¿Pesadillas?

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 —¿Cómo te ha ido? —otra pesadilla— Cálmate, la silla no te hará daño.

Ese sueño fue más claro que muchos otros, esa noche, viajé a Armélis, la real, la que ardía en llamas. Ghirga y yo, nos encontrábamos en una cámara subterránea, llena de capsulas con los cuerpos de otros usuarios de altas conciencias. Atado, donde estaba, en una plancha metálica con cada dedo aprisionado desde las uñas con dedales azul celeste, hasta ligaduras doradas absorbentes, lo cual cancelaba todo movimiento en mis brazos. No era doloroso, porque obstruir el punto de objeto en alguien, provoca adormecimiento, en ese momento yo las creía pesadillas, pero para esa ocasión yo ya llevaba algunos meses aprisionado, los suficientes como para no sentir nada.

La apariencia real de los Ghirga se encontraba resguardada las mismas capsulas que todos ahí, a excepción de, eran cascarones, y ellos, desde el cuerpo que manipularan, intentaban devolver sus conciencias a ese lugar. Era algo imposible para ellos, en muchos aspectos:

1. Sus mentes habían pasado demasiado tiempo fusionadas como para separarse sin una habilidad medica de neurocirugía laser nivel 6, dorara o celeste.

2. Aun encontrando a esa conciencia, de la cual solo había 5 registros en toda Armélis, habría que separar el color también, para lo que se necesitaría una conciencia psíquica colorimétrica, de la cual solo había un registro en la Zona continental.

3. Esas dos, eran solo el inicio y los trabajos más laboriosos, porque había que conseguir inspectores, los cuales supervisaran el ámbito motriz de los cuerpos y... conciencias de absorción, para supervisar la personificación.

Ghirga estaba en desventaja de llevar a cabo ese proceso, porque durante la recuperación se encontraría a la merced de las conciencias ya mencionadas con anterioridad. Sin embargo, había alternativas como en todo tratamiento: podía recuperar un solo cuerpo y usar el de un usuario actual para la otra persona, debería ser un usuario con el mismo nivel y color que aquel que no recuperara su cuerpo original, además de tener una habilidad repelente a la de "fábrica" de los Ghirga, así ellos podrían absorberla y crear un corto circuito, que transmitiría la energía vital suficiente como para fusionarse sin todo el vulnerable procedimiento dicho en un inicio, que, si bien era la opción más segura, no la más conveniente.

Había una mujer frente a mí, una mujer embarazada, ya con la gestación bastante avanzada, tendida en una plancha como en la que yo me encontraba, salvo que ella no tenía el punto de objeto retenido, personificaba a una mujer con cabello de serpientes de color celeste, por lo brillante del mismo, no era difícil deducir que era, por lo menos, un nivel 5. Aun con lo brillante del celeste, el rostro escamoso de su personificación, lucía cansado, los parpados caídos, los pómulos marcados como si acabaran de chuparle todo el aliento. La mujer me dirigió una mirada, unos ojos enormes y verdes chocaron con los míos, unos ojos muertos, con un color violáceo por debajo, remarcando las bolsas y ojeras, la nariz roja por el frío, pues no llevaba más que una delgada túnica, la cual dejaba ver, no solo su barriga, sino también los bordes de su voluminoso cuerpo.

—R-r-r- rector Moon —balbuceo. Ella sabía quién era yo, pero yo, no sabía quién era ella.

Entonces Ghirga volvió a entrar en la habitación, había hurtado el cuerpo de una mujer alta, de cabello negro, labios carnosos y de tono rojizo, los pómulos bien levantados y el cuello estilizado, la que fue esa usuaria, se movía con tanta elegancia como un ganso sobre un estanque cristalino.

—¿Ya conocías a Kira, Diane? —preguntó Ghirga a la mujer, acercándose para acariciarle la mejilla— Nos va a acompañar en tu proceso, solo en caso de que algo salga mal —guiñó para ella. Parecía genuinamente feliz de tenerla ahí: silbaba, tarareaba, de vez en cuando, le apretaba las regordetas mejillas para besarle la nariz o los labios.

Conciencias: ¿Más cerca de la utopía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora