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06 De Septiembre, 2020

Ese cristalito roto, yo sentí como crujía
antes de caerse al suelo, ya sabía que se rompía.
Está parpadeando, la luz del descansillo
una voz de la escalera, alguien cruzando el pasillo.

— ¿Por qué estás arreglándote tanto? —cuestionó Jordyn mirándome desde la cama.

— Mamá dijo que debía hacerlo, que era un día especial —me encogí de hombros.

Jordyn se quedó en silencio mientras me veía vestirme con cuidado de no deshacer la trenza que mamá había tejido en mi cabello hace unos momentos.

— Lee —llamó— ¿qué se siente?

La miré, confundida, pero decidí no preguntar nada, ella parecía estar procesando la pregunta que acababa de hacerme y necesitar su tiempo antes de continuarla.

»¿Qué se siente tener una mamá? ¿O una hermana? ¿Qué se siente saber que tienes a tanta gente queriéndote, que no son solo dos?

— Dee —dejé a mitad la tarea de ponerme los zapatos para sentarme a su lado y tomar su mano entre las mías—, sabes no son solo dos ¿verdad? Sabes que siempre vas a teneme a mi, a mamá, a Leslie.

— Tú no entiendes Lee, ustedes son como mi familia... pero no lo son, no de verdad.

— Dee, una familia no está definida por los lazos biológicos, una familia es mucho más que eso, son sentimientos, cariño, amor, comprensión, es... ese lazo que tienes con una persona y que sabes que es tan fuerte que nada lo puede romper, podéis discutir, pero siempre vais a arreglarlo, porque el amor que sientes hacia esa persona no te permite odiarla.

»Compartir sangre o parentesco genético no determina que se sea una familia, para mi, tú eres mucho más mi hermana que Cynthia y lo sabes, a pesar de que no compartamos sangre, Dee tu eres parte de mi familia.

Jordyn parpadeo unas cuantas veces pero al final unas lagrimas resbalaron por sus mejillas corriéndole el rimel.

— Intenté hablar con papá, sobre cómo no quería que él se casara con Cynthia ni quería casarme con Cole —contó—, pero al parecer la opinión de su única hija no es importante. Yo no le importo a mi padre, Lee. A pesar de ser solo él y yo, no le importo.

Odiaba hacer esto sobre mi, pero verdaderamente entendía mejor que nadie lo que estaba experimentando Jordyn, sabía de primera mano lo que era importarle un bledo a tu padre.

— Pensé que él iba a cambiar después de ir a rehabilitación, por eso regresé a casa, pero la única diferencia que hay de aquel entonces a ahora es que al menos, antes, cuando siempre estaba borracho, no intentaba comprometerme con nadie por sellar lazos —dijo lo último imitando la voz de su padre y yo tuve que contenerme para no reír.

»Nos han roto —siguió— por su culpa no somos adolescentes normales, somos chicas que no saben lo que es la comida del McDonald's, o ir a una fiesta donde la persona más joven tenga setenta años, que no sabemos lo que es enamorarse, tener a alguien que te quiera por lo que eres y no por lo que tienes, tener a alguien que te despierte en la mañana en medio de besos y que te abrace cuando estés triste.

— Dee —llamé— ¿por qué hablas de repente del amor romántico?

— Quiero enamorarme, Lee. Quiero a alguien que me diga te amo y que lo diga enserio, el otro día vi que la mayoría de las adolescentes tienen su primer desengaño amoroso, yo tengo dieciocho y lo más cerca que he estado de un desengaño amoroso fue que Jack muriera en Titanic.

— Estuviste enamorada de Ian —recordé— eso cuenta.

— ¿Ves? Al menos tus hermanos, Ian, Jackson, Cole, son unos promiscuos que tienen sexo con toda la que se le aparezca, lo más cerca que yo he estado del sexo ha sido cuando me besé con Max en primero.

El Diario de Kaylee (Libro #1: Los Hermanos Ryder) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora