.—Asi que, Liliana... Me da gusto conocerte, soy Gerardo o Gerry, cómo gustes llamarme — dijo aquél hombre sentado con las manos cruzadas sobre su regazo mirándome fijamente y sosteniendo una sonrisa de oreja a oreja.
—Hola — conteste casi en un susurro luego de sentarme y tomar un cojín para abrazarlo.—¿Sabes de que es mi trabajo? — pregunto y alzo ligeramente una de sus cejas.
—¿Apoyar a la gente?.
— Sí, me dedico a escuchar lo que les pasa, apoyarlos a encontrar una solución y que sigan sus vidas. — suspiro, volvio a sonreir y hablo de nuevo — ¿Quieres contarme algo en especial? Este es tu lugar seguro, de mi no saldra nada así que puedes contarme lo que gustes, además, me gustaría saber si vienes po propia voluntad u obligada.
Y llore, sin saber si era por pena, miedo o algo mas. — Vengo por que quiero salir de esto y bueno... Me lastimo cuándo tengo ataques o cuándo las voces me hablan, odio mi
— ¿Y que sientes o piensas sobre eso?.
— Me da asco ver mis heridas y me siento mal.
— ¿Me las puedes mostrar?— alce un poco la manga de mi sudadera, a los pocos segundos rápidamente la baje y escondi mi brazo.
— ¿Puedo saber cómo las haces?.
—Rasco mi piel hasta que siento lo suavecito que es cuándo ya esta saliendo algo de sangre o cuándo entro en razón y me doy cuenta de lo que he hecho — susurre casi para mi.
—Bien, trataremos esto y saldremos adelante, ¿si?, estaré contigo en todo este proceso — sonrio, paso su mano por su cabello y hablo — El salir adelante es un proceso, y me da gusto que quieras hacerlo, sinceramente no será fácil y debes ser constante, así cómo el ejercicio físico, debes ser constante para obtener resultados, ¿entiendes?.
Asenti y seguimos hablando, poco a poco las palabras que yo decia eran ciertamente contradecidas por él, haciéndome ver que la que estaba mal, era yo y no el mundo, aunque en algunas cosas sí era culpa de mi entorno.
El tiempo paso, al final solo asentia casi por obligación que por estar entendiendo y reflexionando sobre las cosas que me decía. Y al fin, termino la sesión.
— Espero que te haya gustado y hayas reflexionado sobre esto, espero volver a verte y saldras de esto, ¿sí?, solo será un recuerdo...
Salí de aquel consultorio, al encontrarme con mi padre, lo abracé y volvi a llorar, esto iba a ser muy difícil y no sabia lo que me esperaba en un futuro.
...
El lunes por la mañana amanecí cansada, sin ganas de ir a la escuela o siquiera de mover un maldito dedo, después de diez minutos de obligarme a moverme, por fin me levante de la cama y arrastre mis pobres pies hacia el baño, solo haria mis necesidades y no me bañaria, queria descansar otros cinco minutos.
Regrese a mi habitación y me lancé a mi cama, me acomode en una posición extremadamente extraña y volví a los lindos u cómodos brazos de Morfeo.
—¡Liliana! — alguien grito mi nombre, y al abrir mis ojos y voltear mo cara ligeramente hacia la puerta me di cuenta de quién era, André.
—¿Qué? — contesté alargando la palabra.
—Ya son las diez de la mañana, te esperé fiera de la puta preparatoria y no te apareciste, tu madre me llamo y vine, creímos que te habias muerto, tonta.
—Ojalá, déjame dormir.
—Vamos, Liliana. Al menos vayamos a las últimas clases.
—Por un día que no vaya no pasará nada, ¿vale?.
—Agh, eres testaruda.
—¡Nadie te pidió que vinieras!— exclame comenzando a molestarme. Se acerco y se acosto sobre mi, él no era tan pesado, pero lograba dejarme sin aire, me moví inquieta y lo hice caer a los pies de la cama.
—Vamos a dormir, total no quería ir hoy— respondió empujandome para acomodarse mejor.
—¿Tanto drama para eso?— pregunte acomodandome en su pecho.
— Me molesta que no me hables.
—No quería hablar con nadie.
—Lo se, pero me preocupo por ti y es frustrante ver cómo todos entran y parecer perro esperando a su dueño que nunca le aviso lo que pasaría, aunque por otro lado me valio y casi te dejo morir.
—Tengo demasiado frío, abrázame — dije y me escondi en su pecho.
— Ven, pequeña — y me abrazo.
Suspire y un aroma exquisito impregno mis fosas, siempre olía demasiado bien, tanto que mi parte comenzaba a gritar por tenerlo dentro, aprete mis pernas y volvi a respirar su rico aroma.
—Se lo que haces, niña — dijo con un tono de voz ronco y comenzó a pasar su mano por mi espalda lentamente — No te conviene y además, no tengo muchas ganas el día de hoy.
—No estoy haciendo nada — conteste inocentemente y subi mi pierna derecha a su cadera, solo acurrucandome.
—Ajá, no sabes mentir, eres muy obvia. — dijo y apretó una de mis nalgas.
...
Desperte por los gritos de mi madre, quién me regañaba frenéticamente por haber faltado a la preparatoria y de paso, regañaba a Andre por apoyarme y no motivarme a seguir, diciendo que eso lo convertía en una mala influencia.
—Señora, en verdad lo lamento, todo paso demasiado rápido y me rendí. — dijo André rascando su nuca.
—¡No es justo que te confíe a mi hija y la apoyes en sus malos caminos! — y ahí estaba mamá.
—Ya, mamá... No es cómo que hubieramos cogido — respondí estirandome en la cama.
—¡Es lo único que falta, mocosos!, ¿Creen que no los hemos escuchado, degenerados? — Abri mis ojos de par en par que juraria se saldrian de sus orbitas — Mas te vale que no salgas con alguna tonteria de embarazo, Liliana. Ya, no voy a discutir mas, bajen a comer ambos — Y así, salio de la habitación aún echando humos.
—Mierda, ¿no qué eramos silenciosos, imbécil? — pregunté en un susurro lanzándole una almohada a André quién inmediatamente solto una carcajada.
—Tal vez hasta nos den para los condones— y comenzó a toser por haberse atragantado con su saliva.
—Eres un idiota, André— y reí.
—Lo sé, pero vamos, es lo mas delicioso que hemos hecho en toda la maldita vida, bueno, además de cuándo te toque en el salón de clases, eso si fue lo mejor. — termino y salio de la habitación.
Junto a él, bajamos las escaleras y un exquisito sabor a lasaña inundó mi nariz haciendo que empujara a André y bajara corriendo, el idiota caminaba cómo tortuga. Me sente e inmediatamente mi madre comenzó a colocar los platillos delante de nosotros, espagueti y la dichosa lasaña, además de una ensalada frutal y agua.—Para la comida bajas rápido, pero para cuándo se este cayendo la casa ni bajas. — exclamo André sentándose frente a mi.
—Bueno, eso a ti no te importa, me da mas oportunidades de morirme — conteste.
—¡Liliana, los chistes suicidas no se aceptan en esta casa! — grito mi madre.
—Ups...
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Liliana ||
Roman d'amourLili necesita encontrarse a sí misma. Lili desea salir de aquel tormento al que entro. Lili quiere venganza. Y luego tenemos a André, el solo quiere ayudarla