Diosa Ilegitima (Saint Seiya fanfict) +18

Cap 26

Isaac: Artemisa con quien estás. . —al ver a los chicos se quedo petrificado, note como Hyoga también abría sus ojos grandes dejando caer el teléfono de sus manos.– ¿Hyoga?. . —Shun frunció el ceño.–

Shun: ¿Quién es el amor? —Isaac miro a Shun.–

Isaac: ¿Y quién eres tú? —Shun abrazo uno de los brazos de Hyoga.–

Shun: Mi nombre es Shun, caballero de Andrómeda, soy novio de Hyoga –dijo orgulloso.– Pero no me haz dicho quien eres. .

Hyoga: Mi amor por favor. . —Lo miro y luego me miró  a mi.– ¿pueden darnos unos minutos a solas?

Shun: Está bien. . Iré con Artemisa a buscar a Milo. . —el tomo mi mano y salimos del lugar.–

Artemisa: ¿Estás bien? —lo mire preocupada.–

Shun: lo estoy. . —dijo algo seco.–

Artemisa: Shun. . Los celos nunca están bien. . —tome su rostro entre mis manos.— e Isaac probablemente es Hetero. .

Shun: ¿Cómo lo sabes? —me miro con un puchero.–

Artemisa: Bueno. . Ya sabes. . —el se quedo callado.–

Shun: Oh. . Bueno confío en ti. . —negué levemente.–

Artemisa: Confía en Hyoga, el te ama y no te haría eso. .—el suspiro levemente.–

Shun: Está bien. .

Seguimos caminando un rato, estaba agitada con la idea de ver a Milo, cada vez caminaba más rápido buscándolo, hasta que al final escuche su voz.

Milo: ¡Artemisa! —me voltee y al final lo vi, su cabello rubio, sus ojos azules, y ese estilo que siempre me había encantado, mis ojos se llenaron de lágrimas y corrí lo más rápido que pude a sus brazos.–

Artemisa: ¡Milo! —me lance a sus brazos y nos unimos en un abrazo, las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas al sentir como ambos nos aferrabamos el uno al otro.–

Milo: ¿Cómo estás preciosa? —Lo mire sonriendo.–

Artemisa: Mucho mejor. . Ahora que vuelvo a estar en tus brazos. . —el sonrió, nos quedamos viéndonos a los ojos unos segundos, hasta que nos fundimos en un beso.–

Este beso cada vez se prolongaba más, pero no quería dejarlo, no sabía cuanto tiempo podría estar con el antes de volver a separarnos, estaba deborando sus labios, casí con impaciencia, extrañaba tanto su roce, su aroma, su voz, sin embargo tuvimos que separarnos un poco para tomar aire, lo mire a los ojos sonriendo y el me miro también, sin embargo el parecía serio, en su mirada había tristeza.

Milo: Vuelve conmigo. . —esas dos palabras hicieron que todo mi cuerpo empezara a temblar.– No puedo pasar un día más sabiendo que estás poniendo tu vida en riesgo y no estoy ahí para cuidarte. . —su voz era suave pero firme.–

Artemisa: Milo. . Yo. . —quería decirle que sí, pero sabía que no podía, tenía una responsabilidad enorme, tenía que detener a Julián, si me iba sabía que el no descansaría hasta encontrarme y derrumbaría el santuario.– No puedo. . Tengo que terminar el trabajo. . —el parecía muy sorprendido.–

Milo: No. . No lo entiendes Artemisa. . No puedo pasar otro día lejos de ti. . No quiero ver que te cases con otro hombre. . Por favor. . No me hagas esto. . —sus ojos empezaron a lagrimear.–

Artemisa: Lo siento, lo siento mucho. . —mis ojos se llenaron de lágrimas.– tengo que hacer esto. . Por el bien de todos. .

Milo: No, no, yo no puedo con esto, es este trabajo. . –hizo una pausa en la que mi corazón se detuvo igual.– o yo. .