CAPÍTULO 5

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Después de comer habíamos subido a mi habitación a jugar un poco y de un momento a otro ahora André estaba besando mi cuello, me encontraba tan desesperada por sentirlo que mis gemidos y jadeos salían sin problemas, dejándonos llevar por el momento. André sonrió en mi cuello, lo lamió y comenzó a subir lentamente mi blusa, cuando mis pechos estaban al descubierto sonrió ampliamente y los beso desesperadamente, quito mi sostén rápidamente, masajeo uno mientras chupaba el otro. Segundos después fue dejando pequeños besos sobre mi abdomen, al llegar a mi vientre jalo mis piernas para quedar completamente acostada bajo él, de un movimiento quitó mis short y mis bragas, sonrió y comenzó a tocar mi parte de arriba a abajo, luego se centro en mi clitoris, alzó mis piernas y movió más rapido su mano mientras yo me retorcía de placer. Los gestos que hacía me hicieron gemir y calentarme mas, subió sus dedos y los chupo para comenzar a meterlos hasta que de pronto oímos como se abría la puerta principal. Rápidamente me levante y me vestí, me acomodé y volví a tomar el control del Xbox como si nada hubiera pasado; André tomó una almohada, se la puso sobre las piernas y tomó su control de igual manera.

—¡Lili, ¿Ya estás en casa?! — gritó mamá desde abajo.

—¡Si, estoy jugando con André! — grité enseguida, no obtuve respuesta alguna, así que seguimos jugando.

—¿Por qué no hablas? — preguntó André.

—Porqué no quiero morir — contesté, el sonrió y segundos después la mitad de la pantalla anunciaba un "Has muerto por cheesedree", mire a André quién tenía una sonrisa de oreja a oreja y comencé a golpearlo mientras el soltaba una gran carcajada— Maldito traidor, confíe en tí.

—Lo siento, pequeña —dijo intentando escapar de mí. —mi trabajo era matarte, te distrajiste muy fácil.

—Lili, bajen a comer. — dijo mamá en el marco de la puerta. Volteanos a verla y alzó una de sus cejas.

—Ya vamos— contesté separándome por fin de André y viendo como mi madre se retiraba— Tengo ganas de un cheesecake.

—Yo tengo ganas de ti — susurró levantándose del suelo.

Ambos bajamos y nos dirigmos a la cocina donde mi padre se encontraba sirviendo la comida. Nos sentamos uno frente al otro, papá se sentó en la punta de mi lado izquierdo y mamá del lado en el que André estaba sentado.

—Pensé que estabas jugando con André por llamada, no que estaba aquí —mencionó mi padre mirando a André serio.

— Si, vino por unas tareas — dije viendo como André escondía su sonrisa tomando agua.

— Me da gusto que tengan una linda amistad, donde ambos se apoyen mutuamente — dijo mamá apoyando su mano sobre la de mi padre.

—Claro, una buena amistad. — respondió recalcando la última palabra — Y dime  André...¿Que piensas estudiar? — ante esa pregunta comencé a levantar mi pie hacia sus piernas, cuando mi pie toco su rodilla él abrio sus ojos de par en par y abrió sus piernas un poco mas a lo cual sonreí.

—Arquitectura, me gusta mucho y también es el sueño de mi madre — respondió con una sonrisa mientras yo lentamente acercaba mi pie a su entrepierna moviendo mi pie en pequeños círculos.

— Serías un buen partido para Lili, ¿No crees? — mencionó mi padre mientras cortaba su carne. Inmediatamente baje mi pie y ambos volteamos a verlo sorprendidos.

—Pa', solo somos buenos amigos. No pensamos en nada más allá que nuestra amistad. — contesté un poco nerviosa.

— Realmente me gustaría, pero como ve...su hija no piensa lo mismo, y lo acepto completamente, mientras este a su lado todo bien. — contestó mirándome a lo cual me sonroje.

—No esperaba esa respuesta, pero ahora dudo en dejarte a solas con mi pequeña — contesto mi padre mirándolo mal. Juraría que si sus ojos fueran pistolas, André ya estaría tirado en el suelo desangrándose.

—No se preocupe, señor. No haré algo que ella no quiera, ni nada malo. — respondio nuevamente con una sonrisa y tomo un sorbo de agua — Somos buenos amigos.

Luego de comer André se fue, yo subi a mi habitación y arreglé mi mochila para el día siguiente. Me acosté y sin darme cuenta caí profundamente dormida.

Al día siguiente había llegado tarde a clases, además, cada que alguien me veía murmuraba ciertas cosas sobre mí. Cosas que en su momento no estaba prestando atención ya que iba corriendo a clases. Al entrar al salón varios voltearon a verme y comenzaron a murmurar. Entre y me senté al lado de André quien de inmediato alzó su cabeza y se estiro.

—Pensé que no vendrías —dijo bostezando.

—Mi alarma no sonó — contesté acomodando mis cosas para la siguiente clase y él comenzó a reírse.

—Day está en dirección —dijo volviendo a recostarse — Tal vez ya no venga a esta preparatoria.

—¿Qué paso? —pregunté confundida.

—Se peleo en la mañana con el hijo del director — contestó y estiro sus brazos hacia adelante.

—¿Me puedes contar el chisme completo?, pareces abuelito hablando por pausas.

Después de rezongar por unos segundos se incorporó y siguió — Day tenía algo con Melanie, Jacobo se enteró, le dijo de cosas y ahora Day esta en la dirección, ¿Feliz, puedo seguir durmiendo, tonta?

—Sí, duerme — contesté golpeando levemente su cabeza — ¿Por qué todos me miran? ¿Soy o tengo la cara?

—Alguien difundió lo de ya sabes quién y ahora eres noticia.

-Ah...esto no me gusta - dije intentando esconderme en él.

-Me vas a pegar tus pulgas, hazte para allá.

-Así que, Liliana es una fácil - dijo alguien del salón, André se tensó y yo sentí como mi pecho se estremecía.

—¿Cuánto cobrará? El señor youngie la promocionó como el amor de su vida, tal vez lo hace muy bien —dijo una voz femenina y luego comenzó a reírse. André comenzó a temblar y lentamente me abrazo tapando mis oídos, pero aún así podía escucharlos. No sabía que pasaba, o lo sabía pero no podía procesarlo. Recuerdo que André comenzó a gritar, que las lágrimas bajaban por mis mejillas, que mi pecho ardía y de ahí además de ser borroso, no hay nada.

Desperté en enfermería con un dolor terrible de cabeza, abrí lentamente mis ojos porqué la luz del sol entraba directamente a mi rostro. Intente incorporarme y rápidamente la doctora se acercó.

—Ya despertaste, ¿Cómo te sientes? — dijo en cuanto llego a mi lado — tranquila, no te incorpores tan rápido.

—¿Qué pasó? —contesté incorporandome sin tomar mucha importancia a lo que me había dicho.

—Te desmayaste, un joven te trajo —dijo mientras revisaba mis signos vitales —Tu presión arterial es un poco baja, pero estarás bien —dijo dándome una pastilla. — Tómala, descansa un poco y después puedes irte. Ya empezó el turno vespertino, tu amigo te dejo aquí tu celular, saldré un momento, no hagas movimientos tan bruscos ¿Entendiste? — asentí mientras la veía salir. Me tomé la pastilla que me había dado, cerré un momento los ojos y minutos después los abrí para tomar mi celular y encenderlo. Tenía varios mensajes tanto de Eskel como de André, ambos eran similares, preguntando cómo estaba, que les avisará cuando despertará y también habían hecho un grupo, al parecer ambos estaban esperándome afuera de la escuela. Específicamente en la cafetería de al lado.

Me pare lentamente, al ver que me sentía un poco bien salí de ahí, caminé entre los pasillos con varias miradas sobre mí. Me abracé a mi misma mientras salía de la escuela y caminaba a la cafetería, sin escuchar ni mirar atrás.

Liliana ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora