★ Capítulo veinte.

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─ ¿Turnos nocturnos? P-Pero ¿Para qué los necesitas?─, preguntó Ivette sentada en el sofá, aún angustiada por la noticia.

─ Debo tomarlos, el dinero extra podría servirnos para... el futuro─, contestó Eder mientras servía fideos con salsa en un plato─. Ven, la cena ya está lista.

Ivette ya sentada, comenzó a hacer preguntas nuevamente─ ¡Pero ya no hay nada más que reparar! Durante la noche, los animatronicos no jugan rugby agresivo en el centro comercial, ¿cierto?─, atacó de forma irónica tomando el tenedor de la mesa.

─ Bueno... ahora hay más Staff-bots que antes, y algunos de ellos toman el rol de guardias de seguridad. Si alguno falla, yo puedo estar ahí para arreglarlos rápido—, contraatacó su hermano tomando asiento junto a ella.

─ De acuerdo... ¡¿Y qué hay de la escue-?!─ No siguió preguntando, por una repentina porción de fideos en su boca.

─ ¡Uy Ivette, come ya que de seguro tienes mucha hambre!─, el mayor de los Renard interrumpió su hablar, estallando en risas al ver el ceño fruncido de su hermana junto a sus mejillas infladas de comida─, está bien, está bien, lo siento.

Tuvieron una cena agradable y entretenida, una luego de mucho tiempo. E Ivette no dejó pasar eso.

─ Siempre que volvemos del centro comercial, cocinas rápido y vamos a dormir... ¿por qué hoy no lo hicimos?─ Ella consideró que su pausa para las preguntas había terminado.

Eder tomó lentamente oxígeno para luego responder—, verás, Sun me dijo que... lloraste cuando estabas en la guardería—, dio una pausa, viendo como Ivette bajaba un poco su cabeza—. Así que en parte, quiero saber qué ocurre, Ive.

El silencio reinó por algunos segundos, hace tiempo que Ivette no hablaba directamente con Eder, eso hacía esta ocasión un tanto... especial.

─ M-Me sentía triste, Judith no dijo nada malo, es solo que... extraño a la abuela... y a papá─.

Y una vez más, ese hombre volvía a sus vidas, y no de buena forma.

─ ¿Tenías miedo de hablar sobre esto?─ A lo que su hermana asintió apenada.

─ R-Recuerdo cuando te golpeó, creí que te m-molestaría hablar sobre é-él.

Él se levantó de su silla, se acercó lento hasta su hermana y la abrazó con cariño— Lamento no escucharte, siempre pienso en el trabajo para mantenernos, pero no estoy ahí para apoyarte. Soy un pésimo hermano... lo siento, Ivette─, ella correspondió el abrazo con cariño también, sintiéndose llena otra vez.

Se separaron del abrazo y escuchó atentamente a lo que su hermano tenía para decir.

─ Prometo que las horas extras serán solo por esta semana. En cuanto a tu escuela, yo aún puedo llevarte, entras a las ocho a la escuela, mi turno termina a las cinco ¿Tengo tiempo, verdad?─, explicó enarcando una ceja.

─ De acuerdo... ¿Y en la noche, quién me alimenta?─ Queriendo aligerar el ambiente, preguntó aquello con una sonrisa retadora.

Eder negó con la cabeza riendo levemente─. Sigo trabajando hasta las ocho, regresamos a casa, cocino para ambos, cenamos, me aseguro de que vayas a dormir y a las doce, vuelvo a Mega Pizzaplex. Tienes mi número de teléfono pegado en el refrigerador, por si necesitas algo, llama desde el teléfono de la casa.

─ Ah... ¿¡Desde cuando tienes preparado todo esto!?
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[...]

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Empujé la puerta y fui recibido por el gerente, vaya, al parecer esto es importante como para que él se quede a esperarme.

─ Escucha, seré preciso, no quiero ninguna queja de parte de Vanessa sobre ti durante la noche, ¿entendido?

«Oh por supuesto, ni que tuviera ganas de hablar con ella», pensé, mientras asentía ante la advertencia.
─ Tu turno termina a las 5:00 A.M, buenas noches, Eder─, dijo una última vez, para luego, pasar a mi lado y desaparecer de mi vista.

Durante el camino, varios Staff-Bots me obligaban a parar y comenzaban a sonar sus estúpidas alarmas, ya en serio ¡Estas cosas son muy irritantes!

Hasta que, por fin, llegué a Partes y Servicios, una vez allí, una hilera de esos desgraciados me esperaban para ser reparados. Algunos tenían simples cortos circuitos, pero otros... estaban bastante deteriorados, con rasguños que dudo mucho hayan provocado ellos mismos.

A trabajar. 

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La mente de Vanessa era una tormenta constante, sentía que durante un tiempo, perdía su verdadero ser ¿Siquiera recordaba quién era? ¿Cómo llegó allí? ¿Quién la obligó a hacerlo?

Este era uno de esos días, recientemente se enteró de que su técnico favorito decidió tomar una semana de horas extras. Lo mejor sería visitarlo... en algunas horas, hay toda una noche por delante.

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Dos horas más tarde.

Se puso los guantes esponjosos, dejando la cabeza de la coneja en último lugar. Una vez más, se sentía extasiada por lo que estaba a punto de hacer, nunca se cansaría de molestarlo, aterrorizarlo, hacerlo sufrir sin cesar, hasta que se desgarre la garganta de tanto gritar.

Caminó hasta llegar a la salida de su guarida─, nos vemos, grandote~ ─, saludó a aquella masa llena de cables entrelazados y animatrónicos dondequiera que la vieras, sin embargo, la amalgama no dijo ni hizo nada, simplemente siguió "durmiendo".

Cuando salió de su guarida, todas las cámaras de seguridad que captaron su presencia fallaron fácilmente o dejaron de funcionar por un tiempo y alguna que otra interrupción púrpura no podía ser ignorada.

Una vez fuera de Roxy Raceway, caminó (casi bailando) hasta la plataforma redonda debajo de los hologramas de los Glamrocks. Una sonrisa traviesa se asomó debajo de la gran cabeza de coneja.

En cuanto a Eder, estaba tranquilo, terminando de armar la cabeza de un Staff-Bot, cuando de repente las luces comenzaron a parpadear.

Fingió ignorarlo, pero necesitaba luz para no cometer un error. Suspiró con frustración y caminó hacia el panel eléctrico más cercano y trató de descifrar qué estaba pasando.

Sin que Eder se diera cuenta, esa coneja había logrado entrar a «Partes y Servicios». El pobre Map-Bot que intentó ofrecerle un mapa fue derribado en cuestión de segundos.

Mmh~, ¡qué emocionante! Es hora de hacerte temblar, cariño─, dijo la fémina con su voz robótica y manipuladora.

Se posicionó con superioridad frente a la puerta del cuarto en donde estaba Eder, primero apagando las luces por completo, segundo, abriendo de una patada las puertas, sacándole un susto enorme al pelinegro.

Y allí comenzó su juego...

She's just kidding | FNaF Security Breach.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora