Our eternity³ • YoonMin;윤민

🍼 ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ɪ ɴ ᴜ ᴇ ᴠ ᴇ 🍼

Cada que veía a sus hijos sentía vértigo; en sus manos existía un picor que se extendía por sus palmas, sus brazos dolían por las horas que pasaba cargando a sus hijos para consolar y aliviar su llanto entre palabras de amor hasta que ellos pudieran sentir a través de su calor el inmenso amor que sentía al verlos hacer la mínima cosa.

JiMin dormía en la cama mientras él cargaba a Sunno y lo mecía a los lados jugando con él, sonriendo terriblemente feliz cuando su pequeño bebé sonreía y sus manos diminutas se estiraban para alcanzar su rostro, jugar con su cabello o jalar de su piel sin dejar de desprender su alegría. El descanso en su trabajo le estaba sirviendo mucho para conocer los hábitos de sus hijos, como esa extraña costumbre de llorar juntos cuando tenían hambre o querían ser cargados; el moverse inquietos y dar suaves pataditas cuando estaban llenos de energía, o sus bonitas miradas perdidas en la habitación reconociendo lo que ahora y siempre sería su hogar.

Sunoo bostezó en sus brazos y buscó apegarse a algo cercano, solía girar su cabeza al dormir con sus hermanos o con sus pequeñas mano buscar la ropa de los mismos para sentirlos a su lado. Lo dejo tranquilo en la cuna junto a los otros dos que dormían plácidamente y sin ninguna preocupación ya que sus suspiros entre sueños eran de total alivio al sentir sus pancitas llenas y el aroma de sus padres junto a ellos. El alfa se acostó al lado de JiMin y le abrazo por la cintura viendo su rostro durmiente, descansando como tanto lo merecía luego del gran cansancio que llevo durante nueve meses.

Recordaba esas peleas que tuvieron cuando JiMin se quejaba y YoonGi simplemente no quería decir nada más para no empeorar la situación y mucho menos el humor de su esposo embarazado; aquello siempre provocaba que el omega se sintiera aún más enojado porque era «ignorado», el sillón fue muchas veces su lugar para dormir y una almohada su compañero por la noche.

—Te quiero mucho —sonrió escuchando a su esposo que seguía con sus bonitos ojos miel cerrados y solo abrió su boca para decir aquello cuando lo notó cerca de él, las manos tibias que lo tocaron desde las mejillas a su pecho donde su esposo buscó refugio en el latir de su corazón. YoonGi lo abrazó contento besando su frente y bajar su oído murmurando con calma:

—Yo también te quiero, cariño.

JiMin sonrió y beso su cuello, todo esto lo hacía a ciegas sin abrir sus ojos sintiéndose tan cansado que incluso esa acción le pesaba al hacerlo. Pero sentir el amor de YoonGi junto a él aliviaba un poco su pesar con las caricias en su cuerpo y los dedos enredados en su cabello hasta adormecerlo.

—¿Quieres que haga galletas de avena?

Su esposo asintió pero en cuanto sintió que se pondría de pie le pasó la pierna por la cadera y lo mantuvo preso en su cuerpo. El alfa se rió y suavemente tocó sus mejillas viéndolo como si fuera lo único en ese mundo donde ahora no solo estaban ellos dos, pues con sus tres bebés logro completar su propio universo y una galaxia entera cuando los ojos de sus amores lograban conectar con los suyos y ver un infinito brillar en ellos.

—Sabes, me siento aún más enamorado de ti —confesó el omega sonriente—, verte en tu faceta de padre me hace darme cuenta de lo afortunado que fui.

Sintió los dedos tibios de YoonGi tomar su cuello con calma, subir sus palmas a sus mejillas y acariciar con parsimonia. Se acostó boca arriba viendo el techo y pasando las sábanas encima de su cuerpo cuando sintió que su pijama era demasiado delgado. YoonGi hizo lo mismo pero levantó un poco la camisa de JiMin siendo observado atentamente por su esposo que sintió una marea de emociones y sentimientos cuando los dedos de YoonGi se pasaron sobre su vientre, la herida de su parto seguía sanando así que solamente tocó a los lados delineando su piel y guiando su dedo en la marca de estrías que habían quedado.

—No creo tener el tiempo suficiente para tratar las estrías aunque la herida cicatrice.

El alfa no dijo nada, quería que sus acciones fueran suficientes para su esposo así que bajo un poco y besó su vientre sin lastimarlo, sus labios tenían un camino definido que hizo a JiMin suspirar y sentirse pleno por el masaje que el alfa comenzó a darle en la cadera aliviando la tensión que sentía ahí.

—Si te sientes cómodo de esta manera no lo cambies a menos que tú lo quieras —susurró regresando a su lugar y besarle el cuello. JiMin sabía que para su esposo nunca fue una molestia su peso, tampoco las cicatrices que pudiera tener su cuerpo y mucho menos le exigió mantenerse en forma y «bonito» antes y después del parto. Se sentía bien cuando YoonGi era así de comprensivo y amaba su cuerpo sin importar cómo fuera o lo mucho que cambiará.

—Ahora no quiero cambiar ni pensar en hacer dietas o ejercicio, hice demasiado esfuerzo durante nueve meses y merezco un descanso.

Su esposo asintió y lo besó en la frente saliendo de la cama para ponerle una manta encima a los bebés cuando la temperatura bajo y hacer lo mismo con su esposo que con esfuerzo se ponía unos calcetines afelpados.

—Yo lo hago —le dijo y termino de ponerle las pequeñas prendas y darle su cobija favorita—, estaré en la cocina haciendo las galletas y preparando los biberones para cuando despierten, duerme otro rato, Mimi.

Cuando se fue JiMin sonrió y vio a sus bebés al otro extremo, cerró sus ojos feliz de la vida que tenía y de la persona que lo acompañaría por muchos años más viendo a sus hijos crecer juntos.

Amo escribir al YoonMin como papás responsables.

¿Parte favorita?

Los amo bebés. 💜