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El grupo estaba durmiendo en el sótano de los Wheeler. Habían tenido una noche difícil, ninguno podía conciliar el sueño. Solo Dustin pasó la noche en vela para cuidar de Max.
-Hola, Lea, habla Eddie el Desterrado. ¿Estás ahí?- Sonó un Walkie Talkie. -Lea, ¿Me oyes?... ¿Lea?- Dijo sonoramente lo último.
Lea trató de moverse sintiendo un peso en su espalda y alrededor de su cintura. Abrió los ojos y tomó el Walkie Talkie.
-Tierra a Lea.- Decía Eddie.
-Hola, aquí estoy.- Dijo Lea hablando con sus ojos cerrados.
-¡Linda! Buenos días. Perdón por despertarte.- Dijo Eddie.
-No te preocupes, cuéntame. ¿Qué pasó?- Dijo Lea tratando de no volver a dormirse.
-Necesito que me traigan comida pronto, a menos que quieran que salga al mundo exterior.- Dijo Eddie.
-No, no salgas.- Dijo Lea bostezando. -Quédate donde estás e iremos en cuanto podamos.-
-Si, si, si. Escucha, ¿Me traen un six pack de cerveza?- Dijo Eddie.
Lea frunció su ceño, abrió sus ojos y comenzó a mirar la habitación.
-Ya sé, es una estupidez beber ahora, pero una cerveza fría me calmaría mucho los nervios.-
Lea al no ver a Max se asustó.
-Hey, Eddie. Después te llamo, ¿Si?- Dijo Lea para luego apagar el Walkie Talkie.
Trató de moverse pero un peso se lo impedía. Miró sobre su hombro y vio a Steve durmiendo plácidamente mientras la abrazaba. Inconscientemente sonrió con ternura. Con cuidado movió el brazo de Steve para quitarlo de su cintura, y así poder ponerse de pie.
-Dustin... ¡Dustin! Despierta.- Dijo Lea moviendo a su amigo, el cual estaba durmiendo.
-¿Qué?- Murmuró Dustin.
-¿No estabas vigilando a Max?- Dijo Lea.
-Sí.- Dijo Dustin frotando sus ojos.
-¿Dónde está?- Preguntó Lea.
-Ahí.- Dijo Dustin apuntando un sofá. -Estaba ahí hace un segundo. Juro que dormí solo... Una hora.- Dijo mirando su reloj de muñeca.
Lea abrió sus ojos sorprendida.
Ambos se enderezaron y salieron del sótano para dirigirse a la cocina.
Suspiraron aliviados al ver a Max sentada y dibujando.
-Buen día, chicos.- Dijo la Señora Wheeler. -¿Todo bien?-
