sus costillas, soltó un quejido de dolor y se desplomó en el suelo.
"Respire demasiado profundo..."
Tomó aire e intentó relajar sus músculos, repitiéndose sin parar: "Pase por mucho, esto no es nada", luego de unos segundos volteó a ver al demonio que había decapitado, su cabeza se desvanecía lentamente.
—Hey, mocoso. —Gyutaro frunció el ceño, no quería hablar ni escuchar al demonio luego de todo lo que tuvo que hacer para llegar a él. —Lo que dijiste antes... mi técnica demoníaca era... ¿era horrible?
El cazador no esperaba esa pregunta, miró en otra dirección pensando por unos segundos y volvió a mirarlo. Minutos atrás, había soltado un comentario sobre la técnica demoníaca de ese demonio, diciendo que era horrible y molesta ya que estaba harto de girar muchas veces, parece que ese comentario tocó algo en el demonio que hizo que sus defensas bajarán, es por eso que logró crear una brecha.
Pero si era sincero, era una técnica increíble, si lo usabas para un propósito contrario.
—Girar la habitación y cambiarla a gusto es... algo, Mmh... —Gyutaro se sentía un poco incómodo. —favorable, incluso divertido si no tuvieras el objetivo de matarme. —los ojos del demonio parecían brillar, algo raro. —Pero... mataste y encerraste a muchas personas con esta técnica, eso es asqueroso.
El demonio lo entendió, con la mitad de su cabeza ya hecha cenizas, sintiéndose tranquilo.
Gyutaro recordó algo, del bolsillo de su pantalón busco algo y saco una jeringa, o eso tenía entendido, parecía una cápsula delgada y tamaño de un dedo. Él se acercó y la tiro como un dardo en dirección al cuerpo del demonio, la jeringa se clavó justo en la espalda y extrajo una cantidad de sangre hasta llenarse por completo.
"Vaya... tenían razón, extrae la sangre al instante, la hizo Yushiro..." el cazador la tomó, mirándola con detalle, era un mecanismo interesante que no entendía del todo. Se vio interrumpido por el maullido de un gato, se dio la vuelta y vio a un gato de tres colores, blanco en su mayoría, tenía una de esas hojas con un ojo de Yushiro en su collar y una pequeña mochila.
—¿Tú eres quien le llevará esto a Tamayo? —mientras el gato se restregaba contra él, Gyutaro se encargó de asegurar bien la muestra de sangre en esa mochila, un poco extrañado por lo afectivo del animal. —Ya está. —el de manchas lo miro, nunca pensó que alguien podría tener un gato como... ¿cómo había dicho Tamayo? ¿mascota? bueno, eso, recuerda que una vez se quiso comer uno, pero era demasiado peludo para su boca. —Ya te puedes ir.
