Marcada

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Hipo

-Dalla-dije algo tímido mientras la ayudaba a ponerse de pie-ya que estarás por aquí un tiempo...tal ves sea mejor que te enseñe algunas cosas sobre los dragones...ya sabes....para que te puedas cuidar sola.

Que listo eres Hipo, has que crea que no confías de sus capacidades para cuidarse sola, eso te dará puntos con ella, eres un genio.

-Tienes razón-dijo en un suspiro, realmente había hablado sin pensar, sin esperar una respuesta afirmativa, pero la obtuve-deberías enseñarme un par de cosas al menos...lo suficiente para sobrevivir.

En eso vi como se acercaba Astrid seguida por los gemelos a la arena, cuando entraron el primero en bajar fue Bocón, que cargaba con un trozo grande de madera, el no se atrevería a hacerle nada a Dalla pero ella no lo sabía, para ella era un completo extraño que podía tener la intención de lastimarla. Al verlo Dalla se paro detrás de mi y sujeto mi mano entrelazando sus dedos con los mios, al verlo Bocón no pudo evitar soltar una risita y hacer un comentario muy sarcástico al respecto.

-Tienes excelente gusto con las chicas, Hipo-dijo completamente fuera de lugar mientras se acomodaba en una mesa para hacer su trabajo-ella es muy linda, lastima que sea una raquira, tu padre nunca lo aceptaría, JAJAJAJAJA.

Aunque me puse rojo de la vergüenza Dalla ni siquiera se movió, no le importó lo que dijo Bocón, como si fuera algo tan común para ella que la gente hiciera esos comentarios, aunque tenía sentido, ella era una chica realmente hermosa.

-Bocón tiene razón-dijo mi padre hablando por primera vez desde que mande traer a Bocón para que le pudiera poner una tablilla a Dalla-tu "padre" jamas lo aprobaría.

-Podemos dejar de lado esta conversación-dije intentando cambiar de tema-Bocón vino para poner una tablilla en el ala rota de Dalla, nada mas.

-Esta bien Hipo-dijo Bocón-solo estábamos bromeando. Porque no me presentas a la linda raquira que no a soltado tu mano desde que llegue

-La asustaste eso es todo-le dije, luego voltee a mirar a Dalla y le susurré al oído-tranquila, el es un gran amigo de mi padre y es el dentista y medico de dragones de Berk, si puedes confiar en alguien para curarte es en el.

Era como si mi confianza en Bocón se pasara a ella, cambio por completo su actitud hacia los extraños desde que se presentó ante Bocón.

-Entiendo que tu eres el único que puede curarme en este pueblo-dijo decidida.

-Así es, joven......-dijo Bocón sin saber su nombre aun.

-Dalla-dijo ella extendiendo su mano hacia el-mi nombre es Dalla Valencico III, es un placer para mi conocerlo.

-El placer es todo mio-dijo el cortésmente estrechando su mano, con su mano, no con el garfio-me llamo Bocón y seré yo quien te ponga una tablilla en tu ala para que pueda sanar bien.

Después de presentarse Bocón hizo que Dalla se sentara en el banquillo que le había dado y se puso manos a la obra. Mientras Bocón trabajaba yo hablaba con los demás jinetes.

-Dalla es una gran chica-les dije intentando que confiaran en ella como yo lo hacia-todo lo que hizo en contra de los dragones y en nuestra contra fue en defensa propia.

-Siempre le dijeron cosas malas de los dragones y las personas-dijo Patapez-es comprensible que hubiera tanto miedo.

-Ya entiendo-dijo Astrid cruzándose de brazos-ella es tan linda que no puede hacer nada malo.

-Esto no tiene nada que ver con que sea bonita-le dije algo ofendido por su comentario-es solo que creo que podemos confiar en ella.

Era imposible discutir con Astrid, era tan terca como un...dragón, tal vez si Dalla y Astrid se llevaran bien no tendría que llevar estas interminables discusiones.

Después de un rato discutiendo Bocón me llamo para que fuera con el. Cuando estuve parado a su lado me mostró una marca en la espalda de Dalla, era una especie de espada que se dividía en la punta y que señalaba a cada una de sus alas.

-Dalla-le pregunté-que significa la marca en tu espalda.

Dalla

Excelente pregunta, que significa la marca en mi espalda...que pensarías si supieras que significa que desobedeci los deseos se mi padre para mi futuro a tal grado que me marcaron de por vida con el símbolo de los rebeldes, la espada de doble punta. Esta marca simboliza el camino que según mi pueblo es el adecuado para mi y el que desafía toda norma conocida, ese fue el que tome. Con esa simple marca se decidió toda mi vida como una rebelde que debe ser encerrada por sus padres y luego por su esposo, sin oportunidad de decidir sobre mi vida, una prisionera.

-Significa...pues-tartamudie intentando idear una coartada creíble para ocultar el verdadero significado de la deshonrosa marca en mi espalda, como la llamarían todos, todos excepto mi hermano mayor-es el símbolo de la orden del doble filo....antes de emprender mi viaje me hicieron miembro.

-Entonces eras un miembro importante de tu pueblo-dijo Hipo.

-Si lo era-dije volteandome para no verlo a la cara-era muy importante, todos sabían quien era.

Claro que sabían quien era, era la única garra veneno con vida, la mayor rebelde de todo el pueblo, la que había cometido tantas faltas contra las leyes de su pueblo que su castigo debería ser morir tres veces, pero eso es imposible, aun así nadie estaba depuesto a condenar a la única garra veneno con vida además la joven mas "hermosa", así llamada por todos los jóvenes solteros que cada noche llegaban a mi casa cada vez con mejores dotes con la intención de pedir mi mano.

Siempre era lo mismo, un joven llegaba a pedir mi mano en matrimonio y era rechazado por mis padres o directamente por mi a voz de mi hermano; semanas después regresaba con un dote aun mejor, y así a pasado hasta por cinco meses desde que tuve la edad suficiente para comprometerme, jóvenes son rechazados pero no se dan por vencidos. Quiciera haber tenido su devoción hacia la idea de pedir mi mano cuando mi hermano y mi abuelo insistían en que debía escapar, que ese no era el lugar para mi, el tenía toda la razón pero yo estaba aterrada por la idea de alejarme de todo, no tenia ni idea de como era la vida fuera de casa y de las tareas cotidianas que debía hacer en la panadería de mis padres; ridículo no, una chica con enormes garras retráctiles que secretan un veneno paralizador trabajando haciendo el pan que comía todo el pueblo, realmente yo no hacia el pan, mi hermana mayor había heredado la panadería mi trabajo estaba en todas las demás tareas en las que no se tocaba la comida directamente, aunque se cocinar y según muchos lo algo muy bien; mi deber estaba como aprendiz del doctor, los garra veneno han trabajado en la medicina cuando no eran guerreros, nuestros dones han sido muy apreciados en esos trabajos desde tiempos inmemoriales.

-Listo-dijo Bocón-en algunas semanas estarás sanada y podrás volar.

-Gracias-dije con una gran sonrisa-por todo lo que han echo por mi.
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Sean felices volando sobre su dragón de camino a Berk, nos vemos en la academia no lo olvides.

Media sangre de dragon (HipoxDalla)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora