Esa mañana era una de las más frías que había podido crear Jack, le había dicho al coco que lo vería al día siguiente, lamentablemente fue llamando por los guardianes quienes no hicieron más que recriminar todo lo que estaba haciendo y lo tuvieron el en polo norte por varios días, donde no dejaba de pensar en como estaría Picth.
Al final de todas las discusiones fue gracias a la llegada de Sandman que pudo irse, el pequeño hombre dorado les había pedido a los guardianes que los dejarán tranquilos, debido a que Picth estaba tan débil no podría hacerles nada, y todos los demás estuvieron de acuerdo gracias a lo que presenciaron cuando los dos encerraron al coco en la niebla.
En otro lugar el coco esperaba a Jack, el chico había estado varios días alejado de el, podía haberse ido, no era de extrañar que de nuevo se quedará solo, aún así había tenido la esperanza de que alguien lo ayudara no sé alajara de el, esa sensación lo hizo tocarse el pecho, de nuevo el vacío inclemente al final de su estómago y el dolor en su corazón lo estaba matando.
Pitch alzó la mirada, las pesadillas habían vuelto de nuevo, esas sombras que lo atormentaban todas las noches y días, lo estaban volviendo loco, estaba cansado de esperar, no quería seguir teniendo esa mala suerte de que todo lo que parecía bueno se esfumará así como si nada.
El coco sintió como las pesadillas se acercaban a el, retrocedió unos pasos sintiendo ese miedo que le carcomía hasta el alma, tan solo no podía quedarse allí parado a esperar que se lo comieran, el quería de alguna manera seguir experimentando esa paz que el Lucero de la mañana le dejo unos días atrás.
El hombre de ojos dorados se sentó en la base de un árbol en posición de indio, debía concentrarse para controlar su propio poder, no podía permitir que sus pesadillas lo estuvieran controlando a el, solo se causaría más desgracia así mismo. Picth no pudo sentir cuando, pero la oscuridad se lo trago a pesar de que estaba en plena mañana, se vió atrapado en un vórtice totalmente oscuro.
Jack que venía de lejos, podía por fin ver a la persona que estaba ayudando, el joven había pasado los días anteriores muy preocupado por lo que le hubiera podido pasar a Pitch, sabía que el coco no tenía el suficiente poder como para poder controlar a esas cosas horrorosas que había creado.
El albino observó cómo había un orbe negro de gran tamaño cerca del risco donde había dejado a Pitch, se sintió mal por no haber cumplido su promesa, pero todo se salió de sus manos.
Picth sentía como todo su ser era consumido por esa fuerza oscura, le dolía el pecho, no sabía que hacer, no podía abrir los ojos, caería antes los susurros de las pesadillas y eso era una condena, podía no volver a despertar quedando en un sueño eterno lleno de horror y sufrimiento.
—Estarás siempre solo—se escuchó de un voz gruesa.
— Morirás por la oscuridad—se escuchó de otra.
Las palabras que soltaban no lo harían dar marcha atrás, la decisión que había tomado de querer controlar su poder lo hacía permanecer firme, pequeñas oraciones que no podía oír llegaban a el, era la voz de su pequeña Lucero pidiendo ayuda, eso debía ser una mentira.
— Papa ayúdame— dijo una voz agitada detrás de él, a pesar de que estaba con la espalda pegada a la pared sentía una mano alrededor de su cuello.
—"¿Por que no me ayudaste? Me dejaste ante ese hombre malo, dejaste que me tocará y me hiciera lo que quisiera, ¡te odio!"—se escuchó decir de la niña con una voz rota.
—¡Mamá murió por tu culpa!—se volvió a oír—¡Te odio!
—Se que no eres real, mi Lucero nunca diría algo así, ella sabe que no fue culpa mía—trato de gritar Picth pero le faltaba la voz.
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Fria oscuridad {Jack Frost x Pitch Black}
RastgeleHan pasado cincuenta años desde la última vez que Pitch Black fue visto en la tierra por los niños. Los guardianes han vivido en armonía juntos, compartiendo momentos y ayudándose entre sí. El tiempo ha pasado, a Jack Frost le gusta sentir la energí...