—Cariño...
Escuchaba una dulce voz, fina y agradable.
—Cariño... Abre los ojos... Vamos... Debes despertar... —la voz se quebró y escuchó sollozos.
Pero se sentía tan cómodo que no tenía la fuerza de voluntad suficiente para abrir los ojos, se sentía tan en paz.
—Taeyong, ¿Nos escuchas? —una voz varonil parecía hablarle de cerca, como si estuviese a la altura de su oído
—¡Movió su mano! —escuchó a lo lejos una voz entusiasmada de algún hombre.
—Cariño... ¿Estás escuchando? —volvió la dulce voz de la mujer.
—¿Qué hacemos? ¿No funcionó? ¿Hacemos otro? —La misma voz del hombre a su lado.
¿Hablaban de él?
Ahora sentía curiosidad pero sus ojos pesaban y todavía tenía demasiada pereza como para levantarse, su cuerpo parecía flotar y él estaba feliz de sentirse tranquilo.
Poco a poco sus ojos fueron abriendo tratando de enfocar su visión y acostumbrarse a la luz.
—¡Despertó! ¡Mi hijo despertó!
Escuchó la risa alegre de una mujer y lo primero que sus ojos vieron fueron a ella, como una ilusión de su mente, una mala jugada. Parecía que había visto a esa mujer antes.
—¿Qui...quién? —su voz salió áspera y tosió un poco ya no sintiendo paz sino sintiéndose enfermo.
La mujer sollozó un poco, su rostro mostraba lo preocupada que estaba pero Taeyong podía ver un brillo en sus ojos, podría decir que parecía feliz, sin embargo, algo más llamó su atención. Ella tenía cabellos blancos... Como él.
¿Ella lo había llamado hijo?
Sus ojos se movieron mirando a las demás personas dentro de esa habitación, todos estaban atentos a algún movimiento que hiciera, el silencio se volvió tenso por lo que optó por intentar levantarse siendo ayudado por Yuta a su lado.
—¿Estás bien? —preguntó al ver a Taeyong sumergido en silencio y hasta un poco ido.
Se sentía tan pequeño, la mujer se le hacía conocida pero no la recordaba tanto como el quería y le asustaba verla porque ella se parecía tanto a él. Sus pensamientos eran un desastre y temeroso pensando en que podría ser verdad todo lo que Jaehyun había dicho, rompió en lágrimas abrazando a Yuta. Éste se encontraba sorprendido por el comportamiento del ex-líder.
La mujer intentó acercarse a él queriendo ayudar en algo al ver a Taeyong llorando como un pequeño desconsolado, su comportamiento parecía tan infantil al rechazar algún toque por parte de ella.
—¿Pueden dejarnos a solas? —habla Yuta sabiendo que Taeyong no podría tranquilizarse teniendo a esa mujer cerca.
La bruja tomó de la mano a la mujer de cabellos blancos, sonriéndole en consuelo. Los amigos de Yuta y ambas mujeres salieron de la habitación dejándolos solos.
Taeyong era un mar de lágrimas y temblaba, no hizo por cuestionar nada y esperó a que pueda tranquilizarse, si tenía que desahogarse entonces era el momento. Se dedicó a dejar caricias en la espada del peliblanco correspondiendo así al abrazo.
En verdad que no parecía tener en sus brazos a un adulto sino a un niño asustado. Pero cuando Taeyong se durmió en sus brazos, tampoco pudo ser capaz de despertarlo.
Yuta estaba curioso y un poco preocupado ¿Qué era lo que hizo a Taeyong hacerlo llorar de esa forma?
Taeyong se veía tan vulnerable y lo que pudo hacer por él es acomodarlo en la cama y salir de la habitación pidiendo a las personas que esperaban en la sala; paciencia.
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Sin Aliento ⋮ YuTae
FanfictionLiderar era su destino y su collar era su forma de vivir también.