Paloma de Ciudad

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Este sitio es similar a cómo me imaginaba el siglo pasado, o quizás dos siglos previos. Aún se nota alejado de la Edad Media, pero no parecen estructuras del siglo viente tampoco.

-Hey imbécil devuélveme mi espada-

Un joven de unos quince años se ve realmente ofendido mientras dice esto. Podría ser interesante entender mejor la situación. El chico está al lado de un guarda, normalmente entendería que le requisen algo así, pero no en este caso. Esa espada no tiene filo y es demasiado obvio, de hecho está hecha de madera y materiales decorativos, no es ni peligrosa.

Quizás sea alguna ley muy específica que no conozco creo que aun debo ver antes de sacar conclusiones precipitadas.

-No soy estúpido. Sé que eso es para la celebración de la fiesta de vuestro dios principal. Sabes bien que lleva prohibido tres años, si me lo das y nadie más se entera lo pasaré por alto-

-No, no. Prefiero decirlo y que me detengan a que se lo quede alguien como tú. Al menos así lo tendrían como reliquia y no lo venderían como partes separadas tras romperlo-

El soldado es demasiado cruel, no solo es capaz de hacer tales cosas de las que le acusa el aldeano. Además de eso le ha empezado a patear y golpear tras llevarlo a un callejón. Sé que esto no es de mi incumbencia, pero debo ayudar a ese tipo, es injusto que los traten así por no creer en lo mismo que ellos.

-¡Ataque Paloma!-

Puedo ver todo alrededor casi que en cámara lenta, la visión de prácticamente 360º provee una gran ventaja. Aunado a la reacción de cuatro especímenes, sinceramente dudo mucho que ningún humano supere mi reacción y tengo razón. Ha sido fácil hacerle sangrar sus manos de unos picotazos.

-Maldita rata voladora-

Toma su arma, ya veo, este sujeto tan peligroso puede estar armado mientras requisa un mero adorno religioso. No negaré que me intimida un poco, pero yo no soy una paloma normal.

Puedo sentir sus tajos, o más bien el viento que estos producen. Es hábil y eso es innegable. No pude hacerlo nunca pero asistí llevada por mi hermano a un espectáculo de esgrima profesional, eran dos campeones quienes luchaban, este sujeto es comparable a los participantes. Quizás sea la diferencia entre tomarlo como deporte y tomarlo como vida, de todos modos, su error fue hacer maldades ante mí. Con el leve porcentaje de la arpía puedo dañar su cuerpo, decido darle con el ala en el cuello y ciertamente ha sido suficiente para dejarle ko. ¿Cómo ha sido posible? Supongo que la velocidad que puedo alcanzar y la actual dureza de mi piel es lo que me permitió esto. Sea como sea soy increíble.

-¿Ah? ¡¿Ah!? ¿¡Aaaaaaahhhhh?! -

Oh, es cierto, ese humano acaba de ver lo ocurrido. ¿Qué debería hacer? Supongo que podría pensar que soy un monstruo, si bien le acabo de salvar conozco a mi especie. Los humanos somos egoístas normalmente y nos preocupamos de cualquier cosa desconocida. ¿Espera? ¿¡Está llorando?! ¿A caso lo asusté muchísimo?

-¡Milagro! ¡Es un milagro! ¡Una paloma que cambia de plumaje! ¡Le diré a todos los demás!-

No me había dado cuenta de eso, pero es verdad. Varias de las plumas que se han caído de mí cambiaron su color. De todos modos no entiendo porque habló de un milagro, también habló de avisar a los demás antes de irse corriendo. Debería ir a ver mejor la situación.

Seguirle me sirve para ver la ciudad, y puedo hacerlo desde ángulos que no me vea. No quiero que sepa mi interés en su reacción, aunque parecía indefenso incluso ante ese caballero prefiero ser precavido.

Las calles de la zona vistas así tienen una arquitectura que cada vez más claro me deja que es semejante a la época barroca. Me pregunto si la diferencia entre ciudades será grande o en cambio todas tendrán una enorme similitud.

Reencarné en una PalomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora