CAPÍTULO 6

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Ya habían pasado unas semanas, varios no se juntaban conmigo, lo cual había perjudicado un poco mis notas, sin embargo, con el tiempo comenzaban a olvidarse del tema. Aparecían nuevos chismes y la situación mejoraba un poco. Ahora iba caminando con André abrazándome por la espalda y quejándose de que tenía hambre ya que era demasiado tarde.

— Moriré si no me alimentas — dijo arrastrando mas sus pies.

—Si me dejarás de abrazar tal vez iríamos muchísimo más rápido —contesté intentando quitar sus brazos, al no lograrlo me detuve y el se alejó.

—Quiero hamburguesa con papitas fritas — dijo tiernamente mientras golpeaba levemente mi espalda. Seguimos caminando hasta llegar al local, pedimos las hamburguesas, fuimos al parque y nos sentamos como siempre. —Lili, ayer paso algo fuerte en casa.

—¿Me quieres contar? —pregunté tomando su mano.

— Mis vecinos se pelearon, mi hermana salio a defender a la chica, pero el señor se alteró y tuve que salir — se acomodó y siguio — Es fastidioso saber que existen hombres cobardes, en fin, todo estuvo bien.

—Ay, no sabría que decirte, sabes que mis vecinos son muy tranquilos.

— Lo sé, solo queria contarte.

Terminamos de comer y nos levantamos, André me acompaño a casa y al llegar me tomo fuertemente de la muñeca.

— No me dejes, por favor —y sin dejarme procesar las cosas me beso, esta vez su beso era cálido; desesperado y furioso, pero era suave y lindo. Con una de sus manos comenzó a acariciar mi mejilla derecha. Luego de unos segundos nos separamos y volvió a tomarme, acorralandome contra la puerta de casa que, a los segundos de golpearla se abrió desequilibrandome y cayendo en pies de mi madre quién nos veía sorprendida y emocionada. Y, a mis pies André se encontraba riéndo como loco por mi caída.

—¿Me explican por qué se estaban besando? —preguntó mamá luego de ayudarme a levantarme e indicarnos que fuéramos a la sala.

—No nos estábamos besando, señora - contestó André seguro de sí.

-Claro, son jóvenes. Así que hagan lo que quieran, solo proteganse y te recomiendo que no le digas de esto a tu padre. Me voy a dormir, no hagan tanto ruido - termino señalandonos en advertencia y subiendo hacia su habitación.

— Si supiera — comenzó André poniendo su mano en mi muslo.

—Quitate, que maldita vergüenza acabo de pasar —dije apartando su mano.

—Mañana es halloween, no quiero que estemos mal.

—No estoy mal — lo mire confundida.

—Estas avergonzada porqué nos vieron juntos y sabes que eso no me gusta — dijo sonriendo de lado - Soy perfecto, ¿no te das cuenta?-— susurró colocandosé sobre mi con cuidado. - ¿Puedo hacerte mia, ahora?

-—Sí — contesté abriendo un poco mis piernas para que el pudiera acomodarse. Tomó mi mandibula y se acercó, su mirada mostraba lujuria pura.

—Sí, ¿qué? — preguntó acercandose cada vez más a mi rostro.

— Sí, daddy.

—Así me gusta, pequeña-— dijo, lamio mi mejilla y se paro. Se acomodo su chaqueta y salio de casa despidiendose con un "Hasta mañana, Lili."

Dejandome ahí en el sofa, sola, confundida y procesando todo lo que había pasado. Sintiendo como mi parte palpitaba por la necesidad de sentirlo. Y, sin importarme nada, comencé a tocarme en la sala. Puse mi mano en mi boca para evitar gemir, mientras que con la otra mano baje el cierre de mi pantalón, aparté mi braga y comencé a acariciar mi clitoris en circulos, apretaba mis muslos. Baje mi pantalon junto a mi braga, movi mi mano mas rapido hasta que senti el climax. Mi cuerpo tembló e inconscientemente lami mis dedos. Cuando me recupere voltee a asrgurarme que no habia nadie abajo. No habia nadie, pues todos se habian ido a dormir. Me levante, me acomode mi pantalon y subi corriendo de puntillas a mi cuarto, al estar ahi me cambie a mi pijama y me acoste, volviendo a lamer mis dedos.

Al día siguiente, André estuvo muy provocador en la escuela. Sin tomarle tanta importancia lo invite a mi casa para hacer una tarea al igual que a Eskel quien acepto sonriente.

— Linda habitación. — dijo Eskel luego de pedir permiso para pasar.

— Deberías ver la mía, es mejor. — mencionó André sonriendo de lado.

~A este le pasa algo, y no es bueno ~ pensé.

— Esperen aquí un momento — dije saliendo de mi habitación. Baje a la cocina y serví agua en una jarra. Pase a la sala por el otro control y subi encontrandome a los chicos jugando con un peluche que estaba en mi cama. Puse la jarra en mi mesa y a su lado, tres vasos. Encendí la televisión me senté entre ellos, les entregué un control a ambos y comenzamos a jugar.

Unas horas después nos aburrimos, así que comenzamos a jugar verdad o trago, pero con agua. En el tercer turno la botella apuntó a Eskel.

— ¿Te gustan los hombres? — preguntó André acercandosé un poco a él.

— Me gustan mas las mujeres— contestó volteando a verlo y alzando una ceja.

-— Bien — contesto André y giro nuevamente la botella, esta vez apunto a mi, ambos se miraron y preguntaron al unisono.

— ¿Harias un trio? — hicieron una pausa y André siguió - con nosotros.

— Sí — contesté y rapidamente gire la botella sin mirarlos. Al hacer esto, no me di cuenta que André ya estaba de mi lado abrazandomé y Eskel solo nos miraba sonriente.

— Estamos aburridos y solos, ¿sabes?-— preguntó André en mi oído, a lo cual abri mis ojos sorprendida y parpadee varias veces.

— Sí, creo que ya es tarde y deberían irse-— respondí nerviosa a lo cual, André bufó y Eskel solto una risa la cual rapidamente calló.

— Bien, nos vamos, perdón. — dijo Eskel levantandosé y acercandosé a André para ayudarlo a levantarse e irse.

— Hasta mañana, princesa.-— dijo André saliendo primero de la habitación seguido de Eskel.

Pensé en todo lo que había pasado, aunque nuestra relación con Eskel se había fortalecido y nos teníamos mas confianza, no pensaba en que preguntarían algo como eso. Todavía pensaba en Eskel cómo alguien inocente, no alguien tan puerco como nosotros.

Me levante y me serví un vaso con agua, tome unos sorbos y lo volví a dejar en la mesa para poder acostarme en mi cama. Mire al techo y pensé en las posibilidades de tener algo mas que una amistad con Eskel, tal vez del mismo modo que con André.

Admito que no era una chica hermosa, al menos no ante los estereotipos de belleza. Mi cuerpo era regordete, mi cabello no era tan largo, me llegaba a los hombros. Tenía algunas marcas de acné, mis labios eran un poco carnosos y mi nariz un tanto grande y ancha. Así que me cuestionaba muchísimo mas el porqué del interés de ellos dos sobre mí. Tal vez solo buscaban sexo y me tomarían de su juguete o realmente tenían intenciones buenas para mí. El pecho comenzó a dolerme y las lágrimas comenzaron a caer, cerré los ojos y respiré para terminar durmiendo a los minutos. El sobrepensar todo era cansado y me abrumaba bastante.

Liliana ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora