Terminada | ❛ Nuestro pequeño amor se convirtió en un pedacito de cielo que nos hizo aún más dichosos de amar. ❜
Habían pasado los años, momentos llenos de felicidad y algunos pequeños problemas que podían ser solucionados gracias a la confianza y a...
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Esa noche YoonGi hizo hasta lo imposible por regresar temprano a casa, incluso se había comprometido a realizar más cirugías en el hospital y todo aquello pendiente mientras pudiera realizarlo. El director del hospital acepto solamente porque conocía al alfa y la situación donde se encontraba con un esposo embarazado en casa que esperaba por él.
«—Comprendo tu situación, tendrás que cumplir con turnos extras en el hospital está semana ya que estamos ocupados en el hospital en estos tiempos.»
Aún estando en el auto sonreía feliz manejando a través de la ciudad con un helado sin azúcar y tres rosas rojas envueltas en un papel negro con listón blanco rodeando los tallos. Sentía en su pecho la ilusión de ver a su esposo y sentarse junto a él para hablar durante horas disfrutando del momento que compartían observando también a sus hijos en el vientre de JiMin.
Se estacionó en su lugar de siempre y bajo tomando el envase de helado y las rosas cuidando de no maltratar sus pétalos. Se encontró con algunos vecinos que le preguntaron brevemente sobre la salud de su esposo y el avance de su embarazo, sabía que JiMin hablaba bastante con algunos vecinos con los que se llevaba bien pero que últimamente ya no podía ver tan seguido como antes por los dolores más constantes en su cuerpo.
—Mimi, llegué —musitó esperando oír su voz dándole la bienvenida, sonrió enternecido cuando camino a la sala de estar y lo vio concentrado en su cuaderno de bocetos donde parecía estar cambiando algunas cosas de sus viejos dibujos. Estaba vestido con una camisa negra lo bastante holgada para sentirse cómodo y noto sus piernas casi desnudas a excepción del short blanco y sus calcetines llegando al tobillo.
—Mimi —nuevamente lo llamo y está vez lo vio levantar su cabeza con asombro, se rió bajito viendo su cabello rubio totalmente despeinado y sus mejillas rojizas por haber estado tanto tiempo concentrado en su trabajo.
—Gi~ —sonrió cerrando casi todos sus ojos y se cubrió la sonrisa con una mano poniéndose de pie hasta poder abrazarlo y esconder su rostro en el cuello del alfa, cómo pudo dejó las cosas en el sofá y regreso el gesto a su omega tomándolo de las caderas y besando el espacio entre su cuello y hombro escuchando las risitas de su esposo casi en su oído como un murmullo al corazón.
Lo besó suavemente cuando se separaron, tomo sus mejillas y las acaricio sin dejar de verlo con su esposo haciendo lo mismo luciendo apenado al recibir tanto cariño apenas llegaba su esposo.
—¿Qué hacías, Mimi? —Su esposo pareció recordar entonces lo que le tenía tan concentrado y sonrió tomando la mano de su esposo hasta quedar detrás de la mesa y acomodar su cuaderno para que YoonGi pudiera verlo claramente.
—Es ropa para nuestros bebés, ahora que sabemos que son niños quise diseñar algo para ellos, ¿te gusta?
JiMin no lo estaba viendo a él pero aún así el tono de su voz dejaba oír su felicidad y emoción viendo lo que ahora eran bocetos, señalaba con su índice cada cosa que faltaba por terminar o aquello que quería mejorar viendo algunas veces a su esposo que le daba toda su atención al verlo así de feliz.
—Me encantan, son hermosos —lo felicitó tomando sus pequeñas manos y besarlas cerrando sus ojos, tomando entre la suyas los dedos pequeños y jugar un poco con el anillo de matrimonio puesto en su dedo anular.
No mentía al decir que realmente le encantaban los diseños, eran pequeños conjuntos de ropa de color azul y blanco, tenían dibujos de zanahorias, fresas y osos en las camisas, algunos pantalones eran a rayas mientras que otros eran de un color sólido y suave. Vio también que detrás de la hoja había dos camisas, tenían arriba de cada una la inicial de su nombre y se fijó que en la suya había una camisa negra con el dibujo de sus manos tocándose luciendo claramente sus anillos de matrimonio.
—¿También estabas pensando en mí? —Jugó un poco con su esposo que le dió vuelta a la hoja estando sonrojado.
—Ya, basta~ —lo escucho reírse y el alfa lo acompaño repitiendo un bajito «lo siento» en su oído y besar su marca abrazando su cuerpo, totalmente satisfecho de estar llenándose del aroma rico de su esposo que ya rodeaba todo el espacio y lentamente se iba acompañando del suyo también.
—Ven, hay que comer algo mientras descansas un rato —pidió el alfa dándole el helado y las flores que pronto fueron puestas en un jarrón con agua.
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La historia no ha terminado, sin embargo no había profundizado mucho en escenas del embarazo y quise darles estos dos especiales (falta publicar uno) antes de seguir con el punto principal.
