Cap. 1

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Narrador Onmiciente:

Alicent Hightower había sido convencida por su padre de casarse con el que ella mentalmente llamaba, el cadáver del rey Viserys y aún después de todo, su primogénito no era el heredero, se sentía ridícula al respecto, pero esta vez habia algo diferente.

Ella ya le había dado al rey otros dos hijos, Aegon y Helaena, pero su tercer embarazo ella lo sentía diferente, su humor se había vuelto más visible para todos desde que quedó con otro niño, aquella cena en la que la que habia querido tanto anuncio que también estaba esperando un bebé, el primero con su esposo Laenor no pudo evitar sonreir y de manera sincera decir que estaba feliz por ella.

Rhaenyra llevaba poco tiempo casada y para que el fruto de su vientre tuviera sangre de los Velaryon debió de haber quedado embarazada la noche de bodas, eso no había sido así pero la heredera al trono no estaba preocupada de que cuestionaran la provenencia de su primogénito, sería un Targeryan de sangre pura.

La amistad entre ambas mujeres se había quebrado hacia mucho tiempo, sin embargo eso no le impidió a la castaña el ir a buscar un regalo para el futuro bebé, eso había sido una promesa antigua que tenían, una que ella quería honrar, busco durante meses hasta encontrar el regalo perfecto.

El vientre abultado de ambas ya era visible para cuando por fin se atrevió a ir a los aposentos de la Targeryan a entregar lo que esperaba fuera un tributo de paz, ya no soportaba la tensión con su ex amiga, solían ser tan unidas, al entrar al cuarto la peliblanca la miro confundida hasta que sin decir nada la contraria le extendió la caja delicadamente envuelta.

Nyra quedo sorprendida al ver la gran piedra preciosa que contenía los colores de su casa, Alicent aclaro que esperaba que pudiera usarla en algo que ella quisiera para su hijo o hija, la sonrisa sincera que le ofreció fue suficiente para calmar los nervios de la castaña, el ambiente por fin se sentía como antes del matrimonio de esta.

La conversación comenzó por la preocupación de que si el primer embarazo estaba siendo amable con Rhaenyra, ninguna supo cuanto tiempo hablaron, de sus hijos, del reino, de los estúpidos de la corte, de los guardias e incluso sobre los planes que ambas tenían, solo se dieron cuenta que había oscurecido hasta que Leanor entró en el cuarto, totalmente sorprendido por la escena que veía.

Su pareja le contó acerca del regalo hecho a su futuro hijo, haciendo que el igual agradecería y prometiera darle uno al de Alicent, en ese momento la otra mujer recordó algo, tal vez esa noche si harían las paces por completo.

_Syrax nos dio justo dos huevos poco después de enterarme de mi embarazo, a menos de que tenga gemelos, con gusto puedes elegir uno para tu hijo_ afirmó haciendo que Hightower sonriera, habia sido difícil conseguirle huevos a sus otros dos hijos, quería darle el privilegio a su tercero de hacerlo eclosiónar en su cuna, con una sonrisa se marchó sintiéndose satisfecha.

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El tan esperado día había llegado, la heredera del rey Viserys estaba dando a luz, aunque por suerte su bebé parecía estar siendo gentil con ella, causándole poco dolor a la vez que su parto fue rápido, apenas unos minutos después la partera ya tenía al bebé en brazos y lo observaba con admiración.

_Es una niña_ murmuró mientras se la acercaba a la mayor, una bebe, Rhaenyra la tomó viéndola con pena pero a la vez ternura y amor, analizo su piel blanca como la nieve, su cabello más blanco que el de cualquier otro Targeryan y cuando abrió sus ojos, pudo ver los orbes amatistas que la observaban igual, una pequeña sonrisa salió de los labios de la menor haciendo que el corazón de adulta de estrujara.

Beso su pequeña cabeza mientras se la pasaba a Laenor que también quería cargarla, prometió en silencio que ella no pasaría por lo que ella tuvo, nadie la curstionaria, la insultaria o subestimaria, ella se sentaría en el trono de hierro costará lo que le costará, el otro peliblanco observaba a la bebe sonriéndole y jugando con ella, para todos ella era su hija y así pensaba tratarla, lucia tan pequeña y frágil que querían protegerla de todo aquello que pudiera hacerle daño, aunque esto fuera la espina de una rosa.

Otros dos adultos entraron al cuarto, el llanto llegó a los odios de todos, Alicent no sabía como callar a su hijo de ya dos meses, pero su esposo quería ir a visitar a su primera nieta, ambos se fueron acercando mientras la pareja en la cama sonreía, sorpredentemente el otro bebe dejó de llorar cuando el Velaryon comenzó a mover más a la suya creyendo que comenzaría a llorar.

Viserys se acercó aún más haciendo que le entendieran a la bebe, el la tomó en brazos sorprendiéndose de sus rasgos tan marcados, sin duda su sangre era pura, Nyra menciono que era una niña y eso solo pareció haber hecho aún más feliz al rey, igual que todos los que la habían visto la miraba con completa admiración, incluso la Hightower admitía que aquella bebé era hermosa.

_Su nombre es Maelenys_ aclaro la madre, repitió su nombre como si aún no se lo creyera_ Maelenys Velaryon, la siguiente en la linia de sucesión, la futura reina, mi dulce nieta_ proununcio con orgullo, su esposa sintió que algo se revolvía dentro de ella al escucharlo, ahora había una nueva favorita.

Ella igual quiso ver a la criatura pero la de ella se comenzó a mover en sus brazos en un intento de acercarse más a ella, todos miraron sorprendidos como Aemond tomaba la mano de la otra pequeña en la suya, la apretaba pero no lo suficiente como para hacerle daño, el mayor del cuerpo río haciendo que los demás lo vieran confundidos.

_Apenas se conocen y el ya la quiere, seria una fantástica idea el comprometerlos_ dijo como si fuera la cosa más obvia del mundo, las mujeres dijeron al mismo tiempo que ellos decidirian de grandes, aunque el trato no les desagradaba, uno de ambos lados reinaria, pero ellos no serían obligados a un matrimonio arreglado, si resultaban amarse sería por ellos.

La criada que cuidaba al principe más joven realmente estaba algo harta, el bebé era algo difícil, la única manera que había descubierto de hacerlo dormir, era dar vueltas por todo el castillo, pero esa noche no deseaba hacerlo, así que su recorrido solo fue al nuevo cuarto donde estaba la princesa recién nacida, tenía la esperanza de que su cuidadora quisiera intercambiar de bebé.

Al llegar mientras le contaba la situación el menor callo dormido como por arte de magia, aliviada salió pero a los pocos metros alejada del cuarto el llanto volvió a iniciar, estrensada volvió al cuarto dándose cuenta que Mae tal vez tenía que ver con la calma del otro.

Por primera vez desde que había nacido paso toda la noche dormido y tranquilo, en una cuna junto a la de su sobrina, intentaron lo mismo por días, viendo que lo que calmaba al principe era el conocer la presencia de la otra, sin dudarlo días despues las criadas le informaron de la situación a los padres de ambos bebés, los cuales aceptaron que desde ese momento en adelante o por lo menos hasta que los príncipes crecieran un poco más, podrían dormir juntos en la misma habitación, más precisamente uno al lado del otro, aun con el descontento de sus esposas.

Para todos en la fortaleza era curioso como ambos bebés eran unidos incluso antes de tener conciencia sobre cualquier otra cosa, los murmullos se oían entre el castillo, de que ambos estaban destinados a algo grande, a un amor hermoso.

Pero el primer suceso que separo a las familias de ambos llegó a las pocas semanas del nacimiento de Maelenys, Alicent había sido acompañada por Leanor a que eligiera el huevo para su hijo, dejandole el otro a la bebe, la castaña había elegido un huevo negro como el carbón con unos toques delicados de verde mientras que dejaba al peliblanco un huevo blanco inmaculado con tonos dorados.

Ambos huevos fueron dejados en las cunas de los que serían sus respectivos jinetes, esperando que al poco tiempo eclosionaran, así sucedió con Davial el hermoso dragón dorado y blanco que le pertenecía a la primogénita de Rhaenyra,  sin embargo el de Aemond nunca salió, el huevo se habia podrido por un pequeño golpe que tenía y debido a su oscuro color nadie había notado el defecto.

Algunos lo consideraron un mal presagio y otros solo creyeron que habia sido mala suerte, la Hightower trato de culpar a alguien más por lo sucedido pero ella era quien había elegido el huevo, oía como Viserys, Laenor e incluso Rhaenyra le llegaron a decir que no era para tanto, que el niño ya conseguiría uno, que no significaba nada, pero aún así se sentía celosa al ver como la bebe albina si dormía con un dragon siempre a su lado jurandole lealtad.

Comenzaba a considerar que la propuesta de en un futuro casarlos sería lo mejor, tal vez sería la única manera en que alguien de su sangre realmente llevara la corona, aunque a pesar de todo no pensaba renunciar tan fácil a la idea de que el trono que ella consideraba de Aegon se fuera a Maelenys, ella era una bastarda, de Deamon Targeryan pero una bastarda, además de una mujer.

Rosa de espinas (Aemond Targaryen X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora