★ Capítulo veintiuno.

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Los ojos canela de Eder vieron por primera vez a aquella que atormentaba a su hermana en sueños y realidad. Sus grandes ojos rojos junto con esa aterradora sonrisa imborrable hacían a Eder cada vez más pequeño.

Por su mente pasó rápido la imagen de Vanessa ¿Esa es ella? Él no estaba muy seguro, pero de lo que sí estaba seguro, era que debía comenzar a correr.

La coneja al verlo algunos metros delante de ella junto a un panel de electricidad, comenzó a acercarse con su tradicional baile hacia el chico. Su acción hizo que Eder volviera a la realidad y echara a correr, la única vía de escape disponible eran los elevadores que lo conducían hasta los camerinos de cada Glamrock.

Subió las escaleras lo más veloz que pudo, tropezando un poco en uno de ellos y juró que su alma se fue al ver que los elevadores estaban fuera de servicio.

─ ¡Maldita sea!─ Vociferó furioso y con la desesperación del momento golpeó la puerta de metal frente a él. La botarga estaba casi pisándole los talones, y Eder al notar esto por el rabillo de su ojo, bajó por las escaleras del lado izquierdo.


Corrió hasta llegar a la puerta, dejando a la coneja atrás, ella por su parte, solo rio juguetona y se quedó parada mirándolo fijo.

Una vez fuera de su área personal, cerró las puertas rojas y colocó una tubo de metal, intentando detener el paso a quien sea que esté dentro de Partes y Servicios.

Se apresuró hasta la plataforma que conduce al Atrio, pero esta no funcionaba, la única opción era ir por el camino que llevaba al depósito.

Eder nunca había estado allí ni por casualidades de perderse, ahora se lamentaba siempre tener las partes necesarias a mano durante su rutina, puesto que eso lo llevó a no saber sobre aquel lugar.
Pero ese momento era una situación para conocer cada salida que el Mega Pizzaplex tenía.

Retrocedió unos pasos sin mirar al suelo por la desesperación, gracias a eso, sus pies chocaron con algo y él cayó de manera tonta. Cuando el aturdimiento pasó, fijó su mirada al suelo, revelando al destrozado Map-Bot que no emitía ningún sonido.

─ Esa cosa está loca...─, susurró, al analizarlo mejor, notó que obviamente este llevaba consigo mapas, por lo que tomó uno y sin darle más importancia al robot, se levantó velozmente y dobló la esquina, encontrándose con aquella cortina metálica enorme.

Para su suerte, esta sí funcionaba, pero el ambiente se tornó más tenso de lo que ya estaba.

Sus principales desventajas fueron no tener linterna alguna, y a la vez, que sea esta la primera vez que Eder presenciaba ese lugar, la luz tenue apenas podría dejarlo ver el mapa.

─ Lo que sea por sobrevivir, supongo─, se "alentó" a sí mismo, emprendiendo camino al depósito.

Para cuando Eder atravesó las dos cortinas metálicas, el sonido seco de una barra de metal cayendo al suelo le puso la piel de gallina, tragó saliva y siguió su camino más rápido.

En cuanto a la coneja, cuando escuchó que subían las cortinas, se rió maliciosamente y se dijo: ─ ¡Probemos su nueva función, endoesqueletos!

Eder miró el mapa una vez más mientras esquivaba cajas y cajas de materiales de construcción, montaje y reparación.

En ese momento, levantó la vista y dejó escapar un jadeo de asombro, lo que lo hizo retroceder unos pasos. Frente a Eder, había un endoesqueleto, dos cabezas más alto que él, lo miraba perplejo, no sabía qué hacer o si debía moverse. Los ojos mecánicos del oponente brillaron con un rojo intenso, y gracias a eso, el técnico pudo notar su presencia.

She's just kidding | FNaF Security Breach.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora