Picth se estaba empezando a preparar para el eclipse, sería una noche oscura para muchos, pero en las estrellas la Luna volvería a danzar con el sol y eso siempre era un acto que todas hermosas entidades deseaban ver, era algo exclusivo de los astros que los demás ajenos a ese universo no podían ver.
El coco sonreír gustoso, su hermano llegaría esa misma noche, este le había enseñado la noche anterior como crear un hermoso traje junto a un armadura de porte poderoso con su poder oscuro, está consistía en un tatuaje negro acompañado de una pechera plateada que tenía el patrón de su maestra en el pecho, este se sentía extraño al verse al espejo, pero esperaba todo fuera bien.
Jack por su parte miraba más nervioso a su pareja, estaba muy preocupado, se iría por un tiempo un poco largo, todo debido a que este estaría con su madre hasta el próximo eclipse que sería en unas dos semanas y este sería solar, era un evento único que ocurría una vez cada tres años, y para no dejar tanto tiempo al guardián de ojos azules sólo, decidió hacerlo así.
Picth se acercó a su pareja con una sonrisa mostrando su vestimenta a lo que el joven solo pudo sonreír gustoso, estaba orgulloso de que el coco quien era el ser más temido de todos pudiera superar las malas jugadas del destino para hundir todo su esplendor en la miseria.
-Te vez genial- dijo el joven con una sonrisa.
-Muchas gracias, espero verme muy bien para las estrellas- dijo a forma de juego.
-¡Oye!- se quejo el chico arrugando la nariz.
-Es mentira, nadie puede superar ese gesto tan lindo que tienes de roncar en la noche- dijo el coco con una sonrisa burlona.
Jack volteo los ojos, desde la semana en que Lumen se había aparecido frente a los guardianes todo el lugar se la pasaba tenso, alrededor de conejo y la nueva guardiana se podía sentir una presencia oscura, pero a él no le importaba mucho y decidía ignorarlos. Eso lo hizo recordar el pequeño amuleto que le habían dado esos dos.
Picth al verlo sintió curiosidad, este al querer tomarlo fue detenido por la mirada del chico quien decidió esconderlo, no le daba buena espina aquel artefacto, ese día debía terminar de acomodar todo y volver a su antiguo hogar, ese era el paso que más temía, no quería volver a estar solo.
-¿Que ocurre Jack?- pregunto el mayor con una mirada preocupada.
-No quiero quedarme solo- dijo por lo bajo para mirar sus manos.
-Yo volveré pronto, cuando lo haga, nos vamos a mi guarida- dijo a forma de broma pues sabía que al chico ese lugar no le gustaba por nada del mundo.
-Esta bien, no me moriré, solo es que te voy a extrañar- dijo por lo bajo un poco sonrojado.
-Yo también, sobre todo tus extraños pucheros- dijo divertido el coco para abrazar a su pareja.
Jack había correspondido ese lindo abrazo, era cálido como siempre y se sentía seguro en el, era como si el tiempo con esa persona especial no dejará de ser querido, cada vez que los dos estaban solos el tiempo se detenía, podían estar hablando de cualquier cosa y a la vez de nada, y estar bien
El joven guardian pensó que esa sensación de sosiego era por obras del destino, no entendía como se podía llevar bien con alguien que alguna vez intento matarlo, incluso que después de eso pudiera enamorarse de el, talvez del odio al amor hay muy poco, aunque fuera mentira esa afirmación decidió creerla en ese momento.
Aún así Jack no podía evitar sentirse inquieto, no quería que nada malo pasara o eso era lo que su corazón le decía, su intuición le pedía a gritos que Picth no se fuera, pero no podía detenerlo, el quería ir con todas las ganas que su corazón le pedía y el no se metería en el camino.
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Fria oscuridad {Jack Frost x Pitch Black}
RandomHan pasado cincuenta años desde la última vez que Pitch Black fue visto en la tierra por los niños. Los guardianes han vivido en armonía juntos, compartiendo momentos y ayudándose entre sí. El tiempo ha pasado, a Jack Frost le gusta sentir la energí...