Capitulo 15: El respeto depende de la persona, no de la prenda.

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Era un 21 de marzo, las campanas de la Iglesia sonaban sin cesar y es que así fue como terminaba la misa de los XV años de mi mejor amiga.
Nos dirigíamos hacía el salón en dónde se iban a festejar las primeras quince primaveras de Isabella.

Ese día me veía tan hermosamente preciosa...
Traía un vestido nuevo color morado, su confección era tan particular; estaba escotado de enfrente, su corte en la parte de la cintura era pequeño y se moldeaba tan bien a mi figura, y bueno... de lo largo estaba medianamente corto.

Al llegar, todos mis amigos me voltearon a ver con una cara de asombro, jamás me habían visto una ropa tan sexy la verdad fue que la atención del público se basaba en la luz que de mi emanaba.

Tengo que reconocer que notaba como las miradas se desviaban "por accidente" a mi escote. Pero en verdad no me importaba, ese día sólo importaba yo.

Bailé toda la noche, le saqué tanto brillo a la pista que tanto Gabriel como a Rodrigo que no sabían bailar, salieron aquella noche como los mejores bailarines de toda la ciudad. Obviamente, porque yo les enseñé.

Y ¿José?, bueno... Isabella por algún motivo no lo quiso invitar así que como dice la canción de maluma: " No necesita ningún HP en el party, que la pare " y por primera vez después de casi diez meses estando con José, pude ser yo.

No quería que se acabará esa noche, pero... la hora se había llegado y fue cuando mi mamá me recogió y al llegar a la casa, se desmoronó una parte de mi autoestima. Los comentarios de mi madre al ver mi atuendo fueron tan destructivos... me dormí sabiendo que era una "prostituta " "fácil " "pokianchi" etc.

Estaba tan agotada física como mentalmente así que no tardé nada en dormirme. No obstante, por azares del destino me desperté en la madrugada y noté que tenía veinte mensajes de José que no había leído. Así qué, me recargue en la cabecera de mi cama para leerlos.

"Eres una zorra" "Siempre quieres llamar la atención de los demás " "y así quieres que no te llamen puta" "Da pena ser tu novio" "Por eso nadie te toma en serio" "Mejor ya enseña bien las chichis" "¿Qué crees que no vi las fotos?". Al terminarlos de leer me quedé atónita. ¿En estos casos que se hace? ¿Qué se le contesta?

"Yo no soy como tú piensas, me puse ese vestido porque se me veía muy bien y lo hice por mi más que nadie" mandé el mensaje y de repente sentí un vacío en mi interior; ¿En verdad soy lo que menciona?

Llegué a la escuela, la primera clase fue de Historia, y durante ésta nunca me dirigió la palabra. La mayoría de veces que intentaba dialogar con él, sólo se volteaba. Y a decir verdad así estuvo todo el día hasta que llegó la clase de álgebra y fue cuando no pude más y a indirectas fue como empezó a entablar una conversación.

- César tú qué opinas... - Voltea a verme y de inmediato, José que estaba un lado de él hace lo mismo.

- ¿De qué? - Pregunta intrigado.

- De las mujeres que usan vestidos provocativos en fiestas - De reojo noto a José su cambio de expresión.

- ¡Ah, de eso bonitos pegados de gala! - Contesta

- Sip... de esos - Alzo la voz para que escuché perfectamente José.

-Se ven muy lindas, les da una figura increíble en la noche...

-Aja... y de las que están escotadotas, vestidos minis... Esos son de una prostituta. - Interrumpe José levantándose del asiento.

- Sí José, pero entiende... todos los vestidos de noche son así, con el propósito de atraer la atención de manera sutil

La verdad me sorprende la neutralidad de César ya que él tenía actitudes super machistas, tanto así que un día ya me iba a pelear a golpes con él. Y fue porque sólo me estaba provocando, diciendo chistes machistas.

- ¿A ti te gustaría que tu novia se vistiera de esa manera? - Pregunta José

- ¡Pues claro! -Dice entusiasmado.

-No pendejo... obviamente no -Su tono de voz cambia radicalmente.

-Güey... cálmate. Es como si nosotros nos vistiéramos de traje -Cesar le toca el hombro y rápidamente le quita la mano.

-Güey pero porqué luego las andan violando - No quita el dedo del renglón José.

-Pero pues no mames, es por los hijos de puta con mentalidad idiota, no tiene que ver su ropa- Se empieza a cabrear.

José sabe que por primera vez su palabra no es compartida con alguien y que no tiene la razón asi qué sólo se fue del salón e inmediatamente César me volteó a ver angustiado

- ¿En serio estás en ésta situación? - Bajo la mirada e inmediatamente me salgo del salón para ir corriendo con mi grupo de amigos; David, Rodrigo, Isabela y Tadeo.

- ¡Estuvo bien chingona tu fiesta Isabella!- Exclama Rodrigo.

-Gracias... gracias... - Contesta Isabella

-Ahora sí puliste la pista de baile Rodrigo- Le digo a Rodrigo y cuando volteo a verlo, José ya estaba a lado de él.

-Pero no manches Luna, ¡Te pasaste! -Vuelve a exclamar David.

- ¿Por qué? - Pregunto confundida

-Porque llevaste un vestido bien provocativo- Empieza a reírse y yo sólo me quedé callada.

- ¿Y luego? - Pregunta Isabella

-Es que el taquero no dejaba de verla. Literalmente, casi se corta el dedo sólo por estarla observando cada que se paraba - Me impacta su comentario e inmediatamente José suspiró de una manera no tan buena.

- Ya ves como no se da a respetar - Le dice José a Rodrigo, pero realmente todos escuchamos.

-Tampoco así José... En realidad, el respeto depende directamente de la persona. No es como que yo me ponga una falda y automáticamente una morra tenga el derecho en tocarme las nalgas. Ella tiene todo el derecho de vestirse como a ella se le dé su gana-. Contesta David de una forma muy seria y conmovedora.

-Muy bien dicho David- dice Tadeo y notó como José se molesta aún más, pues los ojos de José ardían de una furia inigualable.

Regresamos a clase, José se sentó a lado mío, y, a decir verdad, esperaba una disculpa, y lo que recibí fue todo lo contrario.

- A la próxima te pones un vestido más tapado y no es pregunta -Su tono es tan autoritario y bajo a la vez para que los demás no escuchen.

- ¡Ah no pues tú di! Si quieres el miércoles me vengo de monja -. Mi tono era sarcástico hasta que me contestó con un: - ¡Sí!, y con la tela de musulmana. ¡Que sólo se te vean los malditos ojos! - Exclamó.

El Morado De Sus MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora